El martes 6 de junio por la mañana, un grupo especial de la Policía Bonaerense ingresó al Country Banco Provincia de Francisco Álvarez con una orden de allanamiento y detención en sus manos. El destinatario era Elian “L-Gante” Valenzuela, acusado de privar de la libertad y amenazar a dos empleados municipales en un incidente a la salida de una disco, en un expediente por el cual se encuentra detenido hasta hoy.
Cuando los efectivos ingresaron a la casa del cantante, lo encontraron junto a dos mujeres e Inmediatamente quedó detenido. De la vivienda se secuestraron distintos elementos como armas réplicas, ropa y marihuana. Pero tambien celulares. En estos últimos elementos está la clave de una nueva imputación contra el artista.
En total, la Bonaerense se llevó aquella mañana cinco teléfonos. Dos de ellos pertenecían a las mujeres que lo acompañaban ese día. Los restantes tres, eran propios. De uno de ellos había realizado la amenaza que luego terminaría, según la justicia, en una privación ilegítima de la libertad que aún hoy lo mantiene preso. Pero había más.
De los restantes dos celulares, uno era robado.
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Este último dato fue descubierto hace pocos días por el fiscal que trabaja en la causa por la privación ilegítima, Raúl Villalba. A través del número de IMEI del aparato, se detectó que había sido sustraído. Incluso, desde la Justicia lograron contactarse con el dueño original, que presentó documentación respaldatoria de que el celular marca iPhone le pertenecía y dio detalles del robo.
Por esta razón, en las próximas horas a L-Gante se le sumará la imputación de encubrimiento agravado, juntamente por tener en su poder un elemento robado.
Esta ampliación de imputación, que complica aún más la situación de Valenzuela, fue adelantada por el doctor Villalba en una audiencia realizada hace pocos días en la que participaron todas las partes. En las primeras horas de hoy, comenzaron a cursarse las notificaciones sobre la situación. Es probable que el jueves de esta semana, L-Gante sea trasladado a la fiscalía para ser informado de los detalles de esta nueva acusación.
Este fin de semana, el juez Gabriel Castro le dictó al cantante la prisión preventiva, acusado de los delitos de amenazas simples en concurso real con privación ilegítima de la libertad en concurso ideal con amenazas coactivas.
En sus argumentos, el juez explicó: “Entiendo que el plexo probatorio reseñado, resulta del todo verosímil, coherente y de suficiente entidad como para afirmar con fundamento que se encuentra justificada la existencia de los delitos achacados”. Es decir, para el magistrado las pruebas son contundentes.
Además, Castro entiende que aun hoy persisten, aunque con menor peligrosidad, riesgos procesales como el entorpecimiento de la causa y el no apego al proceso por parte de L-Gante.
Por estas ultimas razones, es que el magistrado dictó la prisión preventiva. Si bien desde la Justicia ya consultan sobre posibles cupos en penales bonaerenses, en su escrito el juez dejó abierta una pequeña puerta para una posible prisión domiciliaria. Esta cuestión se resolvería en pocos días.
<b>Por qué L-Gante está preso</b>
Todo comenzó el último el 27 de mayo, cuando el máximo exponente de la música 420 y sus amigos salieron de bailar de un boliche de General Rodríguez. Varios de los integrantes de la denominada “Mafilia” tuvieron un altercado con un grupo, entre los que había un empleado municipal vecino del barrio.
“En ese contexto, después del incidente, la Guardia Urbana de Protección Ciudadana del Municipio demoró a los amigos de L-Gante”, detallaron fuentes del caso a Infobae. Cuando el intérprete se enteró de lo sucedido con sus amigos, decidió actuar por su cuenta. “El músico tomó al empleado municipal, le apuntó con una pistola, lo obligó a subir a su coche y se lo llevó”, describieron.
Así, condujo unas pocas cuadras dentro del barrio Bicentenario, hasta que halló y amenazó a la segunda víctima para que ingrese a su auto, “en pos de aclarar la situación relacionada con sus amigos a la salida del local bailable”. Así, aseguró un investigador, “los retuvo por 20 minutos, diciéndoles: ‘Si no sueltan a mis amigos, no los suelto a ustedes’”.
Cuando L-Gante se enteró de que sus amigos “habían sido sólo identificados sin tomarse decisión de restricción de su libertad”, dejó descender de su vehículo a las personas que retenía.
De vuelta al tema del celular robado, en este mismo escrito de 23 fojas de la preventiva, el juez reproduce parte de lo que fue la audiencia en la que el fiscal adelantó que ampliaría la imputación, cosa que sucedió hoy.
Allí, el magistrado cuenta lo que dijo L-Gante cuando le concedieron la palabra. “refirió que no posee mal intención alguna en los presentes actuados e indicó que el hecho de no haber brindado la clave de su teléfono celular, fue una estrategia de su defensor anterior. También aseguró que suyos son solamente tres de los cinco teléfonos secuestrados”.
Esto último es clave porque Elian Valenzuela reconoce como propios no sólo el celular desde el cual se hizo la llamada amenazante a la víctima, sino también el telefono robado.
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Con la aplicación de la imputación y el dictado de la prisión preventiva, L-Gante se aferra a dos posibilidades para salir de su celda. La primera es que se le conceda la domiciliaria y la segunda que la Cámara de Apelaciones confirme la excarcelación extraordinaria. En cualquier caso, deberá esperar varios días.
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