Un nuevo hecho de inseguridad protagonizado por motochorros ocurrió en el conurbano bonaerense y -una vez más- en La Matanza, más precisamente en la localidad de Villa Luzuriaga, donde una mujer vivió eternos segundos de horror cuando tuvo que abrazar a su hijo de cuatro años y salir corriendo luego de haber sido abordada por dos delincuentes mientras estacionaba su vehículo. La víctima escapó con su nene en brazos mientras vio impotente como se llevaban su camioneta.
El violento episodio ocurrió el pasado domingo a las 19.15 en la intersección de las calles Bermúdez y Thames, de la mencionada localidad del oeste del GBA. La mujer regresaba de asistir a la guardia pediátrica de un centro de salud cercano donde llevó a su nene y estacionó frente a la casa de sus padres donde se encontraba su madre y otros dos hijos de 6 y 9 años cuando, aprovechando la vulnerabilidad de la situación en la que se encontraba la señora, dos ladrones a bordo de una moto circulando en contramano la interceptaron.
Las cámaras de seguridad de la zona registraron el momento en el que uno de los malvivientes baja de la moto y sorprende a la mujer cuando intentaba bajar de su auto. La víctima logró agarrar a su hijo y huir, pero los delincuentes se llevaron su vehículo.
“Lo que más me importaba era sacarlo a él”, dijo la mujer en referencia a su hijo de 4 años. En declaraciones a Todo Noticias (TN), relató la secuencia que vivió: “En el momento en que vienen y frenan al lado atiné a cerrar la puerta, imaginé que se querían meter adentro de la casa de mi mamá donde estaba toda mi familia, pero la fuerza de él no me permitió poder cerrar, la abrió y empezó a gritar ‘bajate del auto’. Yo grité ‘dejame bajar al nene’, lo abracé y bajamos juntos, le di la llave y cuando subimos a la vereda vi que le costó arrancar la camioneta pero arrancó y se fue”.
“Me pasó de todo por la cabeza, solamente quería agarrar a mi nene, estar abrazados y bajar juntos”, agregó. La víctima del hecho de inseguridad no logró ver si el atacante tenía un arma, pero notó “un bulto” cuando forcejearon.
La mujer, que vive en Haedo -partido de Morón-, estima que fueron 30 segundos entre que estacionó y se perpetró el robo, y considera que fue un hecho “al voleo” ya que los motochorros “venían de frente”, en contramano y no la estaban siguiendo.
Tiene tan asimilada la inseguridad en la zona que explicó los movimientos que hace cuando llega a su casa para intentar evitar ser asaltada: “Cuando es de noche apago las luces antes de llegar y no pongo balizas, pero ahí eran las 7 de la tarde y no podía no poner balizas, para mí vieron las luces y fue al voleo”. A los nenes les digo ‘apenas llegamos bajamos del auto rápido, no se queden dentro, entramos rápido’. Tienen re asumido que hay que bajar rápido, es horrible vivir así”, graficó con crudeza.
La mujer agregó que entró en estado de shock a la casa de su madre después de haber sufrido el robo: “No podía ni sacar la llave de los bolsillos, entré a los gritos y me abrazaron mis otros dos nenes”.
“Es una vergüenza vivir así, no poder estar tranquilos. Eran las 7 de la tarde y no se puede estar tranquilo en ningún lado y menos en La Matanza. Todos los días escuchamos que a alguien de Villa Luzuriaga le pasa algo”, lamentó indignada.
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