La violencia con la que los delincuentes protagonizan hechos delictivos llegó a un límite inimaginable en Córdoba Capital. Un hombre fue tomado como rehén por tres motochorros en la vía pública y, luego, obligado a ingresar a punta de pistola a una verdulería para robar la recaudación. Como una forma de amedrentar al comerciante para que entregara rápidamente el dinero, los delincuentes redujeron a la víctima en el piso y le dispararon a sangre fría en la nuca.
El ataque ocurrió el domingo a las 8, en la verdulería “Carlitos”, del barrio Matienzo de la capital cordobesa, y quedó registrado por varias cámaras de seguridad, ubicadas dentro y fuera del comercio.
“¡Bajate, bajate!”, le gritaron los delincuentes a la víctima cuando estaba a bordo de su camioneta Peugeot Partner color blanca. El hombre, que aguardaba estacionado en la puerta del comercio a que su padre terminara de hacer los mandados, fue obligado a descender el vehículo e ingresar al local. Lo usaban de “escudo humano” para concretar el robo.
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Mientras la víctima era reducida a los empujones por dos de los asaltantes; su mujer, que viajaba en la parte trasera de la camioneta, logró escapar. Fue su marido quien le dio la orden de que corriera y se pusiera al resguardo. Pero el tercer delincuente, que permanecía en la moto con el casco puesto y haciendo de campana, la atacó. “El que manejaba la moto me tiró tres tiros cuando llegué a la esquina pese a que le tiré las llaves de la camioneta”, relató la mujer a Telefé Córdoba.
Los motochorros que ingresaron a la verdulería llevaban gorros y ocultaban sus rostros con barbijos. Tal como puede apreciarse en las filmaciones, los ladrones se movieron con extrema violencia e impunidad. Mientras uno de ellos vaciaba la caja registradora, al grito de “¡dame la plata!”, el otro sujetaba a la víctima y le apuntaba con el arma.
Tras reducirlo boca abajo, le puso el arma en el cuello y, cuando estaba por escapar con el dinero, le disparó en la nuca y se dio a la fuga. La víctima no había ofrecido ninguna resistencia.
Ante el grito desesperado del dueño de la verdulería y los otros clientes, que veían cómo se desangraba en el suelo, la víctima fue trasladada por el servicio de emergencia del 107 al Hospital de Urgencias, donde fue intervenido quirúrgicamente.
“Sé que se va a salvar”, dijo su mujer. Por lo pronto, permanece internado con pronóstico reservado. El último parte médico sostiene que el paciente, identificado como Felipe Lallana, de 52 años, tiene “compromiso vascular y fractura de vértebra cervical”.
Abril, la hija de la víctima, contó ante El Doce TV que su papá se dedica a hacer tareas de reparto nocturnas en la panadería y que desde hacía un tiempo quería dejar de hacerlo porque la zona se había puesto muy peligrosa. “Mi papá tuvo muchas advertencias, donde han intentado robarle y ha zafado de eso”, detalló y contó que mantenía ese empleo porque estaba juntando plata para comprometerse con su pareja. De hecho, tenían pensado hacerlo este fin de semana.
La principal hipótesis de los investigadores es que confundieron al conductor de la camioneta con el dueño del local. Los delincuentes aún son buscados por la policía.
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