“Verónica” y “Javier” son los alias que usaba la pareja detrás de la “Global Finanzas”, una empresa que publicaba en diferentes plataformas ofertas laborales engañosas para captar “mulas” o “correos humanos”, con el fin de trasladar cocaína a Etiopía, Malasia y Tailandia, entre otros destinos exóticos. La droga viajaba en el doble fondo de una valija que era entregada en otros países fuera de la Argentina.
Los captadores de la organización trasnacional son pareja y usaban nombres falsos para operar sin ser descubiertos. Los investigadores lograron revelar que se trata de un hombre de 47 años, identificado como J.D.P., y G.G.G.S., de 43. Ambos fueron detenidos este miércoles en su departamento de Ramos Mejía, ubicado sobre la calle Alsina al 50, luego de una intensa investigación conjunta de Gendarmería y la PSA a cargo del juez federal Jorge Rodríguez, el fiscal Sebastián Basso y la fiscal auxiliar de la PROCUNAR, Patricia Cisnero.
La causa, que tiene un antecedente previo, cuenta con el testimonio de personas vinculadas, al menos tres víctimas que coinciden en su relato. Con el aporte de números telefónicos, capturas de pantalla y el análisis de cámaras de seguridad, se pudo desentrañar el funcionamiento de “Global Finanzas”, también denominada en los avisos como “Global Finance”, “Globe Finance”, “Global Financias” o “Finanzas Globales”, entre otros.
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Mientras los investigadores encontraban pistas sobre los involucrados, comenzaron a recibir desde la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), información sobre nuevos casos conectados. En dos de ellos, existían ciudadanos argentinos detenidos en Etiopía por tráfico de drogas.
Los investigadores advirtieron “un mismo patrón criminal” en cada una de las numerosas publicaciones en otras plataformas virtuales que funcionaron como anzuelo de las personas reclutadas. Todas fueron citadas a una oficina de la presunta empresa de envíos internacionales, ubicada en Avenida Del Libertador.
El trabajo, que era ofrecido por “Javier Arias” o “Javier Cubas” y “Verónica Pardi”, consistía en transportar “documentación en sobres” al exterior del país (Dubai, Etiopía y Sri Lanka), un viaje que sería monitoreado mediante GPS. En las entrevistas, los hacían firmar un contrato de confidencialidad que rubricaba un hombre identificado como F.B.M.
Antes de viajar, “Verónica” -cuya identidad se conoció porque usó su tarjeta de débito para abonar un trámite- se ocupaba de gestionar el pasaporte exprés, las vacunas y los visados de los países que debían transitar los “correos humanos”. Lo hacía junto a los interesados.
Luego, “Javier” se reunía con los contratados en la zona de Ramos Mejía, Ciudadela y Liniers. Y ahí entraba en juego: está señalado como el encargado de la “logística” durante los viajes. De acuerdo a los testimonios, “los asesoró telefónicamente, participó de reuniones presenciales y concurrió al aeropuerto los días en que viajaron algunos de ellos”. En las grabaciones aportadas por la terminal aeroportuaria se puede observar el momento en que “les entregó un sobre o carpeta, mantuvo constantes comunicaciones a través de su celular y permaneció allí hasta que el pasajero embarcó el avión”.
Tras el embarque, los monitoreaba vía WhatsApp y les daba indicaciones de los pasos a seguir. “No tenés que cancelar ni un viaje. Escuchame, hacé lo que te digo”, le dice en uno de los mensajes enviados a una de las víctimas, y sigue: “Andá a la oficina de Etiopía y exigí que te dé tu maleta”. En otro pasaje le señala dos cosas: “Están en el hotel, te están esperando” y “va una chica para allá, le pasé tu foto”.
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Al mismo tiempo, los agentes descubrieron que “Javier” posee numerosos movimientos a Europa desde 2015 y concluyeron que la pareja adoptó la modalidad “como forma de vida diaria y sustento”.
Así lo evidencia la cantidad de personas que cayeron en la trampa y permanecen detenidas y/o varadas en países como Tailandia, Sri Lanka, Etiopía, Malasia e India. Para los investigadores, no caben dudas de que la pareja es parte de una estructura que se diversificó a nivel local y que tejió lazos en distintos países de los continentes americano, asiático y africano.
A la vez, dan cuenta que la organización narco trasnacional cuenta con “tecnología y medios de comunicación, valiéndose del dinero necesario para la compra de pasaportes, vacunas y viajes al exterior del país para el traslado de las ‘mulas’ a los distintos destinos programados por la organización criminal”. También, que para “la captación de diferentes personas, mayormente de bajos recursos económicos y/o académicos, que efectúan la función de trasladar la sustancia estupefaciente acondicionada entre diferentes países extranjeros”.
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