Juicio por el crimen de Lucas González: declaran los últimos testigos antes de los alegatos

Son 14 los agentes de la Policía de la Ciudad acusados por el asesinato del adolescente y posterior encubrimiento del homicidio ocurrido en el barrio de Barracas en 2021

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Lucas González tenía 17 años
Lucas González tenía 17 años cuando fue asesinado por tres policías de la Ciudad en el barrio de Barracas

Dos meses y medio después de la primera audiencia del juicio contra los 14 policías acusados por el asesinato del joven Lucas González y el posterior encubrimiento -que incluyó un arma plantada-, ocurrido a finales de 2021, este jueves concluirá la etapa de declaraciones testimoniales. A partir de la semana próxima comenzarán los alegatos de las defensas, la querella y los representantes del Ministerio Público Fiscal ante los jueces del Tribunal Oral Criminal 25 de la Ciudad de Buenos Aires.

Se espera que en la jornada de este jueves declaren dos testigos de concepto presentados por dos de los defensores de los policías porteños imputados. Sin embargo, según comentaron fuentes del caso a Infobae, hasta anoche a uno de ellos no habían podido ubicarlo.

De no mediar nada extraño ni inesperado, el juicio pasaría a partir del martes próximo a la etapa de los discursos finales antes del veredicto. Serán probablemente ocho audiencias más y la sentencia se prevé para finales de julio.

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Aunque deberán definir los jueces en poco más de un mes, durante el juicio se expusieron pruebas, testimonios y pericias que comprometen sobre todo a los agentes Gabriel Alejandro Issasi (41), Fabián Andrés López (48) y Juan José Nieva (37), los tres principales implicados por el asesinato, llevado a cabo durante la mañana del 17 de noviembre de 2021.

Gabriel Alejandro Issasi (41), Fabián
Gabriel Alejandro Issasi (41), Fabián Andrés López (48) y Juan José Nieva (37), los tres principales implicados por el asesinato

Issasi, López y Nieva integraban la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad. Están detenidos y afrontan una acusación por “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.

También están imputados por las “tentativa de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”, en el caso de los amigos de Lucas.

En el debate oral se expuso desde dónde dispararon, quedó claro que estaban sin identificación y no dieron la voz de alto y también se demostró que el arma hallada en el auto en el que viajaban las víctimas fue plantada. Sin embargo, por ahora se desconoce quién la plantó y por orden de quién o cómo se decidió hacerlo.

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La primera jornada del juicio oral fue el 16 de marzo pasado. Esa mañana declararon los acusados de matar, quienes coincidieron al asegurar que actuaron “en cumplimiento del deber”. Ninguno aceptó responder preguntas.

Un fotograma capturado por una
Un fotograma capturado por una cámara de seguridad callejera congela el momento en el que el Nissan sin identificación de los policías "marcan" el Volkswagen donde viajaban los futbolistas en el momento que habían frenado en un kiosco para comprar un jugo

“Solamente tengo que decir que poseo 20 años de servicio como funcionario público, ejerciéndolo en el ámbito de la Policía. Pertenecí a tres fuerzas diferentes, a la Policía de la provincia, a la Policía Metropolitana y de la Ciudad. En todas fui un oficial condecorado y ejercí mi función”, dijo Issasi y agregó que “en este hecho actué en el cumplimento del deber, que ejercí la legítima defensa y que no cometí ningún delito”. Algo parecido, evidentemente ensayado, declararon sus cómplices.

A los otros 11 policías se los juzga por “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas” y, en el caso de los policías Héctor Cuevas y Rubén Orlando Inca, también se los juzga por “falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal y en perjuicio de los imputados”.

Según la instrucción, realizada por el fiscal Leonel Gómez Barbella, el 17 de noviembre de 2021, cuatro jóvenes iban en un Volkswagen Suran cuando un vehículo Nissan Tiida, sin identificación ni balizas, se acercó a ellos. En ese auto iban tres policías de la Brigada, quienes en Vélez Sársfield e Iriarte les cruzaron el auto intempestivamente y se bajaron del vehículo a punta de pistola.

Gregorio Dalbón junto a Héctor
Gregorio Dalbón junto a Héctor González, abogado de la familia y padre de la víctima, en la puerta de los tribunales porteños de la calle Paraguay (Adrián Escandar)

Julián Salas, Joaquín Zuñiga y Niven Huanca, además de Lucas, pensaron que eran ladrones y aceleraron para escapar, pero los policías comenzaron una persecución y dispararon al auto. Una bala entró por la nuca de Lucas, quien murió un día después en el hospital.

Los otros tres jóvenes fueron detenidos y tratados durante como delincuentes. Durante la investigación, los jóvenes declararon que los policías los insultaron con frases racistas y los sometieron a tratos denigrantes durante más de dos horas mientras Lucas agonizaba en el auto.

“Ah, sos de Varela, a los negritos como vos hay que pegarles un tiro en la cabeza”, le dijo uno de los efectivos a Zuñiga. “Villeritos”, “dónde tenés la falopa”; “dónde está el arma con que mataron a su amigo”, “hay que pegarles un tiro”; fueron otras de las frases racistas y denigrantes que los policías les dijeron.

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