En la madrugada de hoy viernes, un violento motín ocurrió en la Comisaría 4° de Ituzaingó, ubicado en el barrio Nuevo San Alberto. Dos oficiales de la Policía Bonaerense, ambas mujeres, fueron tomadas como rehenes por los detenidos durante cinco horas, según informó Télam.
El hecho se inició anoche, cerca de las 23.30 y se prolongó hasta las 4.30 de esta madrugada en la seccional situada en Portugal 2850. Varios detenidos por distintas causas comenzaron una pelea a puñetazos en los celdas. Las autoridades, según la agencia estatal, creen que se trató de un plan para propiciar la fuga de 21 detenidos.
La toma de rehenes comenzó, precisamente, cuando el personal del lugar intervino para detener la riña. Allí, también agredieron a un subteniente y a un comisario, según información policial a la que accedió Infobae. Tras las amenazas, llegaron al lugar efectivos del Grupo de Apoyo Departamental y el Grupo de Infantería de Respuesta Inmediata (GIRI) de la fuerza provincial.
El motín fue aplacado tras una negociación de la fiscal Gabriela Millán. Ambas rehenes resultaron ilesas.
Los detenidos, acusados de privación ilegítima de la libertad por la titular de la UFI N°1 de la jurisdicción, serán trasladados a varias dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense, donde se espera una asignación de cupo.
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Los motines y fugas de detenidos -principalmente las fugas- en dependencias de la Policía Bonaerense se volvieron una constante en los últimos años, una problemática motivada por la sobrepoblación en celdas que también se repite en comisarías de CABA.
A fines de abril, tres detenidos redujeron a un policía y escaparon de la Seccional 10° de Tres de Febrero, tras amenazarlo con un palo con una punta de metal atada. Huyeron corriendo por la puerta de acceso de la comisaría. A comienzos de marzo, otro intento de fuga que requirió la presencia del GAD ocurrió en la seccional de Parque Barón.
La semana pasada, según reportó Infocielo, cuatro detenidos intentaron escapar de la Comisaría 8° de Barrio Parque Bernal en la zona de Quilmes cuando el oficial de guardia les abrió la puerta de uno de los calabozos para que pudieran ir al baño.
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