Los fiscales que investigan el crimen de Gabriel Izzo, el comerciante asesinado durante un asalto cometido el 9 de junio pasado en su casa en la localidad bonaerense de San Antonio de Padua, pidieron la prisión preventiva para los dos detenidos por el hecho, mientras que continúan prófugos otros dos sospechosos, informaron fuentes judiciales.
El requerimiento fue efectuado por los fiscales Marisa Monti y Claudio Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Morón, quienes acusaron a Gustavo Julio Alberto Mac Dougall (49) de ser “coautor penalmente responsable” del “homicidio criminis causae” de Izzo, mientras que Walter Rodríguez Sierra (53), alias “El uruguayo”, fue señalado como “partícipe necesario” del mismo.
De esta forma se refirieron al Juez de Garantías 2 de dicho departamento judicial, Ricardo Fraga, quien contará con cinco días para responder al pedido del Ministerio Público.
En este sentido, tanto Monti como Oviedo consideraron que “a esta altura en la que se encuentra verificado el peligro de frustración de los fines del proceso” es necesario que se adopte una medida de coerción personal, de lo contrario es necesario advertir sobre “el peligro de fuga o el entorpecimiento probatorio”, el cual puede evitarse “mediante la aplicación de una medida menos gravosa para los imputados”.
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Ambos culpables ampliaron ayer sus declaraciones indagatorias ante los fiscales de la causa, donde el primero de ellos volvió a ratificar su inocencia, mientras que el segundo reafirmó ser solo el chofer de la banda y que nunca entró a la vivienda del comerciante asesinado.
Por este motivo, Javier Baños, abogado defensor de Sierra, solicitó la liberación de su cliente considerando que “es totalmente inocente” y que nada tuvo que ver con el crimen de Izzo, sino que sólo “vendió el auto” empleado por la banda criminal.
En tanto a Mac Dougall, los representantes del Ministerio Público hicieron hincapié en su comportamiento durante el procedimiento “en el cual se mantuvo prófugo, indicando así su voluntad de no someterse a la persecución penal”.
“También se contempló la posibilidad de influir para que testigos se comporten de manera reticente sea en esta o en la siguiente etapa procesal teniendo para ello en consideración la circunstancia de que el resto de la banda criminal aún se encuentra prófuga”, explicaron los fiscales según Télam pudo averiguar.
En este marco, durante el domingo, el juez Fraga resolvió en la misma línea, excarcelar a Gustavo Damián Potenza, alias “Chevecha”, quien había sido imputado por el crimen y se encontraba detenido desde el 17 de junio pasado, tras allanamientos realizados en una vivienda en la localidad de Pontevedra.
Según dijeron voceros, la decisión de liberar a Potenza se tomó luego de que la fiscalía no pudiera reunir elementos de cargo que lo ubicaran en la escena de los hechos.
“Quedó claro en la investigación que el acusado no estuvo en el auto Volkswagen Gol Power que llegó a la escena de la entradera”, indicaron los informantes.
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Por otro lado, en la causa hay dos personas más que están prófugas, las cuales tienen pedido de captura nacional e internacional: Diego Eduardo Correa (25), alias “Tiki”, quien fue herido en una pierna con un balazo disparado por la víctima, y Víctor Ricardo Martín Fernández Galarza (30).
Además, los voceros señalaron que hay un quinto sospechoso prófugo que solo fue identificado como “Rodrigo, el paraguayo” y que también sería responsable de parte del hecho ocurrido el 9 de junio a las 3 de la mañana en una casa de la calle Italia 1077, a pocas cuadras del centro de la estación de San Antonio de Padua, donde vivía Izzo, dueño de un aserradero, junto a su esposa Silvana Andrea Petinari (56), hija del propietario de una empresa dedicada a la fabricación de acoplados, volcaduras y semirremolques en Merlo.
En esas circunstancias, una banda compuesta “al menos por cinco varones, en clara división de sus tareas y conforme con un plan previamente acordado” se hicieron presentes en dicho domicilio con fines de robo.
Mientras dos forcejeaban la entrada otros dos aguardaban dentro del auto como “campana”. Luego de unos minutos lograron entrar a la vivienda y sorprender al matrimonio que estaba durmiendo y al escuchar sonidos se despertó.
En ese mismo momento Izzo agarró dos armas de su propiedad que guardaba en su habitación: una pistola Bersa calibre .40 y un revólver .38, y salió para ver qué sucedía.
A pesar de que la víctima disparó e intentó defenderse tanto a él como a su mujer, recibió un disparo y varias puñaladas que lo dejaron sin vida en el acto.
En la vivienda también se encontraba la madre de la mujer herida, Elsa Otruba de Petinari (83), quien resultó ilesa ya que no salió de la habitación, al contrario de su hija que sí lo hizo y fue herida y luchó por su vida durante 18 días, hasta que logró recuperarse e irse del hospital en donde estaba internada.
De esta forma, a los pocos día del crimen fue detenido Rodríguez Sierra, dueño del Gol en el que huyeron los ladrones, y también fueron apresados su hijo y un joven de 18 años, quienes fueron liberados.
Es que el auto que quedó filmado por cámaras de seguridad municipales, fue hallado precisamente frente al local comercial perteneciente a Rodríguez Sierra.
Sin embargo, el dueño del vehículo siempre dijo que él no manejaba ese auto, sino que era utilizado por sus empleados de sus comercios.
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