Pidieron siete años de prisión para un fiscal federal acusado de encubrir a su sobrino narco

Es Alejandro Cantaro, que ocupó el cargo en Bahía Blanca. También se pidió en el juicio en su contra que se investigue a más empleados del Ministerio Público Fiscal

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Alejandro Salvador Cantaro, fiscal federal de Bahía Blanca (Télam)
Alejandro Salvador Cantaro, fiscal federal de Bahía Blanca (Télam)

Alejandro Salvador Cantaro, fiscal federal de Bahía Blanca, llegó a juicio acusado de brindar protección a una banda de narcotraficantes que presuntamente integraba su sobrino. Ayer, en el final del proceso, el fiscal acusador Gabriel González Da Silva solicitó para Cantaro 7 años de prisión y 10 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. También pidió que se investigue a más funcionarios del Ministerio Público Fiscal.

El debate comenzó el 23 de noviembre de 2022 y está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca, integrado por los jueces Ernesto Sebastián, Alejandro Adrián Silva y Simón Pedro Bracco. Y llegó a juicio imputado por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento de la organización integrada por su sobrino Sabastián Gauna San Millán, entre marzo de 2017 y abril de 2018.

La fiscalía sostuvo que el funcionario ayudó a la organización a eludir la investigación y lo señala por no haber denunciado los ilícitos al tomar conocimiento de los mismos. “La conducta de Cantaro debe ser calificada como tráfico de estupefacientes, agravada por su condición de funcionario público, por la que debe responder en calidad de partícipe necesario”, dijo el fiscal de juicio Gabriel González Da Silva durante su alegato, según La Brújula24.

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La causa contra el fiscal es un desprendimiento de un expediente por drogas por el que fueron condenados Facundo Texido (también señalado como uno de los “protegidos” del fiscal), Maximiliano Ezequiel Borja, Emiliano Gastón Lucanera, Gastón Eduardo Sáenz, Federico Raúl Hernando y los hermanos Pablo Horacio y Gustavo Rafael Nogales.

“Esto es un cimbronazo”, dijo en su alegato González Da Silva sobre el impacto de la acusación en la Justicia. “No es grato señalar las conductas ilícitas de otro fiscal”, remarcó.

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Para González fue clave el análisis de las comunicaciones entre miembros de la banda y Cantaro. También repasó las indagatorias y testimonio que se escucharon durante el juicio. El sobrino de Cantaro “chapeaba con que el tío era fiscal”, reconstruyó el testimonio de uno de los implicados, en uno de los pasajes del alegato.

De acuerdo a la información, Cantaro fue mencionado en distintas escuchas telefónicas, entre las cuales hubo conversaciones con al menos dos personas, entre ellas un sobrino.

En el caso se secuestraron más de un centenar de dosis de cocaína compactada, 1.500 semillas y cinco plantas de marihuana, ente otros elementos de interés para el expediente. En esa causa se intervinieron 11 líneas telefónicas por disposición judicial. A raíz de los entrecruzamientos, los detectives llegaron a Texido y a Federico Hernando, el supuesto proveedor de la banda.

En una tarea encubierta, los investigadores siguieron a Texido a una cervecería ubicada en la zona de Fuerte Argentino y Casanova, en Bahía Blanca. En ese local, el hombre al que seguían se encontró con Gauna San Millán. Incluso, el investigador de Prefectura dio su testimonio en el juicio e indicó que sorprendieron a Texido y a Hernando consumiendo drogas dentro de un Peugeot blanco estacionado fuera del local.

Tras el relevamiento al número de matrícula, los investigadores pudieron saber que el titular del auto era Cantaro.

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