Tras tres años de investigación, detectives de la división Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA) detuvieron este miércoles a Juan Carlos “Willy” Corvalán, acusado de asesinar y violar a Nancy Edith Fernández, una mujer de 36 años perteneciente a la comunidad qom Yecthakay, ubicada en el partido de Tigre.
El 2 de febrero de 2014, ella fue encontrada sin vida, asfixiada y ahogada con su propio vómito en su domicilio de la localidad de General Pacheco. Casi un año previo a su asesinato, Nancy había denunciado la muerte de su hija Micaela, de 14 años, quien había sido hallada con un tiro en la cabeza el 17 de febrero de 2013 en la casa de Dante “Pato” Cenizo, un presunto dealer de la zona.
Corvalán (37) estaba prófugo de la Justicia y tenía pedido de captura nacional, acusado de ser el autor material del delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género, ordenada por el Juzgado de Garantías N°3 de Vicente López, a cargo de la jueza Andrea Rodríguez Mentasti. Fue detenido entre las calles Junín y Funes, del barrio Las Tunas, a pocas cuadras del lugar en el que Fernández fue hallada asesinada.
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En repetidas ocasiones, los familiares de la víctima iniciaron diversas manifestaciones protestando ante la falta de respuestas. En 2020, por orden de la segunda fiscal del caso, Marcela Semería, intervino en la causa la División Homicidios de la PFA, que logró establecer el vínculo entre Fernández y Corvalán, según indicaron fuentes policiales a Infobae.
Además, los detectives determinaron que una de las últimas veces en las que él la visitó, Nancy había rechazado sus avances, lo que generó la furia del acusado, quien habría ingresado en horas de la madrugada en más de una oportunidad a la casa de la víctima e incluso forzó el ingreso a su habitación, de acuerdo a testimonios obtenidos en el caso.
Por otro lado, mediante el análisis y entrecruzamiento de distintas líneas telefónicas, como así también al identificador único (IMEI) perteneciente al celular utilizado por Fernández, los investigadores detectaron que el dispositivo, pese a haber sido robado aquella noche, continuaba en funcionamiento después de su muerte. Siete meses después del hecho, habría sido activado por diversos usuarios que coincidían con personas relacionadas con Corvalán.
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Con todos estos elementos, se solicitó extraer una muestra de ADN al entonces sospechoso, para cotejarla con la del semen recuperado en 2014 del cuerpo de la víctima, lo que arrojó un resultado positivo entre ambas. Como consecuencia, la fiscal Semería ordenó la inmediata captura del hombre.
Tras una serie de investigaciones, los efectivos lograron obtener el domicilio actual del acusado, hasta que ayer, al comienzo de la tarde, lograron identificarlo mientras caminaba por las calles de su barrio. Después de su arresto, el femicida quedó detenido en el Destacamento Policial Las Tunas de Tigre, a la espera de ser indagado.
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