Una pareja fue capturada en una iglesia evangélica de Pilar, donde se refugió y logró permanecer tres meses prófuga, luego de que ambos sospechosos fueran imputados por el abuso sexual de una niña de 11 años, hija de la mujer ahora detenida, informaron fuentes del caso a Infobae.
La investigación a cargo de la titular de la UFI N°9 de General Rodríguez, Alejandra Domínguez, se inició el 6 de febrero pasado y logró determinar que Emiliano Facundo Cardozo, de 36 años, abusó sexualmente de la hija de su pareja. La mujer detenida fue identificada como Soledad Alegre.
El abusador, discípulo del pastor y líder del Área de Jóvenes y Adolescencia de una iglesia evangelista de Pilar, convivía con su pareja y su víctima en una casa ubicada en la calle Arroyo Blanco del Barrio Marabo de General Rodríguez.
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Fuentes de la causa indicaron que los hechos ocurrieron durante 2021, cuando la víctima tenía 11 años. Aunque le pidió ayuda a su mamá al contarle sobre los abusos, la mujer comenzó a cooperar “para que el imputado la continúe agrediéndola sexualmente, siendo violentada física y psicológicamente por ambos”, detallaron.
Ante la intervención del Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes, “Alegre obligó a su hija a mentir, mediante golpes y manipulación psicológica”, precisaron los investigadores. El objetivo era que la menor ocultara a las psicólogas que su agresor continuaba viviendo con ellas.
La víctima sufría violencia física desde, al menos, 2005. De acuerdo a la causa, “le pegaban y la insultaban”. Y añadieron: “Tenía moretones por todo el cuerpo”. La niña sufría, además, de pesadillas.
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La víctima había logrado hablar de los abusos en la escuela, pero su mamá la obligó a mentir y les dijo a los asistentes que el hombre ya no vivía con ellas, aunque la situación persistía. Enterada de esto, su abuela materna de la niña la “rescató” y la llevó a vivir con ella. En ese momento, la menor pudo denunciar los abusos en la Justicia.
Fue entonces que la niña tuvo la oportunidad de exponer sus padecimientos. Contó que, antes de que la escuela tomara intervención, la Iglesia evangélica a la que asistían tomó conocimiento de los abusos cuando ocurrieron (en 2021), pero sus responsables resolvieron realizar una reunión en la que Cardozo le pidió perdón.
“Los pastores me obligaron a perdonarlo”, reveló la víctima en Cámara Gesell. “Son un peligro y referentes de grupos de adolescentes en la iglesia, donde se manejan con impunidad”, relató un testigo que declaró en la causa a la que tuvo acceso este medio.
Tras la imputación, Cardozo y Alegre escaparon y se refugiaron en la “Casa de Dios Puertas del Cielo”, la iglesia de Pilar a la que pertenecían. Hasta ese lugar fueron rastreados por los agentes del Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado de la PFA que los detuvieron.
La captura contó con la intervención del fiscal Walter Velázquez Corrente, a través del Registro Único de Capturas creado por la Fiscalía General del Departamento Judicial Moreno – General Rodríguez.
Ambos fueron imputados por abuso sexual agravado por las circunstancias de su realización que configuraron en la víctima un sometimiento gravemente ultrajante, y por la cooperación a la perpetración del delito de buso sexual agravado y encubrimiento.
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