David Fortón Salinas se puso a reflexionar sobre el mundo una tarde de 2019 en un aula del penal de Devoto, donde estaba preso por transa. Participaba de un taller literario organizado por la Facultad de Filosofía y Letras. La consigna del taller era, básicamente, pensar sobre la naturaleza de las fronteras, tal vez una metáfora del encierro.
Así, Fortón Salinas escribió, con el mapamundi en la mente:
“¿El mundo nació con fronteras? Puedo pensar que sí o que no, ya que existen el norte, el sur, el este y el oeste, ¿serán fronteras de la naturaleza creadas por ella misma?”.
Nacido el 18 de septiembre de 1985 en Pucalpa, República de Perú, David -apodado “Piedrita”, un alias que comparte con Juan Inga Arredondo, peruano como él, uno de los sicarios más letales del narcotráfico argentino-, ya era un reincidente para ese entonces. Vecino de la Villa 31 bis, había estado preso en el penal de Ezeiza.
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El fiscal Guillermo Marijuán lo había enviado a juicio luego de que la Federal lo encontró el 7 de mayo de 2014 con poco más de un kilo de cocaína oculto en una bolsa de pañales en la esquina de México y Jujuy. El porcentaje de pureza de la droga, de acuerdo al test de laboratorio químico, era miserable, coca light literalmente, un 16,9 por ciento, un cálculo que supera el piso de algunas de las peores cuevas en zonas como Constitución. Dos años después, el Tribunal Federal N°6 lo condenó a cuatro años y ocho meses de cárcel, ya que le unificaron una pena previa que ya le habían impuesto en 2013.
Volvieron a condenarlo el 7 de octubre de 2019. El Tribunal N°1 aumentó su pena a seis años y seis meses y le revocó la libertad condicional que había logrado poco antes. Esta vez, lo señalaron como un segunda línea, un proveedor de un grupo de dealers que daba vuelto con billetes falsos. “Piedrita” no practicaba el silencio: intervinieron teléfonos en las causas en su contra y lo escucharon charlando con su jefe. Después le allanaron la casa.
Tuvo un compañero de causa más o menos conocido en ese expediente: era Hernán Diego García, demorado por gendarmes a comienzos del mes pasado cuando usaba una credencial que lo presentaba como asesor de la Presidencia del Senado de la Nación mientras llevaba 92 pastillas de éxtasis. García, que figura en sus registros previsionales como empleado de la Cámara de Diputados desde diciembre de 1990 hasta la actualidad- fue condenado junto a Fortón. Le dieron más de cuatro años de cárcel.
Hoy, Fortón Salinas está prófugo otra vez. El fiscal federal Matías Di Lello lo busca por estar detrás del mayor lote de dinero narco de la historia reciente. Gendarmería Nacional allanó una de las cuevas de su banda. Parecía una casa de cambio. se hallaron 43,4 millones de pesos argentinos, 1,5 millones de pesos chilenos, un millón de pesos colombianos, 153 mil dólares americanos, 3570 euros y hasta moneda australiana, boliviana, canadiense, suiza, mexicana y británica. Los estimados finales dan, como mínimo, 130 millones de pesos a valor actual.
Los allanamientos por la causa en su contra se realizaron en las villas 1-11-14 y 31 de Buenos Aires y en las localidades bonaerenses de Gerli, Villa Madero, General Rodríguez, Villa Ballester, Vila Celina, González Catán. 13 personas fueron detenidas, entre ellas Iván García Choque, uno de los presuntos líderes de la banda, oriundo de Bolivia y con domicilio en la Villa 31. García Choque tiene una historia de empleo llamativa para un presunto jefe narco: trabajó como albañil en diversas constructoras desde 2010 hasta 2019. También se encontraron 16 kilos de cocaína -cuya pureza queda por testearse- y un par de armas.
Para los investigadores, esta vez, Fortón no es un segunda línea. “Tiene un rol protagónico. Es quien primero aparece en la causa. Su nombre vuelve a surgir en las distintas tareas de distribución y organización”, asegura a Infobae un investigador clave en el expediente.
La redada es un desprendimiento de un caso investigado por el fiscal Di Lello en marzo de de este año. Nueve personas fueron detenidas sospechadas de integrar una organización narco que operaba en el país con conexiones con Bolivia y Brasil. El grupo criminal, según la acusación, se dedicaba a vender cocaína y pastillas de éxtasis en CABA, varios puntos de Buenos Aires y Córdoba. Se realizaron 18 allanamientos en su contra donde se secuestraron, drogas, dinero en efectivo y armas.
Además, les encontraron un megavivero con 519 plantas de marihuana.
A raíz de esa investigación, “detectamos que había tres personas que tenían un rol muy activo en la compra de estupefacientes y manejo de dinero”, dice un investigador clave en el expediente, entre ellos García Choque.
Parece que hay una pequeña guerra en el medio. La banda de Fortón y García Choque, aseguran fuentes del caso, sintió el fuego a comienzos de este mes en un aparente conflicto. Uno de sus aguantaderos en General Rodríguez fue baleado por pistoleros a bordo de un auto.
Todavía se desconoce si la balacera obedeció a un conflicto interno o si los tiradores son narcos enemigos. No sorprende, por otra parte. 130 millones de pesos en el inframundo narco son una garantía de plomo.
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