Es argentino, escapó de una banda narco en Guinea y está varado en un aeropuerto sin poder volver: “Soy un testigo clave, mi vida corre peligro”

Darío B. cayó en una oferta laboral engañosa de una organización dedicada al traslado de estupefacientes hacía Etiopía, Malasia y Tailandia y se convirtió, sin saberlo, en una “mula”

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Darío se oculta en un aeropuerto
Darío se oculta en un aeropuerto

Las horas son interminables para Darío B., que se comunica con Infobae desde algún aeropuerto internacional. No quiere dar detalles sobre la ubicación de su refugio para evitar dar pistas a la banda trasnacional de tráfico de drogas que lo busca desde que escapó de un hotel en Guinea. El tiempo, lo corre: necesita una visa para no ser declarado ilegal y detenido en un país en el que no habla la lengua, no conoce sus costumbres y tiene leyes mucho más severas que en la Argentina.

Es argentino, se dedicaba al mantenimiento y trabajaba para una empresa de seguridad hasta que quedó envuelto en una trama de película al responder un aviso laboral por Facebook que ofrecía ser “chofer administrativo” de “Global Finanzas”, una supuesta empresa de logística internacional que fue allanada este miércoles en un operativo conjunto de Gendarmería y la PSA.

La causa, a cargo del juez federal Jorge Rodríguez y en la que interviene la auxiliar fiscal de la PROCUNAR Patricia Cisnero y el fiscal federal Sebastián Basso, reveló el funcionamiento de una banda trasnacional que captaba mulas en la Argentina mediante una oferta laboral engañosa, para enviar cocaína a Malasia, Etiopía y Tailandia en el doble fondo de valijas.

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La oferta laboral engañosa con la que cayó Darío B.
La oferta laboral engañosa con la que cayó Darío B.

La investigación detectó, al menos tres casos de argentinos que fueron detenidos en el exterior y que ahora enfrentan duras condenas por el tráfico. Aunque los detectives no pueden asegurar que estas personas desconocían el contenido del equipaje, las víctimas de la maniobra aseguran que no sabían lo que estaban llevando.

En el procedimiento fueron detenidos una mujer y un hombre detenidos, identificados como J.D.P. y G.G.G.S, a quienes Darío B. reconoció por las fotos publicados en los medios.

Yo los conocí personalmente a los dos”, indica Darío B. “Cuando vi el aviso en el que ofrecían llevar documentos a otros países, escribí y me respondieron a los dos días, me citaron en una oficina sobre Avenida del Libertador en Olivos. Le dejé mi cv, copias del pasaporte, registro de conducir y vacunas contra el COVID”, agregó.

“Yo renuncié a una empresa de seguridad y rechacé otro empleo que me habían ofrecido como chofer de ambulancia para poder trabajar con ellos. Me ofrecieron 300 mil pesos por mes y pensé que iba a tener la posibilidad de viajar”, reveló.

infobae

“El 23 de abril a las siete y media de la mañana me reuní en el Bingo de Ciudadela con un hombre que se identificó como “Javier” (Ndr: se trataba de J.D.P.). Me dijo que él se encargaba de la logística, me dio 200 dólares y 6 mil pesos para el taxi hasta el aeropuerto de Ezeiza. Me iba por 15 días y nunca más volví”, se lamenta Darío, que es padre de dos nenes. “No los puedo ver desde entonces, ellos no saben lo que está pasando”.

“Ese día hice escala en Madrid y en Qatar. Estuve diez días en Etiopía donde me entregaron un sobre que tenía que llevar a la India. En la India estuve nueve días. Al hotel vino una mujer que me entregó una valija. Viajé con ese equipaje a Guinea, donde me quedé seis días, me dieron documentación para enviar a Malasia”, detalló.

“Ellos se encargaron de todo, de los pasajes, los hoteles, el transporte y hasta de la vacuna de la fiebre amarilla. Nunca me transfirieron el dinero a mi cuenta, venían personas a los hoteles en los que me alojaba y mi dejaban plata o pagaban la cuenta. En Guinea se acercaba un hombre que, con señas, me hizo entender que si tenía hambre que coma que él pagaba la cuenta”, dijo sobre la operatoria.

Sin embargo, hubo algo que lo hizo sospechar. “No me transferían los 300 mil pesos que dijeron que iban a pagarme. El pasaje que me habían dado tenía el 5 de mayo como fecha de regreso pero yo seguía allá. Les reclamé por mensaje y ponían excusa. La última comunicación que tuve fue el martes a la noche. Revisé la valija que tenía que llevar a Malasia y no encontré nada, pero le limpié mis huellas, saqué la ropa que entró en mi mochila, y me escapé del hotel a la noche, antes miré que no pueda haber nadie en la calle vigilándome. Me tomé una moto que funcionan como remises y me fui al aeropuerto. No puedo revelar dónde estoy porque mi vida corre peligro”, precisó.

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Además, el argentino teme ser deportado. Aunque tramitó con la ayuda de la Embajada una visa para poder permanecer en ese país hasta conseguir el pasaje de regreso, que tiene un valor de unos 250 mil pesos. “Desde el viernes, duermo en el aeropuerto, no puedo salir porque podrían detenerme por ilegal. Además, desde la Embajada me dijeron que es el mejor lugar dónde puedo estar porque siempre hay gente. Ellos no pueden garantizarme seguridad”, indicó.

En el operativo GNA y PSA en la oficina de "Global Finanzas" secuestraron dinero y pasaportes
En el operativo GNA y PSA en la oficina de "Global Finanzas" secuestraron dinero y pasaportes

“Ya hay tres argentinos detenidos. Yo pude darme cuenta antes y abandonar la valija. La dejé en el hotel porque pensé que puede tener un GPS que les permita conocer mi ubicación. Ayer recibí un mensaje en el que me preguntaban desde un número desconocido si aún estaba en Guinea. No les respondí pero tampoco lo bloqueé para que no sospechen”, detalló a Darío B. que no le importó dejar atrás la vestimenta que no le entró en la mochila.

“Soy un testigo clave. Tengo pruebas de todo pero necesito volver lo antes posible. Soy una víctima que está varada en un aeropuerto de un país en el que no conozco a nadie, con otra cultura y otras leyes. Debí darme cuenta que, como dice el refrán, cuando la propina es grande, hasta el santo desconfía. Una amiga me advirtió que era demasiado tentadora la oferta y tenía razón. Ahora ya es tarde”, reflexionó y cerró: “Mis padres son jubilados y están haciendo una colecta para pagar el pasaje, si no lo consigue, ya me dijeron de la embajada que el trámite puede demorar un mes”.

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