Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas detectaron 105,08 kg de cocaína ocultos en un camión que había ingresado al país desde Bolivia y que se dirigía al Mercado Central. La droga, cuyo valor estimado asciende a $386.169.000, estaba oculta en el acoplado de un vehículo que traía una carga de bananas ecuatorianas, indicaron fuentes aduaneras a Infobae.
Los voceros indicaron, a la vez, que la investigación se centra principalmente sobre la empresa de transporte. Creen que “la cocaína oculta en mercadería legal ecuatoriana está apelando a los cargamentos de bananas para llegar al mercado europeo”.
Por lo pronto, el chofer del camión quedó detenido por orden de la Fiscalía Federal Descentralizada de Tartagal y el Juzgado Federal de la misma ciudad. De comprobarse su participación en la maniobra, podría enfrentar una pena de 12 años de prisión, en términos del artículo 866 del Código Aduanero, detallaron.
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Aunque no es la primera vez que se utiliza esa ruta, el 31 de diciembre Gendarmería incautó un camión con 752 kilos oculta en bananas, el organismo que dirige Guillermo Michel informó que está controlando especialmente las importaciones de bananas, debido a que, a raíz de intercambios de información con otras aduanas del mundo, se tomó conocimiento de que existen cargamentos de cocaína que están ingresando al mercado europeo por esa vía.
“Tenemos identificadas a 38 firmas que importan bananas desde Ecuador y no hay canal de selectividad verde para esta mercadería”, explicaron fuentes aduaneras también atentas a los tránsitos, “ya que Uruguay es una tentación para el narcotráfico”, agregaron.
Por esa razón, todos los camiones que esa fruta son controlados al ingresar al territorio argentino, sobre todo si la mercadería viene de países productores de cocaína, como Bolivia.
El camión secuestrado se presentó en el Paso Internacional Salvador Mazza - Yacuiba con intenciones de dirigirse al Mercado Central. Los aduaneros le indicaron al chofer que el rodado sería escaneado. El operador detectó imágenes de una densidad extraña, por lo cual los agentes procedieron a una revisión exhaustiva. El vehículo fue descargado totalmente y tanto la mercadería como el vehículo fueron inspeccionados por un binomio conformado por guía y can aduanero.
Al pasar por el acoplado, la can Luli exhibió conductas compatibles con la presencia de narcóticos o divisas, precisaron las fuentes. Luego, los aduaneros retiraron el perno de arrastre que engancha el semirremolque al camión y encontraron en el hueco 105 paquetes amarillos de cerca de un kilo cada uno. Las muestras extraídas de dos paquetes al azar arrojaron resultado positivo en un test de cocaína.
La Aduana informó sobre el hallazgo a la Justicia. En el caso intervienen la Fiscalía Federal descentralizada y el Juzgado Federal de Tartagal, que dispusieron el secuestro de la droga y la detención del chofer.
Encontraron más 32 kilos de cocaína en un auto estacionado sobre una ruta
Por otro lado, en otro operativo Gendarmería incautó más 32 kilos de cocaína que estaban ocultos en el torpedo de un Ford Focus, estacionado sobre la banquina de la Ruta Nacional N°68, cerca de Cafayate, en Salta.
De acuerdo a la información, los gendarmes se acercaron al auto para realizar un control físico y documentológico y descubrieron la droga al observar una manguera corrugada que no coincidía con el rodado, ubicada en la zona del torpedo, en la zona del aire acondicionado.
Ante esta situación, los uniformados le solicitaron al conductor que encendiera la calefacción, momento en el que descubrieron que no funcionaba, hacía ruido y no expedía aire; por lo que se procedió a realizar una requisa que resultó en el hallazgo de 33 paquetes acondicionados detrás de una tapa de metal.
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Personal de la Fuerza sometió la sustancia a las pruebas de campo Narcotest, que arrojaron resultado positivo para clorhidrato de cocaína, con un peso total de 32 kilos 590 gramos.
La droga llevaba la marca de un delfín, una cuña vinculada a Delfín Reynalo Castedo, condenado a 16 años de prisión por narcotráfico, aunque podría pertenecer a otra organización criminal.
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