El pasado 8 de junio, la ciudad chaqueña de Resistencia estaba convulsionada. Cecilia Strzyzowski, la pareja de César Sena -el heredero del imperio piquetero construido a base de fondos públicos por su padre Emerenciano Sena y su madre Marcela Acuña-, estaba desaparecida. Era todo estupor, aunque nadie se imaginaba lo que vendría luego. En ese contexto, aquel día soleado, el novio de la joven fue llamado a declaración testimonial por ser la última persona que tuvo contacto con la víctima. Pero no se presentó solo en la sede del Ministerio Público: fue acompañado, insólitamente, de su madre y de un grupo de militantes.
Una cámara de televisión local se acercó a la líder piquetera y le preguntó por la desaparición de su nuera. Acuña se apuró en decir que su hijo no tenía nada que ver, pero, sobre todo, en negar que hubiera algún tipo de vínculo fluido entre ellos y Cecilia, a pesar de que la pareja se había casado, divorciado y se conocía hacía más de un año.
“Sí, la conocíamos, pero nunca tuvo una relación estrecha con nosotros”, dijo en aquella oportunidad. Horas más tarde, en su propia declaración testimonial, repitió lo mismo: “La conocía como amiga de mi hijo. No teníamos ninguna relación con esta muchacha. Era un ‘hola y chau’”.
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Una serie de imágenes, anexadas recientemente al expediente, a las que pudo acceder Infobae, demuestran que Acuña mintió en cuanto al vínculo entre la familia Sena y la víctima. Se conocían bien y hasta compartieron fiestas familiares. ¿Por qué la primera estrategia de los acusados fue despegarse de ella? Los investigadores creen que la respuesta a esa pregunta puede ser la punta del ovillo para desenmarañar el espantoso crimen de Cecilia.
La primera fotografía que llamó la atención de los fiscales, y fue recogida de redes sociales, data del 10 de diciembre del año pasado. Es el retrato de una fiesta en la que participaron los Sena y Cecilia. Allí se puede observar a la víctima con un vestido rojo, al propio Cesar Sena abrazando a su novia con una corbata del mismo color y a Marcela Acuña. También está una de las hermanas de Emerenciano.
Hay otra imagen. Más cercana en el tiempo. Es del 9 de enero de este año. Cinco meses antes del femicidio de Cecilia. En la fotografía se ve a la joven desaparecida, a Cesar Sena y a Marcela Acuña. Están en un homenaje al Gauchito Gil que se realizó en Chaco. Es una de las primeras imágenes incorporadas al expediente donde Cecilia es abrazada por su suegra, principal acusada del crimen. La joven le toma, incluso, la mano a la mujer.
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Algunos días más tarde, el 24 de enero pasado, la familia Sena festejó el cumpleaños del patriarca del clan, Emerenciano. Lo hicieron en la casa de Santa María de Oro, donde la justicia sospecha que se produjo el homicidio de Cecilia. En esa celebración, estuvo invitada la joven y hubo foto: la víctima está junto a César, Marcela, Emerenciano y el resto de la familia.
En todas las imágenes se observa un clima agradable y ameno. Y Cecilia parece integrada. Sin embargo, para los investigadores, esto demuestra que ella era parte de la familia Sena, aunque no desmiente que Marcela Acuña la odiaba profundamente.
“Hay un encono que nosotros creemos que proviene desde los lados. Primero, porque Cecilia se negó siempre a formar parte del negocio piquetero de los Sena. Ella jamás se puso siquiera una camiseta partidaria. Por el otro lado, una cuestión de amor extremo de Marcela para con su hijo y la sensación de que Cecilia era una ´intrusa´ que venía a sacárselo”, explica una fuente con acceso al expediente.
Todo esto se analiza mientras continúan las pericias. Este domingo, Gendarmería levantó rastros con Luminol, el compuesto químico que reacciona al detectar manchas de sangre, en una habitación de la casa de los Sena. Aunque no en cualquiera. Fue justamente en la que Obregón, el chofer que se quebró y declaró en indagatoria, había dicho que vio un bulto.
Se espera que en las próximas horas los fiscales terminen de elaborar el documento solicitando al juez de garantías el pedido de prisión preventiva para los siete detenidos. Allí se leerá, de manera oficial y por primera vez, la hipótesis que los investigadores siguen sobre el femicidio.
Mientras tanto, se suspendió un rastrillaje que debía hacer la Gendarmería este lunes y Fernando Burlando fue aceptado como abogado de Gloria Romero, la madre de Cecilia.
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