A más de 3 años de la trágica noche en la que un joven de Rosario salió a bailar y fue encontrado muerto en el Río Paraná, este miércoles un tribunal penal de la ciudad santafesina dará a conocer el veredicto sobre la situación de los cuatro acusados: dos policías y dos empleados de seguridad del boliche, para los cuales el fiscal del caso ya pidió una pena de 19 años.
El reloj marcará las 14, dos horas más tarde de lo previsto, cuando el tribunal penal de primera instancia integrado por los jueces Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y José Luis Suárez dé a conocer su decisión. Así, se cerrará un proceso que comenzó el 12 de abril en el Centro de Justicia Penal de Rosario.
Las miradas estarán sobre los cuatro sujetos acusados de homicidio simple con dolo eventual. Según destacó la investigación, Carlos “Bocacha” Orellano fue retirado de la zona VIP del boliche por dos personas de seguridad privada del comercio, identificadas como Fabián Maidana y Emiliano López. Los testigos resaltaron que esto sucedió luego de que Orellano quisiera entrar a esa área de la disco sin autorización.
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En el detalle, el padre de la víctima destacó que fue sacado a golpes y que los patovicas lo arrinconaron contra una baranda, tras lo cual Carlos cayó al agua. Una de las pruebas en que se basan las sospechas de la familia de Orellano sobre el presunto acorralamiento tiene que ver con un “sendero de rastros de sangre” que va desde el interior del boliche a la baranda del muelle 3.
Sin embargo, el fiscal de Homicidios Dolosos, Patricio Saldutti, aclaró que no se encontraron rastros de sangre en el interior de la discoteca aunque sí en la parte trasera del local. “La gente del boliche no reconoce ningún problema esa noche”, comunicó el fiscal.
Respecto de los policías Carina Gómez y Gabriel Nicolossi, la familia de la víctima apuntó precisamente contra su accionar, incluso denunció “graves irregularidades” en la investigación, sosteniendo que hubo demoras intencionales tras el pedido por averiguación de paradero.
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A raíz de esta situación, el Ministerio Público de la Acusación abrió una investigación paralela por una posible red de complicidades de encubrimiento policial. Como primer medida, secuestraron el libro de guardia de la comisaría 2 y dieron intervención a la Agencia de Control (ex Asuntos Internos).
En su mirada, el fiscal del caso también apuntó contra los policías y sostuvo que una vez fuera del boliche “Sr. Ming River House”, ubicado sobre la costanera central de esa ciudad, “Bocacha” fue golpeado por los dos patovicas y el policía varón y, “tras rodear a la víctima contra la baranda del río Paraná, aprovechándose de la superioridad física y numérica, determinaron con su accionar que Orellano salte las barandas de protección del muelle y caiga a las aguas del río, circunstancias que le provocaron la muerte”.
En la vereda de enfrente, la defensa de los hombres de seguridad, López y Madiana, a cargo del abogado particular Jorge Bedouret, pidió la absolución de los acusados y afirmó que, durante el debate oral, no existió “un solo elemento de prueba serio que vincule a los imputados con la muerte de Carlos Orellano”. “No hay nada que permita sostener que López y Maidana participaran del homicidio por el cual están acusados”, sostuvo el defensor en el alegato final del juicio.
En ese sentido, la abogada de los policías, Antonela Travesaro, coincidió con su colega y afirmó que “lo único probado en este juicio es que Carlos Orellano cayó al río, murió ahogado, no tiene lesiones”. Por lo tanto, consideró que “no existió violencia institucional, protocolo de encubrimiento ni pacto de silencio, sino que fuimos testigos del armado de una causa social, mediática y política”.
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