El chofer del micro que despistó y volcó en el kilómetro 141 de la Ruta 2, a la altura de Lezama, provocando la muerte de dos de las alumnas de 11 y 12 años de una escuela de Benavídez, fue condenado a tres años y ocho meses de prisión efectiva por el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores.
El caso, conocido como la tragedia de la Ruta 2, ocurrió el 28 de noviembre de 2019, cuando fallecieron Delfina del Bianco y Mía Soledad Morán, estudiantes de 6° grado de la escuela 41 Vera Peñaloza. El contingente de egresados había salido del colegio esa madrugada en el ómnibus de la empresa Silvicard SRL que conducía Alberto Gustavo Maldonado, de 48 años, con dirección a Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú.
Maldonado fue juzgado por los delitos de doble homicidio culposo y lesiones. Durante el debate, precedido por el juez Emiliano Lázzari y en el que intervino el fiscal Juan Manuel Dávila, dieron su testimonio los padres de los estudiantes que viajaban en el vehículo.
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Algunos de ellos, contaron que sus hijos están “bloqueados” desde entonces y no quieren hablar del accidente. Otros, relataron el momento que atravesaron y las secuelas físicas y psicológicas que les dejó.
“Un análisis desde la lógica y la experiencia demuestran que instantes antes del accidente el chofer Maldonado miró o manipuló su celular, circunstancia esta que determinó una mínima distracción que ocasionó que el micro saliera de la traza cuando estaba transitando una curva”, estableció la sentencia.
Este hecho se desprende de la la hora en que se detuvo el tacómetro -a las 6:10- el mismo horario que le llega un mensaje de WhatsApp al chofer. “El chofer se distrajo por lo menos dos segundos antes de que el colectivo se desvíe en la curva”, indicó Lázzari. Si bien Maldonado había descansado muy poco antes de emprender el viaje, no pudo acreditarse que estuviera dormido al momento de producirse el accidente destacó el sitio de noticias Entre Líneas.
Durante el debate, los peritos que intervinieron en el caso dieron su testimonio y descartaron que las condiciones climáticas o el estado de la ruta hayan sido la causa del vuelco, al mismo tiempo descartaron la posibilidad de que un factor externo o una falla mecánica hayan tenido incidencia, ya que la pericia no evidenció desperfectos en el ómnibus. Coincidieron, en cambio, que la causa del despiste y posterior vuelco fue una distracción humana.
Durante los alegatos, el fiscal pidió la pena de seis años de prisión y 10 de inhabilitación para conducir. Por su lado, el abogado de Maldonado pidió la absolución e hizo hincapié en “dudas que sobresalen de los testimonios y las pericias” y aseguró que una fuerte ráfaga de viento provocó que el conductor perdiera el control del vehículo.
En función de la posible pena, el abogado solicitó tres años en ejecución condicional, alegando que su defendido no tenía antecedentes ni infracciones de tránsito y siempre estuvo a disposición de la Justicia.
En sus últimas palabras, Maldonado dijo: “Lamento mucho lo que están pasando las familias. Estoy con un dolor inmenso, todos los días pago por la responsabilidad del accidente. Yo no salí a matar a nadie, hace 20 años que viajo con chicos. Que sea Justicia”.
La investigación de la tragedia de la Ruta 2
Durante la etapa de instrucción, Jonatan Robert, titular de la UFI 10 de Chascomús, determinó que el micro no presentó ningún desperfecto y que los neumáticos no se habían reventado.
El resultado de las pericias, de esta manera, contradijo la declaración de Maldonado, quién atribuyó el accidente a una “falla mecánica”. En su indagatoria, también negó haber utilizado el celular o haber tenido sueño.
“Se durmió y, cuando se dio cuenta de que se había ido a la zanja y se estaba yendo contra la boca de la alcantarilla, entonces, pegó un volantazo”, dijo a pocas horas del juicio Silvia, la mamá de Delfina. “Detrás del micro venía una moto y otro micro y lo vieron zigzaguear antes de volcar.
“Él había dicho que venía de un franco y era mentira. Había tenido pocas horas de descanso por un viaje que hizo con otro grupo de chicos de Pacheco a San Pedro, el solcito de las 6.30 de la mañana lo fulminó”, agregó la mujer en diálogo con Infobae.
“No había problemas en el pavimento, ni hubo desperfectos del micro ni en la dirección, tampoco se le pincharon las ruedas, como él dijo. En todo mintió”, agregó Silvia en compañía de José, su esposo.
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De acuerdo con las pericias, el micro “se fue hacia la banquina o préstamo izquierdo” y se visualizaron “maniobras de frenado”, tras lo cual impactó contra el alcantarillado y cayó sobre su lateral izquierdo. Delfina y Mía, amigas del colegio, iban sentadas en el fondo del piso superior.
Además de las menores fallecidas, el vuelco dejó diez estudiantes heridos. Una de las niñas accidentadas sufrió la amputación de su brazo izquierdo.
Tras el accidente, la por entonces gobernadora María Eugenia Vidal decretó dos días de duelo y estableció “la bandera de la provincia de Buenos Aires permanezca izada a media asta en todos los edificios de la administración pública provincial”.
En los fundamentos de la medida publicada en el Boletín Oficial se recordó que “por el fatídico acontecimiento resultaron múltiples víctimas y heridos de diversa gravedad” y se apuntó que “el accidente acaecido ha conmovido e impactado el sentimiento del pueblo de la provincia de Buenos Aires, como asimismo en el ámbito nacional”.
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