Silvana Petinari, la esposa del empresario asesinado en San Antonio de Padua, localidad que pertenece al partido bonaerense de Merlo, lucha por su vida luego de haber recibido una serie de puñaladas en el cuerpo, cuando fue sorprendida por los delincuentes que entraron a robar en su casa. Después de haber sido operada de urgencia, se conoció el delicado parte médico de la víctima.
Tras forzar una de las persianas que daba al frente de la vivienda, la banda ingresó al domicilio cerca de las cuatro de la madrugada. La mujer resultó gravemente herida y fue trasladada al Hospital municipal Eva Perón de Merlo, aproximadamente cuarenta minutos después del ataque. Más tarde, poco después del mediodía, las autoridades del centro de salud informaron que “se encontraba hemodinámicamente estable, en asistencia respiratoria en estado crítico, bajo cuidado del equipo interdisciplinario hospitalario”. Hasta ahora es el único parte que se conoce de la víctima.
De acuerdo con el reporte firmado por la directora, Dra. Liliana Girgenti, y la directora adjunta, Dra. Natalia Sánchez, la mujer ingresó en una ambulancia al sanatorio público con una “herida contuso cortante en globo ocular derecho, herida contuso cortante en región cervical y región de hipogastrio”, las cuales determinaron que fueron producidas en un “contexto de agresión de terceros”.
Según la información a la que pudo acceder Infobae, Petinari tuvo que ser compensada hemodinámicamente, debido a que la gran cantidad de sangre que perdió puso en riesgo la estabilidad de su organismo. Una vez que los signos vitales de la paciente fueron restablecidos, fue intervenida quirúrgicamente.
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El parte médico reveló que el servicio de oftalmología estuvo presente en la evaluación y tratamiento de la puñalada que recibió en el ojo derecho. Así, confirmaron “la pérdida” del globo ocular derecho, ya que “estaba comprometido”.
Por último, el hospital municipal comunicó que Petinari se encontraba internada en la sala de shockroom del servicio de emergencias, ya que estaba a la espera de que se autorice el traslado al centro más cercano de la obra social que le ofrece cobertura médica. Algunas horas después de que el centro médico de Padua emitió el parte, la víctima finalmente fue trasladada en una ambulancia que partió desde el hospital Eva Perón escoltada por efectivos motorizados de la Policía Bonaerense hasta el sanatorio Los Arcos, en el barrio porteño de Palermo. Desde allí, por el momento no se ha comunicado cómo es el estado de salud de Petinari.
Después de haber sufrido una violenta entradera que provocó que su esposo, Gabriel Esteban Izzo (60), fuera asesinado de un balazo en la cabeza, tras haber mantenido un enfrentamiento armado con cuatro delincuentes, la empresaria es la única herida del caso, debido a que en el hogar también se encontraba su madre, Elsa Otruba de Petinari, de 83 años. Sin embargo, la anciana no sufrió los ataques, puesto que estaba dormida y no escuchó la balacera ni fue testigo del crimen.
El relato que pudo ofrecer la víctima hospitalizada a la Policía señaló que Izzo había detectado la presencia de la banda en la casa, por lo que tomó su pistola Bersa calibre 40 y se enfrentó con los ladrones en la cocina, lugar en donde fue encontrado sel cuerpo del hombre por las autoridades.
Acto seguido, Petinari salió de la habitación para saber qué ocurría tras escuchar varios ruidos. Fue en ese momento, cuando fue agredida por los delincuentes que se retiraron de la propiedad en un auto Volkswagen Golf de color gris en dirección a Ituzaingó.
Las fuentes policiales a las que accedió Infobae describieron que el hombre se encontraba tirado boca arriba, con un orificio visible de la bala que le perforó la cabeza, dos municiones, dos vainas servidas y la Bersa ubicada a unos metros del cadáver.
La investigación del caso está a cargo de la fiscal María Teresa Monti, de la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) N°5 del Departamento Judicial de Morón, quien calificó el hecho como robo agravado y homicidio criminis causa. Los elementos secuestrados de la escena fueron un precinto sin usar en la vereda, otro que se encontraba en el jardín, dos atados en el interior de la casa y una gorra estilo visera de color negro.
Por otro lado, se tomaron muestras de la sangre que se encontró dispersa en la entrada, el pasillo, en la habitación matrimonial y en el colchón, debido a que los investigadores no descartaron la posibilidad de que uno de los delincuentes haya sido herido por Izzo.
Por el momento, los cuatro ladrones y un quinto cómplice que los esperaba afuera en el vehículo se encuentran prófugos. Las filmaciones de las cámaras de seguridad del Municipio de Ituzaingó permitieron seguirles el rastro hasta dar con el rodado abandonado en la calle Gervasio Pavón al 3.500, ubicada en la localidad de Castelar.
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