Fue el jueves 29 de junio pasado. El reloj de la cámara cercana a la escuela IPEM Nº 278 “Malvinas Argentinas” dice que faltaban tres minutos para las 15 y las cámaras de seguridad mientras capta una imagen que luego se multiplicaría en loop por las redes sociales de los vecinos de Laboulaye, una ciudad del Sudeste de la provincia de Córdoba de 21 mil habitantes. Era Joaquín Sperani, el adolescente de 14 años que este domingo fue hallado muerto en una casa abandonada; e iba en bicicleta rumbo su escuela el día que desapareció. Nunca ingresaría al establecimiento educativo. Su familia no lo volvería a ver con vida.
Ese video, la madre de la víctima lo replicaría en el marco de la búsqueda del chico el 1 de julio pasado, ya cuando iban desesperadas 48 horas de su desaparición. No sabía que era una de las últimas imágenes con vida de su hijo. El video pertenece a una cámara de seguridad que capta el paso del chico en bicicleta y que le permitió a los familiares difundir cómo iba vestido el adolescente.
La otra imagen que se conoció de ese jueves 29 de junio en que desapareció Joaquín es una captura de otro video que no trascendió, pero que es posterior al que lo muestra andando en bicicleta: ahí se lo ve junto a su amigo de la infancia, el mismo que se quebró y confesó el crimen y que este lunes fue trasladado a un centro penal juvenil de la capital provincial.
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En esa imagen, Joaquín sonría tras haber decidido dejar la bicicleta en la escuela y mientras caminaba junto al ahora sospechoso de haberlo matado. Es inimputable.
Hay un tercer video del que se desconocen imágenes y que Mariela Flores, la mamá de Joaquín, contó luego que capta al adolescente acusado del crimen cuando regresaba: iba solo y “apurado”.
“El comisario dice que vuelve porque se le hacía la hora del colegio. Se ve que se le cae el teléfono, él volvió al colegio normal con el teléfono de mi hijo. Es un cínico, un psicópata de 14 años. Resulta que este psicópata a metros de la escuela había dejado el cuerpo de su amigo”, expresó Mariela. El dato de que llevaba el celular de Joaquín lo advirtió el padre de la víctima.
Lo cierto es que el intendente de Laboulaye, César Abdala, dijo a la emisora local LV3 que el chico “se desmoronó y confesó” el crimen de Joaquín y que “tenía el celular de su amigo y no pudo explicar por qué”.
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El cuerpo apareció este domingo en una vivienda deshabitada ubicada en la calle Sarmiento 480, a unos 100 metros de la escuela. Lo encontraron los vecinos que colaboraban con la búsqueda. La autopsia determinó que falleció a causa de un traumatismo de cráneo y sufrió un daño encefálico que le provocó la muerte inmediata, luego de recibir más de 10 golpes en la cabeza.
El juez de Control, Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género y Faltas de Laboulaye, Sebastián Moro, tomó contacto con el adolescente sospechado y con sus padres y luego decidió su traslado a un centro penal juvenil de la capital cordobesa.
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