En abril de 2013, el Tribunal Oral Federal N° 3 de San Martín, integrado por Lidia Soto, Germán Castelli y Elbio Osores Soler, condenó a prisión perpetua al herrero Richard Souto, a su concuñado Néstor Maidana, a Damián Sack, Gabriel Figueroa y Gonzalo Hernán Álvarez por el secuestro y asesinato del adolescente Matías Berardi, de 16 años.
En tanto, sentenció a la pena de 24 años de cárcel a Ana Moyano (esposa del herrero), y Jennifer Souto fue condenada a 17 años de prisión. Además, Celeste Moyano, Federico Esteban Maidana y Elías Emanuel Vivas fueron condenados a 19, 21 y 18 años de cárcel respectivamente.
A pesar de que Alexa Souto Moyano fue absuelta en el juicio oral de 2013, la Cámara de Casación Penal revocó el fallo y ordenó un nuevo debate, en el que fue condenada a 6 años y ocho meses de prisión que cumplirá en su domicilio y con monitoreo electrónico.
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A diez años de aquel fallo, dos de los once encarcelados fueron beneficiados con salidas transitorias y la familia del joven asesinado teme que se produzca un “efecto dominó” y que los otros tres, que tampoco fueron condenados a perpetua, terminen gozando de ese mismo privilegio.
La resolución firmada por el juez Walter Antonio Venditti, y el secretario José Luis Espósito, del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) 3 de San Martín, dispone que Emanuel Vivas y Celeste Verónica Moyano, tengan “seis horas mensuales de salida transitoria con el objeto de afianzar y mejorar los lazos familiares y sociales”.
Mientras la condena de Vivas, que fue declarado culpable por ser uno de los captores de Matías Berardi, vence el 1° de octubre del 2028; la de Moyano, que colaboró con el ocultamiento de la víctima, finaliza el 7 de octubre de 2029.
El juez Venditti estableció que las salidas se lleven a cabo “bajo tuición (guarda) de personal del Servicio Penitenciario Federal” de acuerdo a la siguiente modalidad: “Una salida transitoria de seis horas de duración por mes debiendo el personal designado acompañar, en todo momento”.
Notificado de la decisión de la justicia, Juan Berardi, el papá de Matías, se mostró muy mortificado porque está convencido de que ninguno de ellos debe gozar de ese beneficio. “Es inentendible. Lo mínimo que pedimos es que cumplan la condena en la cárcel. Nunca mostraron ningún tipo de arrepentimiento”, dijo en diálogo con Infobae.
Otra de las cuestiones que lo inquieta es que los otros tres culpables, que tampoco fueron condenados a perpetua (Ana Moyano, Jennifer Souto y Federico Esteban Maidana), “ya pidieron las salidas transitorias y están esperando una respuesta del juez”.
Anteriormente ya había hecho presentaciones en tiempos de confinamiento por el COVID-19 y se las habían rechazado. “Ellos van a seguir insistiendo hasta que alguien les permita salir”, remarcó Berardi.
“Esto fue posible porque ya no hay una presión mediática sobre el caso. El juez puso la firma muy fácil. ¿No piensa en el daño que esto nos genera? ¿No puede empatizar? Él también es padre de un adolescente. Se trata de los asesinos que planearon matar a mi hijo. Lo lógico es que cumplan la condena sin ningún beneficio”, señaló Berardi.
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“Queremos que la sociedad conozca lo que hizo el juez, que no pase desapercibido. Nos costó mucho lograr justicia para nuestro hijo. No es justo”, se lamentó.
Por el momento, solo una de las dos salidas transitorias se concretó. “La mujer fue notificada el 30 de mayo y el 3 de junio se hizo efectiva”, aseguró a este medio Eduardo Durañona, abogado de la familia Berardi. En cambio, el hombre -que se enteró de la resolución en marzo- todavía no pudo gozar de ese beneficio.
“La apelación de Vivas ya fue presentada ante Casación en su debido momento y mañana vamos a hacer la de Moyano”, adelantó el abogado. “Tenemos que revertir esta medida. Primero se empieza con las salidas transitorias y después van subiendo las exigencias hasta pedir la libertad condicional y eso no puede pasar”, agregó.
Durañona, por su parte, se mostró confiado en que la Cámara de Casación Penal haga lugar a su pedido y puso como ejemplo lo sucedido con el caso de Cristian Schaerer, el joven secuestrado en Corrientes que sigue desaparecido a pesar de que su familia pagó el rescate, donde revirtió las salidas transitorias de los condenados. “En mi presentación ante Casación utilicé esos fallos”, argumentó.
Matías Berardi tenía 16 años cuando fue secuestrado durante la madrugada del 28 de septiembre de 2010. Fue interceptado por una banda criminal en Panamericana y Ruta 26 al descender de una combi, que lo llevaba de regreso su casa desde la Ciudad de Buenos Aires tras asistir a una fiesta de egresados.
Mientras lo mantenían cautivo en una casa de Benavídez, los secuestradores llamaron a sus padres para exigirles un rescate de 30.000 pesos.
En un descuido de sus captores, el adolescente logró escapar, salió a la calle y pidió ayuda a los vecinos, a quienes les dijo que lo tenían secuestrado, pero no logró que alguien lo refugiara. La banda logró entonces recapturarlo y decidió asesinarlo. Lo ultimaron a sangre fría, en un descampado de Campana, de un tiro por la espalda.
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