Desde Resistencia, Chaco - Este lunes, Noelia Magalí Fernández Leyes, quien se desempeñaba como trabajadora de prensa en la organización política liderada por Emerenciano Sena y Marcela Acuña -en los papeles empleada del Ministerio de Educación provincial- aportó su teléfono celular a la investigación del femicidio de Cecilia Strzyzowski. En el aparato, según indicó, habría evidencias que incriminarían aún más al matrimonio de dirigentes sociales, imputados como coautores del crimen de la joven chaqueña de 28 años de quien nada se sabe desde el 1° de junio.
Un día después, recluida en un lugar cuyas coordenadas se desconocen y con custodia policial permanente, Magalí grabó un video que desde anoche comenzó a circular en redes sociales. “No me voy a suicidar”, advierte la mujer en las imágenes.
En la secuencia, que dura poco más de dos minutos, Fernández Leyes da cuenta del terror que atraviesa. Encapuchada y con la cámara casi pegada al rostro para no dar indicios de su ubicación, Magalí -quien supo trabajar codo a codo con Patricia Acuña, hermana de Marcela Acuña- sabe que el “Clan Sena” es un “peso pesado” y tiene miedo.
Te puede interesar: Tras cuatro horas de indagatorias, el matrimonio Sena fue imputado como coautor del femicidio de Cecilia Strzyzowski
“La verdad es que no quiero saber nada de lo que se dice, simplemente quiero aportar a que esto se esclarezca. Emocionalmente no estoy bien. Mis hijos no están conmigo. Están resguardados en otro lugar por cuestiones de seguridad. Son muy pocas las personas que saben dónde estoy. No me pidan que les diga, es por mi seguridad, la de terceros y la de mis familiares. No pidan a nadie saber dónde estoy, la persona que sabe es el señor Gustavo Olivello (N.d.R. el ex suboficial mayor de la Policía y periodista de radio Gualamba). Mi única seguridad es un botón antipánico, una custodia permanente y custodia para mis hijos”, dice Magalí.
Quien muestra el video a Infobae es su padre, Pablo Fernández (65), un ex empleado contable que atiende un kiosco que montó en la entrada de su casa de Resistencia donde, hasta la semana pasada, también vivía Magalí con sus cuatro hijos de 15, 10, 8 y 7 años. Ahora, en medio de la escalada mediática del caso, su hija y sus nietos tuvieron que irse del domicilio y él, por seguridad, tiene un patrullero estacionado enfrente las 24 horas del día.
“Hoy me enojé con la radio. Resistencia está dolida. Tengo ganas de ir a la marcha de las antorchas”, dice Pablo en referencia a la movilización convocada por los familiares y amigos de Cecilia para este miércoles a las 20.30 en la Plaza 25 de Mayo.
Pablo ve el video de su hija a través de la pantalla de su celular. Cada tanto pone pausa y contextualiza. “Magalí empezó a trabajar en el movimiento de Emerenciano Sena hace cuatro años por necesidad. La promesa era que le iban a dar una vivienda”, explica.
En ese momento, siempre según el relato del hombre, su hija arrancó con un puesto de docente y fue “evolucionando” hasta llegar a la parte de prensa de la organización política. “Ella respondía a Patricia Acuña (hermana de Marcela) y su marido, Ricardo Goya. Cuando pasó lo de Cecilia, su jefa la llamó y le pidió que se ocupara del tema”, explica Pablo, mientras se quita los anteojos y frota los vidrios con el suéter.
Te puede interesar: Chaco: buscan el cuerpo de Cecilia tras la declaración de un empleado de la familia Senna
“Ocuparse, básicamente, era filtrarles información. Querían que fuera a lugares a buscar información del caso. Marcela le decía a Patricia y Patricia le pedía a Magalí. Como mi hija no se prestó, empezaron a maltratarla. Fui yo el que le dijo que llamara al 911 y a la policía. Al final terminó yendo a la radio y después a la fiscalía. Esa fue la última vez que la ví. Anoche hablamos por teléfono. Ella llora y llora. ‘Tengo miedo’, me dice. En su momento yo le advertí que esta gente era ‘pesada’, que no le convenía trabajar con ellos, pero su necesidad fue más fuerte”, se lamenta Pablo.
El último minuto del video de Cecilia es dramático. Su papá, Pablo, lo sabe y cuando lo escucha se agarra la cabeza.
“No dejen que mis hijos que separen. Pregúntenle a ellos dónde quieren estar y dónde quieren ir. Hay una persona que se acercó para poder llevárselos. No dejen a mis hijos solos. Yo no puedo estar con ellos en este momento. No no me voy a suicidar, no me voy a matar. Estoy resguardada en este lugar por estos días. Veremos que pasará. No me voy a suicidar y denle voz a mis hijos. No me voy a suicidar”, sostiene la mujer.
Pablo guarda el celular en el bolsillo y suspira. “Vos me ves así de tranquilo, pero porque estoy medicado. Tuve dos ACV. A mi mujer anoche le sangró la nariz. Yo trato de tranquilizarla, pero conociéndolos a los Sena esto no va a quedar acá. Mi gran temor es que los piqueteros vengan acá y me quemen la casa o me tiren una bomba de alcohol”, dice.
Te puede interesar: La desaparición de la nuera de un polémico piquetero de Chaco salpica la política y compromete las PASO del próximo domingo
Infobae se retira del lugar ubicado en un barrio con calles de tierra y sin tomar fotos por pedido de Pablo Fernández, su seguridad y la de su familia. Aunque sus vecinos saben quién es, para el resto de la provincia y del país, el hombre prefiere quedar en el anonimato.
Cómo sigue la investigación
Tras la ronda de declaraciones indagatorias de los siete imputados que finalizó a última hora de este martes, la Justicia ordenó para esta mañana una serie de allanamientos en una zona rural de Puerto Tirol, la localidad en la que está ubicado el campo del piquetero Emerenciano Sena.
Allí, confió a este medio una alta fuente judicial, se buscan “el cuerpo o restos” de la víctima.
El procedimiento se ordenó luego de la declaración de Gustavo Melgarejo, uno de los detenidos que declaró ante el Equipo Fiscal Especial integrado por los fiscales, Jorge Cáceres Olivera, Jorge Fernando Gómez y Nelia Velázquez. Se trata del casero del campo del clan Sena-Acuña, arrestado el sábado pasado luego de un allanamiento en la propiedad en la que trabaja. En el operativo, que se realiza desde las 8.30 en una zona ubicada a unos 10 kilómetros de Puerto Tirol, aun se encuentran peritos especializados del Poder Judicial.
Seguir leyendo: