Elián “L-Gante” Valenzuela fue despertado esta mañana cerca de las 6 en la celda que ocupa en la DDI de Quilmes. Luego de unos minutos de aseo personal, fue trasladado directamente a la sede de la fiscalía N° 9 de General Rodríguez. Allí, poco después de las 11.30, comenzó a ser indagado por el fiscal Raúl Villalba, ya que la fiscal original del caso está de viaje. Al cantante lo acusan de los delitos de privación ilegítima de la libertad, amenazas agravadas por el uso de arma de fuego y tenencia de estupefacientes. Acompañado de su abogado, el músico decidió contar su versión de los hechos, aunque se negó a responder preguntas. Tampoco quiso firmar el acta.
Antes de comenzar la indagatoria, el fiscal Villalba le mostró a L-Gante la acusación y las pruebas que hay en su contra. En este último ítem, les fueron exhibidas cámaras de seguridad, movimientos de antenas de celular y testimonios. Luego, según pudo saber este medio, el músico dijo: “Yo no secuestre a nadie, nada que ver”.
Tras la indagatoria y de una revisión médica, el músico fue trasladado a la DDI de Quilmes, donde está alojado desde el martes pasado. El abogado de L-Gante, Alejandro Cipolla, dijo a la prensa tras la indagatoria sobre las condiciones de detención: “Me manifestaron que será momentáneo porque es una locura que la familia tenga que trasladarse más de tres horas para verlo”. También avisó que solicitará “subsidiariamente el arresto domiciliario”.
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En un comunicado que difundió más tarde la fiscalía, se destacó que se le imputa a L-Gante “la privación ilegítima de la libertad en concurso ideal con amenazas coactiva agravadas por el uso de armas” en dos hechos y en uno de ellos se le agrega el agravante de haber sido “contra un miembro del poder público”. Pero, como le encontraron drogas, también lo acusan de “tenencia simple de estupefacientes”.
La causa contra el mediático comenzó el 27 de mayo pasado. En la madrugada de aquel día, L-Gante realizó un espectáculo en el boliche Museum de la Ciudad de Buenos Aires. No estuvo acompañado de sus mejores amigos, a quien él llama “La Mafilia”. Ese grupo que siempre lo acompaña había decidido disfrutar de la noche en el boliche Río de General Rodríguez, de donde es oriundo el cantante y su círculo íntimo. Cerca de las 6 de la mañana, decidieron irse.
En la vereda del local bailable se dio el hecho que desencadenó todo lo que vino después. Uno de los amigos de L-Gante se subió a su auto, que estaba estacionado sobre la vereda, y avanzó sin bajar a la calle. A raíz de esto, casi atropella a una vecina de la zona de 53 años, que también estaba en el lugar.
En ese momento, se produjo un tumulto y una discusión. De esa gresca participaron los amigos de L-Gante por un lado, y por el otro un hombre, también vecino, llamado G.T. La pelea en la puerta de Río duró aproximadamente media hora, hasta que los ánimos se calmaron. En realidad, eso es lo que creyó la mayoría. Pero los amigos de L-Gante seguían enfurecidos.
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“Luego de eso, G.T., el hombre que había intervenido para defender a la mujer que casi atropellan, que es empleado municipal y vecino de L-Gante, se subió a su vehículo para irse a su casa. Pensó que todo había terminado. En realidad, recién comenzaba”, explicó una fuente del caso.
En el trayecto a su casa, el hombre recibió un llamado de un teléfono que no tenía agendado. Atendió y, rápidamente, supo quién lo llamaba. Era L-Gante. “Vos no te metas con mi familia 420 porque te voy a matar, sos un hijo de puta”, dijo el cantante, según contó G.T. en la Justicia. La llamada se cortó. A los pocos segundos el teléfono volvió a sonar. Era de nuevo el cantante, con otra amenaza: “Estoy yendo a tu casa, pedazo de gato. Te voy a matar”.
Cuando G.T. llegó a su casa, se encontró con “los pibes 420″ que estaban golpeando a su familia, lo relató así: “Estaban pegándole a mi primo. Había tres autos cruzados en la calle. Incluso uno de contextura delgada sacó un arma y disparó para arriba”.
