Con cinco años de edad, César Sena participaba de los cortes de ruta organizados por Emerenciano Sena y Marcela Acuña. Por aquel entonces, el hijo del matrimonio piquetero jugaba entre gomas quemadas y cánticos de lucha. Los integrantes del movimiento social recuerdan aún el apodo con el que llamaban al niño: “Cascotito”, le decían.
Con el tiempo, César cambió el alias por “el hijo de Marcela” o simplemente “Cesar”. A sus 19 años, el principal sospechoso de asesinar a Cecilia Strzyzowski, hasta ser detenido, tenía como principal actividad acompañar a su madre, como así a su padre, en las diversas actividades que la ex precandidata a intendenta en Resistencia encara en el territorio.
“Lo llevaban a todos lados”, resumen. “No es un chico que hable, no tiene empatía de conducción ni muestra liderazgo”, lo describen desde su entorno. Sobre su temperamento dicen: “Es muy buenito”. Su familia no estaba de acuerdo con la relación que había entablado con Cecilia “por la diferencia de edad (NdR: ella era 10 años mayor) y porque la conoció en Tinder”.
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Aseguran que la presunta víctima de femicidio era su primera novia y que se casaron en secreto, a espaldas de la familia Sena. Sin embargo, el sus allegados sabían que la pareja convivía. Cuando la joven desapareció, sus parientes le preguntaron por su novia. Él les aseguró que no había hecho nada y que su celular se lo había quedado ella.
Su madre lo acompañó a declarar como testigo junto a las integrantes de “Mujeres Al Frente”. “Ella le cree. Conociéndola a Marcela, si hubiera algo de cierto, lo habría abrazado y marche preso. Si pudo hacerlo, se tiene que comer la cárcel”, expresó Ricardo Goya, cuñado de la esposa de Sena en diálogo con Infobae.
Tras la detención del matrimonio, y una orden de captura en su contra, César Sena se entregó. “Estaba muy tranquilo. Yo lo interrogué tres veces y le aseguré que su familia no le iba a soltar la mano, que lo íbamos a acompañar, pero le pedí que, si tenía algo que decir, que lo diga por lealtad”, contó Goya. El joven mantuvo su versión, pese a las pruebas que fueron surgiendo en el proceso.
Una de las principales evidencias está compuesta por una imagen inquietante que lo muestra con marcas en el cuello, aparentes rasguños. Se trata de una foto tomada durante un acto de campaña en el barrio Obrero de Colonia Elisa.
¿Qué dijo César Sena sobre esa herida? Que se lastimó en una lucha de Aikido, el arte marcial que practica. Una cortada poco creíble hasta para su círculo cercano. Otra prueba que lo complica: la abuela de Cecilia la vio subir a su camioneta el 1° de junio. Nunca más supo de ella. Una cámara registró a la joven al día siguiente entrando a la casa de los Sena. Es la última imagen que la muestra con vida.
El panorama para el hijo de los líderes piqueteros se complicó aún más en las últimas horas: su abogado, Juan Díaz, renunció a la defensa por “diferencias irreconciliables”.
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El reconocido abogado chaqueño que tomó la defensa de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, Juan Carlos Saife, se negó a representar a César.
De acuerdo a sus antecedentes comerciales, el hijo de los aliados políticos de Jorge Capitanich percibe -desde 2022- un sueldo de la Dirección de Administración del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Chaco. De acuerdo a sus redes, trabaja en un taller de herrería artística y estudió Ingeniería Civil en la Universidad Nacional del Noroeste.
“Problemas de autoestima” y “vivir como un prisionero”
En Facebook, el joven se muestra muy apegado a Emerenciano, pero es en Marcela en quién se apoya. Así lo muestra uno de sus posteos, dedicado a su mamá y publicado en febrero de 2022, en el que admite “problemas de autoestima y complejos” y la define como “la mujer más especial de su vida”.
La devoción es mutua: la mujer lleva un tatuaje con el rostro de César en el brazo.
En 2021, “Cascotito” descargó su enojo por varios aspectos de su vida, a la vez que se describió así mismo: “No suelo salir a boliches, fiestas, cenas y muchas otras actividades como chicos de mi edad, muy rara vez he podido salir de mi casa SOLO y, por lo general, cuando lo hago es para ir a comprar algo a los mercados de mi zona”, indicó en su perfil de la red social.
“Desde que tengo uso de razón, tengo a una persona encargada de mi seguridad atrás mío todo el tiempo, una sombra o varias dependiendo de la ocasión, además de eso, no salgo de mi casa si no es con mis padres y, en raras ocasiones, salgo al centro a espacios muy contados y con un horario, rutina y personas asignadas a mí, practico de manera casi obligatoria artes marciales y deportes de combate de manera religiosa...”, continuó.
Y se lamentó: “¿Saben qué significa eso, no? No puedo ir a juntada con amigos, no puedo salir a caminar solo por la calle sin escaparme. No sé lo que se siente jugar en una cancha de barrio con amigos, no sé lo que se siente tener amigos que se queden a dormir en tu casa, o viceversa, no puedo salir hasta más allá de las 17 hs...”.
El joven culpó a supuestas expresiones de odio contra su familia de ese estilo de vida. “Personas que desde antes que yo nazca me condenan a una vida así, personas que por odio se dedican a sembrar odio, a difamar a diestra y siniestra”, dice y agrega: “Hay gente que me odia, me discrimina, y hasta llegué a recibir ataques físicos de otras personas que no conozco, las cuales decían cosas como ‘esto te pasa por chorro’, ’devuelvan la plata ratas’, ‘habría que meterles un tiro’”.
César contó, en la misma línea: “Llegaron a pedirme que me baje de un taxi, salir de un negocio o gritarme”. Luego, responsabilizó al periodismo: “Sé muy bien lo que es la libertad de prensa, pero está bien sembrar tu odio propio en tu contenido sabiendo que eres un ‘formador de opinión’ cuando no hay pruebas reales”.
“Amaría poder andar sin esconderme”, confesó. “Me arrebatan mi libertad e hicieron que haya pasado la mayor parte de mi vida encerrado y sin vivir una niñez normal, sino algo más parecido a la vida de un prisionero”. Por los ataques a los que hace referencia, “mensajes extraños, fotos obscenas y amenazas”, aseguró que padeció “estrés”.
“Llegué incluso a estar internado por problemas físicos relacionados y con citas al psicólogo y nutricionista que aún persisten... ¿Saben lo que duele vivir con esas opiniones en tus espaldas?”, reflexionó y cerró: “El que quiera puede conocerme, venir a mi casa si lo desea, soy una persona normal y quisiera una vida normal... Y odio no poder tenerla... Solo espero que no le ocurra a nadie más... No se lo desearía a nadie. Yo vivo en pandemia hace ya muchos años”.
En tanto, los investigadores intentan dilucidar lo que ocurrió con Cecilia, la familia Sena está preocupado por el futuro del Barrio “500 Viviendas” de Barranqueras, obra del movimiento piquetero. “En este caso todos somos culpables hasta que se demuestre lo contrario”, se lamentó Goya que denunció bombardeos públicos y discursos de odio.
“El movimiento social tiene una escuela y el campo que rastrillaron se usa para abastecer a los comedores”, indicó. “Hay muchas familias angustiadas. Estamos todos consternados”, añadió.
“Anoche, una invasión de personas intentó tomar las casas que estamos construyendo. Los compañeros resisten con gomeras”, dijo el cuñado de Emerenciano, que teme por el devenir de la organización piquetera.
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