Cinco hombres, oriundos de la provincia de Mendoza, fueron detenidos ayer en diversos allanamientos como consecuencia de más de 30 denuncias que los acusaban de estafar en reiteradas oportunidades, usando la modalidad de ciberdelitos, obteniendo así como resultado final una suma estimada en 800 mil dólares.
Dentro de los detenidos se encuentran tres hermanos de apellido Caroglio, identificados como Giovani, Genaro y Gitan. Las otras dos personas aprehendidas son Ignacio Manduca, y Hans Breuer. Fueron detenidos en calidad de autores y coautores.
Estos ciberdelincuentes llevan meses realizando este tipo de estafas a inversores particulares del interior del país. A la hora de ejecutar los fraudes, habrían adoptado dos modalidades. Una de ellas era la de WAC (Weighted Average Cost, por sus siglas en inglés), que es un método intermedio en el que el costo de los productos terminados se divide por el número de unidades de inventario disponibles para la venta, aparentando estar al frente de una empresa de inversiones.
De esta manera, lograron atraer a los damnificados prometiéndoles inversiones de gran rentabilidad a través de agentes bursátiles, entidades reconocidas por la bolsa de valores para ejercer las operaciones de compra y venta de valores mobiliarios. En este caso, supuestamente operando en la compra de contratos de Nasdaq, la bolsa de valores automatizada y electrónica más grande de los Estados Unidos, a través de criptomonedas, según pudo averiguar Télam mediante fuentes judiciales.
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El “modus operandi” era la promesa de intereses muy superiores a los de plaza para atraer inversores. Así, durante los primeros meses los estafadores pagaban los compromisos asumidos, para que los inversores en total confianza incrementarán el dinero que entregaban, sin saber que en un futuro no iba a ser reintegrado.
Luego, en febrero de 2022 comenzaron a incumplir y ofrecer la opción de pasar a otro fondo y comprar con el crédito, terrenos virtuales de “Cripto Country”, denominados también “Metaverso”.
La propuesta planteaba que el emprendimiento de “Cripto Country” era la futura creación de un videojuego en un metaverso, entonces vendían los terrenos virtuales por boletos de compraventa, prometiendo que utilizarían la tecnología NFT (Non Fungible Token, por sus siglas en inglés), tokens que funcionan como unidades de valor que se le asignan a un modelo de negocio, como por ejemplo el de las criptomonedas.
La promesa de los estafadores era que con esos NFT no solo iban a recuperar la inversión, sino que iban a obtener grandes ganancias porque una vez que lanzarán el videojuego “el valor se dispararía”.
Ni los depósitos de dinero, ni los terrenos virtuales, ni las transferencias de NFT, ni el lanzamiento de videojuego aparecieron. Nada fue real.
Ante estas irregularidades, muchos de los inversores comenzaron a desconfiar para al poco tiempo descubrir que las empresas no eran lo que habrían dicho ser, y que además no cumplían con la ley que regula los fondos de inversión.
Según anunció el medio local MDZ, se trataría de estafas al estilo Ponzi, en donde los primeros participantes sí ganaron dinero, pero quienes se iban sumando posteriormente no corrieron la misma suerte y perdieron sus inversiones. De esta forma, se acumularon alrededor de 30 denuncias en la Justicia de Mendoza desde 2022 en adelante y las pérdidas de los damnificados rondarían los 800 mil dólares entre la provincia y quizás en otras jurisdicciones.
Actualmente, la causa se encuentra en proceso a cargo del fiscal de Delitos Económicos Hernán Ríos, quien los indagará hoy para así definir la culpabilidad y la pena que le recaería en caso de resultar y comprobar la culpabilidad tras un juicio.
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