Mientras esto pasaba, ya pasadas las 7, llegó al lugar la Guardia Urbana de Protección Ciudadana del Municipio de General Rodríguez, alertada por los vecinos que escucharon la pelea y el disparo. Los efectivos separaron a los que se estaban peleando y demoraron a los amigos de L-Gante, que eran los más sobresaltados. “No fue una detención ni una aprehensión, se los separó del resto para identificarlos correctamente”, explican desde la fuerza municipal.
De alguna manera, uno de “los pibes 420″ logró llamar a L-Gante y contarle lo que estaba pasando. Valenzuela, que ya estaba camino al lugar a bordo de su BMW, tal como había adelantado en su amenaza telefónica, enfureció.
Cuando llegó, vio a sus amigos siendo requisados por los efectivos policiales y avanzó con su vehículo hasta donde estaba G.T., que se había alejado unas cuadras. A partir de ahí, cobra mayor relevancia el relato de la víctima: “Se acerca y a través de la ventanilla, me muestra un arma tipo revolver y me amenaza y me dice que me suba. Le dije que no, pero empezó a apuntar al resto de mi familia que estaba conmigo, por lo tanto, subí”, explicó G.T..
En el interior del BMW la locura ya era absoluta. “Una vez que subo al asiento trasero, veo que, en el acompañante, había otra persona más que no sé quién es, sólo puedo decir que tenía una contextura robusta”, dijo G.T..
L – Gante se dirigió directamente hasta la casa de R.P., la mujer de 53 años que casi es atropellada por uno de sus amigos en la puerta del boliche, que también es vecina del barrio. La encontró en la puerta de su casa y volvió a repetir, según los testigos, la misma metodología para convencerla de subir: le mostró el arma que en su mano.
La mujer subió y ahí comenzaron, según estipuló la fiscal Alejandra Rodríguez, 22 minutos de privación ilegítima de la libertad. Adentro del vehículo, siempre según lo que contaron las víctimas, L-Gante le pidió a R.P. que le contara lo que había pasado. Mientras la mujer lo hacía, el cantante se acercó a donde estaban los móviles policiales y sus amigos siendo registrados. Diversos testigos que declararon en la causa aseguraron que bajó la ventanilla del BMW y gritó frente a los oficiales: “Liberame a los pibes o al que llevo acá atrás lo hago boleta”. Luego, siguió su marcha a alta velocidad.
L-Gante, junto a su acompañante y las dos personas que, según cree la Justicia, privaba de su libertad, tomaron la calle Di Marco hasta llegar al cementerio de la zona. Allí, sobre la base de los testimonios de las víctimas, el trapero frenó el vehículo, los volvió a apuntar y les dijo: “Llamá a alguien para que liberen a mi gente o te hago boleta, te voy a matar a toda tu familia”.
Elián Valenzuela volvió a poner en marcha el vehículo y, a la altura de la Ruta N°6, tomó su teléfono y se comunicó con alguien: “Prepará la quinta que estoy yendo con este perejil”. Algunos segundos después, y con las víctimas en el asiento trasero atemorizadas, el celular del cantante sonó. Del otro lado, uno de sus amigos le avisaba que ya habían sido liberados, que todo había terminado.
Luego de esto, L-Gante tomó la Colectora Sur, pasando por un peaje, para después subirse al trazado de la ruta N°28 hasta una YPF, donde finalmente bajó a las víctimas. Uno de ellos, G.T., al bajar del vehículo fue directamente a la comisaría donde realizó la denuncia que derivó en esta causa y este jueves tuvo un paso fundamental, con la indagatoria.
Según pudo conocer Infobae de fuentes cercanas al expediente, con la indagatoria ya concluida, la fiscalía de Rodríguez avanzará en el pedido de prisión preventiva. Luego de eso, será el juez de garantías Gabriel Castro el que tenga que tomar la decisión.
Para los fiscales, existen riesgos procesales. El más grave, según interpretan, es el posible entorpecimiento de la causa. Es que Valenzuela conoce a todos los posibles testigos, ya que todos son vecinos del mismo barrio Bicentenario de General Rodriguez. Entienden los investigadores que existe riesgo de que pueda amenazarlos, cosa que ya sucedió en el delito mismo que se investiga.
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