El presente es un campo minado para la fintech Wenance. La empresa de créditos no cumplió el pago de intereses de tres fideicomisos privados a unos tres mil inversores, por 700 millones y se habla de un “reperfilamiento de deuda” multimillonario, en medio de un clima de profunda incertidumbre.
Mientras tanto, los registros de la Cámara Criminal y Correccional porteña consultados por Infobae revelan otra historia. La empresa dedicada al negocio de préstamos y créditos tiene al menos 101 denuncias en su contra realizadas desde 2017 hasta el presente, principalmente por los delitos de estafa y usura, radicados en juzgados de instrucción como el número 60. Ningún expediente en la lista a la que accedió este medio, por lo pronto, figura como elevado a juicio a un tribunal oral.
La inmensa mayoría de estas denuncias provienen de particulares. Sin embargo, hay varias que vienen de diversos organismos del Estado, como un expediente contra Mango, uno de los canales de interacción de Wenance, iniciado en 2019 por la PROCELAC, el organismo de la Procuración que investiga delitos económicos y financieros. También, hubo presentaciones realizadas por la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal y otros tres expedientes derivados del Ministerio Público Fiscal porteño, que concentraron 17 denuncias distintas.
Lo que se logró reconstruir de estas denuncias habla de un juego un tanto perverso, donde se mezclan los trucos delictivos y la persecución de acreedores. Son historias de vivos, malos amigos y corredores de morosos por teléfono. La duda que queda es obvia: ¿cuántos pergaminos eran necesarios para pedir dinero en Wenance?
La presentada por la Policía Federal, por ejemplo, fue recibida el 29 de abril de 2022 a través de la línea 134 del Ministerio de Seguridad. En ella, un hombre porteño aseguró que había puesto en venta un traje de buceo en Facebook Marketplace a 12 mil pesos. Así, fue contactado por un posible comprador a quien le brindó la información bancaria para que le pague el traje. Luego, recibió un llamado de quien dijo ser esposa del comprador diciéndole que por error habían depositado por error mucho más de lo pactado, 60 mil pesos, por lo que le exigió el reintegro de la diferencia del dinero depositado y el traje.
El denunciante informó que la transferencia que recibió estaba a nombre de Wenance SA, quien, supuestamente, le deposito un crédito sin su consentimiento.
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Las denuncias que recibió el MPF porteño a través de su sitio web repiten con frecuencia el nombre de Mango. La gran mayoría de estas 17 víctimas se encontraron con estas deudas por sorpresa, al realizar chequeos de sus perfiles crediticios. Varios de estos damnificados declararon que no pidieron ningún préstamo y que comenzaron a recibir llamados por reclamos de cobros. Otros afirmaron haber recibido un depósito que no pidieron. Una de estas víctimas aseguró que entregó su CBU tras una venta por Marketplace de una garrafa de gas.
En 2018, un hombre porteño demandó a Wenance por daños y perjuicios, por el monto de 160 mil pesos de aquel entonces, un expediente que fue tratado por la Sala C de la Cámara Civil en mayo de 2020. La demanda -que fue rechazada en primera instancia- aseguraba que desde el mes de agosto de 2018 recibió llamados telefónicos de la firma demandada, quien a través de sus representantes se comunicaba al trabajo de su madre refiriéndole que debía abonar una deuda que afirmaban había contratado su hijo –el aquí actor- con ellos”, asegura un documento de la Sala C.
El demandante, afirmaba, nunca le había pedido dinero a Wenance. Su madre, mucho menos, le había salido de garante.
Señaló, curiosamente, a un compañero de colegio primario de su entonces pareja, a quien le había prestado su CBU para un depósito de 8 mil pesos. El dinero ingresado resultó ser 40 mil. El depósito, afirmó, provino de Wenance SA.
La firma contestó la demanda. Aseguró que el préstamo “le fue otorgado con fecha 23 de febrero de 2018 mediante transferencia bancaria a la cuenta”. Dicho préstamo “fue solicitado y otorgado en forma telefónica, previa validación de identidad del solicitante y transferido a una cuenta bancaria de su titularidad”. Wenance, en su contestación, reconoció haber llamado al demandante unas “78 veces”. El dato no es figurativo, sino literal. En mayo de 2020, la Sala C falló a favor de Wenance. Un año antes, la firma había sido multada por el Servicio de Conciliación Previa en las Relaciones de Consumo de Defensa del Consumidor. El monto: un salario mínimo, vital y móvil de 2019.
Las cosas se pusieron peor para Noelia C., una ex empleada administrativa porteña que hoy cobra diversos planes sociales, que en 2018 simuló ser otra persona para celebrar contratos de mutuo con cuatro empresas de crédito, entre ellas Wenance.
Por este delito, el Tribunal N°25 la condenó a dos años de prisión en suspenso en abril del año pasado. La causa permitió determinar que Noelia fue una pésima amiga: en julio de 2018, le pidió a su víctima utilizar su cuenta bancaria para que le depositaran el sueldo a su pareja, quien accedió por su amistad con ella, trabajaban juntas desde hacía años en una empresa médica.
Así, usó su CBU para pedir 7.500 pesos de 2018 a Wenance.
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El 15 de diciembre de 2021, la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor y Arbitraje del Consumo, impuso a la firma una multa de cinco millones de pesos “por incumplimiento a la obligación de informar de forma cierta, clara y detallada, precisa, suficiente y de fácil acceso, en su sitio web, de todo lo relacionado con las características esenciales y las condiciones de la comercialización de los préstamos y créditos que ofrece”.
La empresa apeló esta decisión y perdió, con una decisión de la Sala III de la Cámara Contencioso Administrativo Federal del mes pasado. Los abogados de Wenance también trabajan en otros frentes. El fuero comercial porteño registra en su sistema de consultas al menos 25 expedientes por cobro ejecutivo radicados en 2022 donde la empresa judicializa a sus acreedores.
En cuanto al conflicto por los fideicomisos, la empresa asegura que hoy ofrece alternativas de planes de pago a sus clientes, según el nivel de deuda; todos los pagos son a plazos de varios meses.
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