Gabriel Esteban Izzo, un hombre de 60 años, fue asesinado de un disparo en la cabeza al enfrentarse a los tiros con al menos cuatro delincuentes que entraron esta mañana a su casa de la localidad de San Antonio de Padua, partido bonaerense de Merlo. En la misma secuencia, su esposa fue golpeada, herida a cuchillazos y pelea por su vida. Incluso, la mujer perdió un ojo. Los delincuentes escaparon.
De acuerdo con información policial a la que accedió Infobae, el salvaje crimen ocurrió esta madrugada en la casa ubicada en una zona céntrica, a donde la banda ingresó -aparentemente- con la intención de asaltarla. En ese momento, el hombre tomó una pistola Bersa y un revólver y comenzó a tirotearse con los ladrones. Su esposa, hija de un reconocido empresario de la zona, fundador de una compañía de remolques, también fue atacada. Los delincuentes luego de asesinar al hombre, huyeron en un Volkswagen Gol de color gris en sentido a la zona de Ituzaingó.
El hecho, informado esta mañana en el programa “Alguien tiene que decirlo” conducido por Eduardo Feinmann, es investigado por la fiscal María Teresa Monti, de la UFI Nº5 del Departamento Judicial de Morón, quien calificó el hecho como homicidio en ocasión de robo.
Según las fuentes, los ladrones ingresaron por el ventanal de la sala de estudio, que da al frente de la calle, después de forzar la persiana. La vivienda no cuenta con cerco perimetral, lo que facilitó el acceso de la banda para dar el golpe. La esposa de Izzo, quien tiene a su cargo la empresa familiar desde que su padre falleció, fue derivada al hospital Eva Perón, donde pelea por su vida.
En la casa se encontraba también la suegra del hombre asesinado. Se trata de una mujer de 83 años, quien durante el tiroteo estaba dentro de su habitación y al parecer no presenció el hecho.
Tras una primera inspección ocular, agentes de la Comisaría Segunda de Merlo encontraron sobre la vereda un precinto sin usar, otro sobre el jardín cercano al ventanal donde se produjo el ingreso y dos entrelazados en el interior de la casa. Asimismo, hallaron una gorra tipo visera de color negro.
De acuerdo con las fuentes, observaron rastros de sangre en la entrada, en un pasillo, en la habitación de las víctimas y sobre un colchón. En el dormitorio hallaron otro precinto cortado. No se descarta que parte de las manchas de sangre vistas en la escena correspondan a uno de los ladrones heridos. La investigación recién comienza.
Por su parte, el cuerpo de Gabriel fue encontrado boca arriba en la zona de la cocina, con una herida en la cabeza. Cerca suyo, el revólver. La Bersa estaba a pocos metros de la puerta. Los investigadores levantaron, de igual forma, dos proyectiles y dos vainas servidas.
Según los primeros datos, la mujer herida en el ojo es la hija de Pedro Petinari, dueño de una famosa empresa de acoplados de la zona de Merlo, con más de 50 años de actividad. Tras la muerte del fundador de la compañía, la mujer se hizo cargo del negocio.
A través de las cámaras, desde el Centro de Monitoreo observaron que a esa hora los cuatro masculinos se subieron en el Volkswagen de color gris -conducido por un quinto sospechosos- y huyeron en sentido a Ituzaingó. Al parecer, los ladrones se llevaron algunos objetos de valor. “A ellos los veíamos siempre. La familia estuvo en el barrio toda la vida. Gente laburante. Es una desgracia lo que ocurrió”, dijo en diálogo con Telefe una comerciante que vive frente al lugar del asesinato.
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