El domingo 21 por la noche, una mujer ingresó a una comisaría de la Policía Bonaerense para denunciar que su hija de 15 años había sido violada en grupo por cinco desconocidos mientras se dirigía a un kiosco para cargar crédito para su teléfono en la esquina de 507 y 572 en la zona del Barrio Libertad, a ocho cuadras de la cancha de Defensa y Justicia. Afirmó que tras acosarla la interceptaron, le envolvieron la boca con un trapo, que la “durmieron”. Luego, la llevaron a una casa abandonada, abusaron de ella y la abandonaron allí. El protocolo de investigación de casos de abuso sexual se inició de inmediato, con un expediente a cargo de la UFI N°8, el juez de Garantías Diego Agüero y el secretario Martín Grizzuti. El análisis médico reveló un desgarro en la zona genital.
Ayer, la Policía Bonaerense arrestó a dos sospechosos por el hecho, un hombre de 43 años en situación de calle -que se refugia en la casa abandonada donde habría ocurrido el hecho- y otro joven de 19 años que suele ser visto en el barrio, aseguraron fuentes del expediente: fue entregado por su propia madre en la comisaría de la zona. La casa abandonada también fue allanada. Allí, se encontró una sábana. Confrontados por el juez Agüero, ambos sospechosos se negaron a declarar. Los agresores conocían a la víctima, según las mismas fuentes: la llamaron por su nombre al pasar antes de interceptarla. El propio hermano de la menor fue clave para identificarlos. Los conocía del barrio. Así, buceó entre posteos de Instagram hasta encontraron con la imagen de uno de ellos, y se la mostró a la menor tras el ataque.
La declaración de la madre, que repite los dichos de su hija -que aún no atravesó una declaración en cámara Gesell- es otro punto clave en la causa. Infobae accedió a ella en forma completa.
“Mi hija salió a hacer una recarga al celular de ella, fue a un maxikiosco, el cual queda justo en frente de un mercado chino, realizó la recarga y cuando volvía a casa a una cuadra antes de llegar, en la esquina de las calles 507 y 572, donde hay una canchita de futbol, había 5 chabones, que le comenzaron a decir: ‘Qué linda que estás. ¿Querés ser mi novia? Vamos a coger?’ Ella les decía ‘no, salí de acá'. Después, uno de los chicos se cruzó y la agarró del brazo, ella se puso a forcejear para que la suelte, el pibe pidió ayuda. Se acercaron los demás la agarraron entre todos, le pusieron algo en la boca y la durmieron”, afirmó.
Luego, los sospechosos cargaron en los hombros y la llevaron al rancho en ruinas, cuyas aberturas estaban cubiertas con chapas. Un hombre la penetraba por la fuerza cuando despertó. Tras un forcejeo, logró escapar. Según los dichos de la propia menor, tenía la boca y las manos atadas con cinta.
El hombre que supuestamente la violaba mientras despertaba, según su relato, es el joven de 19 años detenido, el mismo que fue identificado tras hallar sus fotos en Instagram.
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El caso refleja otro hecho ocurrido en la zona, en el Barrio Santa Rosa, a pocas cuadras del rancho en ruinas: el que sufrió Victoria Mateluna en marzo de 2019, en ese entonces menor de edad, madre de una nena de tres años cuyo padre era su propio padrastro, condenado por violarla. Victoria fue abusada en grupo en una fiesta. Los diez acusados por el hecho -investigado por Agüero y Grizzuti, que fueron clave en contener a la víctima- fueron finalmente condenados por el Tribunal N°1 de Florencio Varela, con penas de entre 15 y 16 años de prisión.
Semanas atrás, tres de ellos fueron absueltos. De esos diez acusados originales, cinco habían sido reconocidos por sus perfiles de ADN que fueron recuperados del cuerpo de Victoria. Los otros cinco se desconocen hasta hoy.
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