Silvana Petinari, la esposa del hombre asesinado esta madrugada de un tiro en la cabeza por ladrones que entraron a su casa de la localidad de San Antonio de Padua, pelea por su vida en un hospital luego de haber sido apuñalada durante el asalto en varias partes del cuerpo. Según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, la mujer -de 56 años- perdió el ojo derecho.
El salvaje robo ocurrió poco después de las 4 de la madrugada en la casa de la pareja, ubicada en el centro de Padua, donde una banda de al menos cuatro delincuentes ingresó tras romper una persiana que da al frente de la vivienda. En ese momento, tras escuchar los ruidos, el hombre tomó una pistola Bersa calibre 40 y un revólver y comenzó a tirotearse con los ladrones. Se desconoce aún si llegó a herir a alguno de los delincuentes. En ese momento, la víctima recibió impactos de bala -uno de ellos en la zona de la cabeza- y luego fue acuchillado. El hombre, identificado como Gabriel Esteban Izzo (60), murió en el acto.
Silvana, de acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, salió para ver qué ocurría y también fue atacada de forma brutal. Los delincuentes la acuchillaron en varias partes del cuerpo: sufrió heridas en el cuello, un hombro y en un glúteo. Además, las puñaladas le produjeron la pérdida del ojo derecho y por eso fue trasladada de inmediato a Hospital Eva Perón de Merlo, donde permanece internada en terapia intensiva.
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Tras las agresiones, los cuatro delincuentes robaron algunos objetos de valor y se subieron en un Volkswagen de color gris con sentido a la zona de Ituzaingó. El hecho es investigado por la fiscal María Teresa Monti, de la UFI Nº5 del Departamento Judicial de Morón, quien calificó el hecho como robo agravado y homicidio criminis causa. Es decir, matar para ocultar otro delito.
Según la información policial a la que accedió Infobae, los ladrones ingresaron por el ventanal de la sala de estudio, que da al frente de la vivienda - a la calle - después de forzar la persiana. La propiedad no cuenta con cerco perimetral, lo que facilitó el acceso de la banda para dar el golpe. La esposa de Izzo, quien tiene a su cargo la empresa familiar de acoplados desde que su padre Pedro falleció, no tuvo tiempo de defenderse y fue ella la que alcanzó a explicarles lo que pasó a los policías de la Comisaría Segunda de Merlo que concurrieron al lugar.
En la casa se encontraba también su mamá. Se trata de Elsa Otruba de Petinari, una mujer de 83 años, quien durante el tiroteo estaba dentro de su habitación y al parecer no presenció el hecho ni escuchó los disparos.
Tras una primera inspección ocular, agentes de la Comisaría Segunda de Merlo encontraron sobre la vereda un precinto sin usar, otro sobre el jardín cercano al ventanal donde se produjo el ingreso y dos entrelazados en el interior de la casa. Asimismo, hallaron una gorra tipo visera de color negro.
De acuerdo con las fuentes, observaron rastros de sangre en la entrada, en un pasillo, en la habitación de las víctimas y sobre un colchón. En el dormitorio hallaron otro precinto cortado. No se descarta que parte de las manchas de sangre vistas en la escena correspondan a uno de los ladrones heridos. La investigación recién comienza.
Por su parte, el cuerpo de Gabriel fue encontrado boca arriba en la zona de la cocina, con una herida en la cabeza. Cerca suyo, el revólver. La Bersa estaba a pocos metros de la puerta. Los investigadores levantaron, de igual forma, dos proyectiles y dos vainas servidas.
A través de las cámaras, desde el Centro de Monitoreo observaron que a esa hora los cuatro masculinos se subieron en el Volkswagen de color gris -conducido por un quinto sospechosos- y huyeron en sentido a Ituzaingó.
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