Mientras continúan los procedimientos para dar con el cuerpo de Cecilia Strzyzowski, crecen las sospechas sobre un matrimonio muy cercano a Emerenciano Sena y a su esposa Marcela Acuña. Creen que la pareja habría ayudado a los padres de César Sena a ocultar el cadáver.
Se trata de José Gustavo Obregón y Fabiana Cecilia González, quienes se convirtieron en los asistentes más estrechos de los líderes piqueteros. “Leales e incondicionales”, los definen quienes los conocen. Incluso, Obregón acompañaba, en quinto lugar, la lista del Frente de Chaco que llevaba como precandidato a diputado provincial a Sena, por Socialistas Unidos.
Las PASO se realizarán este domingo sin la participación del dirigente social y su esposa (precandidata a intendente de Resistencia) ya que fueron expulsados del frente oficialista que impulsa la reelección de Jorge Capitanich. Obregón tampoco estará.
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Él y su mujer —que también supo integrar una lista del movimiento piquetero— fueron imputados por el equipo de fiscales como coautores del femicidio, a raíz de evidencias que surgieron en el expediente a cargo de los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez.
En las últimas horas, las sospechas sobre los colaboradores de los Sena aumentaron: un video muestra a González tomándose la cabeza ante su marido, en la puerta de la casa de los líderes piqueteros y este miércoles por la noche, los investigadores encontraron ropa que habría sido descartada por Obregón en su departamento.
Además, Gustavo Melgarejo, casero del campo en el que se encontraron restos óseos, declaró que el domingo 4 de junio le abrió la tranquera para que pasara la camioneta de César Sena. Según su versión, el hijo de Emerenciano y Marcela estaba acompañado por Obregón. Detrás, dijo ver a Cecilia con vida y amordazada.
El casero fue imputado por el crimen, al igual que su esposa, Griselda Reinoso, aunque no estarían tan comprometidos en la trama como la pareja que es señalada como “mano derecha” de los Sena.
Fuentes del entorno de los ex aliados de Jorge Capitanich, indicaron que Obregón y González cumplían las órdenes de sus jefes sin cuestionarlos, “obedecían”. “Se encargaban de apretar a los trabajadores, por ejemplo, de las escuelas. Por ejemplo, a los maestros los amenazaban con quitarles horas si no cumplían con tareas de limpieza. Nadie los denunció porque les tenían miedo, no querían quedarse sin trabajo”, indicaron a Infobae.
De acuerdo a sus datos comerciales, Obregón es empleado de los Ministerios de Desarrollo y de Educación chaqueños. Al igual que César, daba clases en las escuelas del movimiento hasta ser detenido. Antes, tuvo un breve paso por la Fundación de Madres de Plaza de Mayo en 2010, al igual que su mujer, que también se desempeñaba en empleos para las mismas carteras.
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“Se conocieron entre 2007 y 2008. Desde entonces, fue obediencia debida. Ellos hacían lo que les pedían, full time e incondicionales”, detallaron las fuentes. “Notamos que tenían una buena posición económica que no se correspondía con sus trabajos, pero nadie decía nada por temor y los Sena estaban cegados de poder. Creyeron que el poder los hacía impunes”, indicaron.
Aunque el matrimonio se mostraba generoso y amable en redes, sus colaboradores no dudan: “Es gente agresiva y muy vengativa. Manejaban el movimiento con mano de hierro”, resumen. Incluso, hablan de amenazas y una especie de “fuerza de choque”. “Los mandaban los Sena a apretar, a través de Obregón y su mujer”, revelan.
César, el hijo del matrimonio piquetero y pareja de la víctima, es considerado por los fiscales como el principal responsable del crimen. Le imputaron homicidio triplemente agravado por el vínculo, por el concurso premeditado de dos o más personas y por haberse realizado en un contexto de violencia de género (femicidio) en calidad de co-autor.
En cuanto a Emerenciano Sena, el poderoso líder piquetero que logró la adjudicación de fondos para la construcción de viviendas y escuelas en Resistencia, se les imputó el homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas en calidad de co-autor. Lo mismo para su esposa, Marcela Acuña, líder de “Mujeres Al Frente”.
“Ella es una madre muy controladora”, dice la fuente sobre Acuña y confirma que le pagó 400 mil pesos a Cecilia para divorciarse de su hijo, luego de enterarse por Facebook del casamiento. Sin embargo, la dirigente social no evitó que la relación continuara. César se fue a vivir con su novia a el bar Gato Negro.
“Ambos tienen carácter fuerte. Si alguien salía a denunciarlos, para justificarse decían ser perseguidos políticos. Se victimizaban”, detallaron. De acuerdo a la fuente, esa estrategia era seguida al pie de la letra por Obregón y González.
En este caso, intentaron la misma estrategia, pero las pruebas del femicidio son cada vez más apabullantes.
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