El padecimiento de Gabriela Fernández Aberastain no es un caso típico de pornoextorsión, donde el que viraliza un video íntimo es un ex novio despechado. En esta oportunidad, la persona acusada de compartir ese material en las redes es Tatiana Yacarini, la actual pareja de su ex, Diego Oliveri, quien se habría dejado llevar por la ira y los celos al creer que él aún seguía manteniendo una relación con la profesora de fitness.
Oliveri, por su parte, es señalado como el entregador de las filmaciones y el que persuadió a Yacarini para que ejecutara la venganza: hacer públicos los registros. Además, el hombre fue denunciado por la víctima por violencia de género y amenazas de muerte.
La causa, que se inició en abril de 2020, volvió a activarse la semana pasada cuando el juez Marcos Gabriel Flores Leyes, titular del Juzgado de Garantía N° 3 de la Primera Circunscripción Judicial de la Provincia de San Luis, dictó el procesamiento de ambos acusados y los citó a indagatoria el lunes 5. Sin embargo, ninguno se presentó y el abogado de los acusados presentó certificados psiquiátricos para justificarlos.
Mientras que Oliveri fue procesado por los delitos de distribución indebida de correspondencia, amenazas y lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género en concurso real; Yacarini quedó procesada por los delitos distribución indebida de correspondencia y amenazas.
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Llegar a esta instancia fue posible gracias al resultado de las pericias electrónica realizadas en los teléfonos móviles de los acusados.
De las cinco cuentas de Instagram que tenía asociadas el teléfono de Yacarini, la mujer utilizó tres (@riendas_sueltas, @joaquinaaymara y @tatianayaccarini) para enviarle mensajes intimidantes y extorsivos a Fernández Aberastain. También se comprobó que Yacarini utilizó esa línea telefónica para intercambiar mensajes de WhatsApp con Oliveri, que se relacionan con la viralización del video íntimo objeto de la denuncia. Allí está incluida la conversación que mantuvieron la madrugada del 13 de abril de 2020, donde él le envía el video erótico de Fernández Aberastian y ella admite que va a difundir el material.
En el peritaje del celular de Oliveri, además de comprobarse su autoría intelectual en el hecho, se encontraron capturas de pantalla de los mensajes y amenazas que él le había enviado a su ex desde el usuario falso de Instagram “Jhonn Wilson” y los mensajes vía Messenger y Whatsapp que había intercambiado con la denunciante. También se hallaron otros videos inéditos de contenido sexual que le había mandado Fernández Aberastain.
La valoración de las pruebas fue hecha por el juez Flores Leyes, quien en el expediente -al que tuvo acceso Infobae- remarcó que una vez concluida la relación entre la víctima y el victimario (fueron 3 años en total) “el señor Oliveri continuó persiguiendo y hostigando a la aquí denunciante en autos, ya sea desde mensajes de textos como también así mensajes desde las distintas redes sociales, e incluso apareciéndose en el mismo domicilio de la señora Fernández, con la única finalidad de amenazarla diciendo que la haría ‘famosa’ porque iba a publicar los videos que le había enviado cuando estaban en pareja con el propósito de desprestigiarla y demostrar ‘lo puta’ que era”.
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Y agregó: “Este grado de violencia, el cual nunca cesó, sino que muy por el contrario fueron incrementando con el paso del tiempo a posterior de la culminación de la relación que mantenían Oliveri y Fernández, se suma a todo esto, el comienzo de la violencia ejercida por la nueva pareja del hombre, la otra imputada, la señora Yaccarini”.
De hecho, el juez hizo referencia a uno de los mensajes amenazantes que Oliveri le mandó a su ex, que decía: “Ya le mandé todo (a Yacarini), te va a destruir porque ella es mala en serio y no le importa nada, sus hijos van a difundir todo”.
De acuerdo al relato de Gabriela, fueron ellos los encargados de compartirlos en grupos de amigos de fútbol, de asados, de compañeros de estudios y de trabajo.
Estas capturas desacreditaron lo que había dicho Olivieri apenas se enteró de la denuncia en su contra. Al plantear su defensa, había esgrimido que su novia Yacarini tenía la clave de su celular y que al descubrir el video de su ex “se desató el escándalo por un tema entre mujeres”.
Además, el juez Flores Leyes señaló que “como si aún todo esto fuera poco, ese video que la señora Yaccarini tenía en su poder, aparte de viralizarlo, se lo envía a través de una cuenta falsa de Instagram al hijo menor señora Fernández que en aquel entonces tenía tan 9 años, pero que por suerte no logró visualizar ya que él mismo tenía el contenido bloqueado por la misma red social y luego fue borrado de su dispositivo por la denunciante”.
Lo que le sucedió a Fernández Aberastain marcó un hito en la sociedad puntana ya que se convirtió en la primera víctima de género digital en llevar su denuncia a la Justicia. “Nunca en mi vida había tocado fondo de esta manera. Es como si me hubiera violado todo un pueblo delante de mis hijos”, se lamentó la mujer, quien ahora se muestra más esperanzada en ponerle fin a este calvario.
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