Cayó Maximiliano Espinillo, uno de los pedófilos más buscados de la Argentina: abusó de una nena durante 7 años

Fue condenado, pero logró evadir a la Justicia y se mantuvo prófugo desde 2018. Lo arrestó la Policía Federal en un trabajo conjunto con el fiscal José María Campagnoli

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Maximiliano Espinillo tras su arresto
Maximiliano Espinillo tras su arresto

Maximiliano José Espinillo (39) estaba distinto, claramente más flaco que la imagen que lo muestra en su afiche de most wanted, donde el Ministerio de Seguridad de la Nación ofrecía 5 millones de pesos para quien lo delatara. Estaba prófugo desde el 10 de agosto de 2018, cuando fue condenado a seis años de prisión por haber abusado sexualmente de una menor de edad durante siete años.

Sin embargo, Espinillo nunca fue a la cárcel. Había dejado el auto que manejaba como remís, había dejado de ir a la cancha, intentaba borrar los rastros de sus movimientos. Así, se mantuvo en la clandestinidad durante casi cinco años, hasta este miércoles.

La División Búsqueda de Prófugos de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA finalmente lo encontró esta mañana mientras dormía en una casa chorizo de la calle Luis Sáenz Peña al 1.900, zona de Boedo, a pocas cuadras del hospital Garrahan. Fue tras una investigación pedida por el Tribunal de Menores N°3 a cargo del juez Sergio Real y la UFECRI, la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja, a cargo del fiscal José María Campagnoli.

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Así, lo arrestaron y se lo llevaron. El domicilio donde lo encontraron era, precisamente, su domicilio fiscal registrado ante la AFIP. Su idea era permanecer ahí oculto hasta que su condena prescriba.

El pedido de recompensa
El pedido de recompensa

La causa en contra de Espinillo, y por la cual fue condenado, había comenzado en 2010. La víctima que atacó era una menor de su propia familia. La imputación fue maratónica: corrupción agravada por tratarse de una menor de 13 años de edad y mediante el empleo de amenazas, en concurso ideal con abuso sexual agravado por haber configurado un sometimiento gravemente ultrajante reiterado, ocasionando un grave daño en la salud física y mental de la víctima.

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Ahora aguarda en la Superintendencia de Investigaciones Federales su remisión a la unidad penal que la justicia designe, para cumplir su condena.

Espinillo, reconocido como miembro de la barra brava del club Barracas Central, es argentino y nació en 1983. Era primo y ahijado de la madre de la víctima, a quien la violó desde que ella tuvo 5 años hasta sus 12. La vida de la niña, que hoy tiene unos 30 años, se convirtió en una tortura física y psicológica. 

Luego de ser abusada sexualmente durante siete años, la víctima finalmente denunció a Espinillo en 2010. Y, cuando la sentencia quedó firme y el violador se esfumó, ella escribió en sus redes sociales en 2019: “Jamás pensé que llegaría a esto”.

La última foto que había de Espinillo antes de que se esfumara por 5 años
La última foto que había de Espinillo antes de que se esfumara por 5 años

“En el año 2010 me animé a denunciar ante la Justicia argentina a Maximiliano José Espinillo, quien abusó sexualmente de mí desde mis 5 hasta mis 12 años. Pase gran parte de mi adolescencia con internaciones por intentos de suicidio y tratamientos psiquiátricos, y psicológicos, a causa del estrés postraumático. Cuando logré tener la fortaleza lo denuncié. En el año 2015 logré llevarlo a juicio oral y que el Tribunal Oral N°3 de Menores lo condene a seis años”, expresó la joven por ese entonces.

Y suplicaba: “Necesito que lo encuentren y poder estar en paz. Necesito que la Justicia después de ocho años me dé una respuesta. Está condenado, tiene que estar detenido”. Ante esto, la por entonces ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich firmó una resolución para ofrecer una recompensa por Espinillo. Empezó en 500 mil pesos, luego ascendió a 3 millones y actualmente se ofrecían 5 millones por un dato del violador.

La víctima tenía razón cuando advertía que se movía por “Avellaneda, Barracas, Constitución”. Lo hallaron muy cerca de esos barrios, en Boedo... Casi cinco años después.

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