Desde la oficina del juez Sebastián Moro, titular del Juzgado de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género de Laboulaye, Córdoba, se informó este miércoles que el magistrado tomó contacto con el adolescente involucrado en el crimen de Joaquín Sperani (14), quien se encuentra alojado en un Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD), que depende del Complejo Esperanza de la capital provincial.
Moro, junto con su equipo de colaboradores, tomó contacto por videoconferencia con el adolescente sospechoso del crimen de su amigo y de ese encuentro también participó la defensora pública Mariana Ferreyra, se informó oficialmente.
Las fuentes del caso dijeron que la defensora le explicó al adolescente -que por su edad es inimputable- sus derechos y le manifestó que será su “representante complementaria” en el proceso penal juvenil.
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“Durante la reunión, el tribunal también constató en qué situación se encontraba en niño y en nivel de avance de los estudios que están llevando a cabo en el CAD”, ampliaron la información las fuentes.
Por otra parte, el juzgado confirmó que, en los próximos días, la directora de Asistencia a la Víctima del Delito, Alicia Salusso, y la secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, Georgina Tavella, se trasladarán a Laboulaye para trazar un plan de trabajo y acompañamiento con la familia de la víctima.
La crítica de la madre
Justamente, Mariela Flores, la madre de Joaquín, dijo este miércoles que el fiscal de la causa, Walter Guzmán, a quien criticó por “inoperante”, le sugirió que el chico acusado de cometer el homicidio estaba enamorado de su hijo: “Eso me lo sugirió, entonces lo miré y le dije: ‘Pero eso lo tiene que determinar un psicólogo, por qué no llaman y con una psicóloga, a lo mejor habla más de lo que ustedes le están sacando’”.
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“Guzmán es un inoperante. Yo buscaba a mi hijo, y estaba muerto a seis cuadras”, opinó Mariela, quien explicó que ella “no revisaba las cuadras de la escuela” porque pensaba que “lo había hecho la Policía”.
En diálogo con Telenueve, Flores señaló que mantuvo contacto con la madre del detenido hasta el sábado pasado, cuando aún el cadáver de su hijo no había sido hallado, y no volvió a hablar con ella desde entonces. “Cuando yo salgo de declarar, habían llamado a declarar a los papás del chico y también a él, y yo dije: ‘¿Para qué mierda? Dejen de hinchar las pelotas a ese chico y a otra amiguita de él, déjenlos a estos chiquitos, cuántas veces les tomaron declaración, dedíquense a buscar’. Yo sin saber e ignorando todo...”, recordó sobre las instancias previas a descubrir el crimen.
En ese sentido, comentó que el padre del sospechoso “lloraba”, por lo que su marido fue y lo “abrazó”. “Mentalmente, te cuesta creer porque fueron los padres del chico los que me ayudaron las primeras horas a buscar por la ciudad a Joaquín”, indicó Mariela, y agregó que durante la búsqueda el sospechoso se “había quedado en el campo” y no participaba de la misma; y que “sostenía que Joaquín se había ido con una familia con la que iba a estar mejor”.
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A su vez, dijo que tiene “dudas” de si los padres del presunto asesino sabían de su situación antes que la justicia.
Joaquín desapareció el 29 de junio pasado, tras dejar su bicicleta en la escuela. La última imagen que hay del adolescente con vida es de una cámara de seguridad que lo toma junto a su amigo de la infancia, a metros del colegio. El 2 de julio el cuerpo del chico fue hallado en una casa abandonada a metros del centro educativo.
Ese mismo día, el amiguito de Joaquín confesó el crimen ante las autoridades. Según la autopsia, al adolescente lo mataron a golpes en la cabeza. Fueron más de 10 las veces que le pegaron.
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