Un hombre fue condenado este jueves a 4 años de prisión por “marcar” en un asalto a Ángel Antonio Almaraz, un empleado de una financiera que en junio de 2019 fue asesinado a golpes por un grupo de delincuentes en la estación de subte Catedral, a metros de la Plaza de Mayo, al creer que en la mochila que llevaba tras salir de su trabajo había dinero, pero que en realidad tenía comida para perros, informaron fuentes judiciales.
La decisión del Tribunal oral en lo Criminal y Correccional (TOC) 22 se basó en que el acusado fue partícipe necesario del delito de “robo agravado por haberse cometido en lugar poblado y en banda”, calificado de esta forma porque nunca pudo ser identificado ninguno de los atacantes y el crimen aún permanece impune.
De todas maneras, la condena no se asemeja a lo solicitado por la fiscalía quien pedía 15 años por el “homicidio en ocasión de robo” de Almaraz. El pedido fue rechazado por el TOC mediante un fallo de 47 páginas. “Asiste razón, parcialmente, a la defensa, en tanto considero que el fin de las personas integrantes de ese grupo era el de desapoderar a Almaraz de su mochila, y no así el de darle muerte durante ello. Consideramos que Fernández, al tomar participación en el hecho, acordó cumplir su rol con esos fines”, dijo en su voto la jueza Patricia Cusmanich.
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Según la magistrada, “al cumplir su función de ‘marcar’ a Almaraz, no tuvo parte activa en las circunstancias que efectivamente ocasionaron su muerte, es decir, los golpes que el resto de los integrantes le propinaron cuando aquel se resistió a entregar sus pertenencias”.
“En definitiva, una vez iniciado el plan, Fernández no tuvo incidencia ni potestad para modificar o influenciar las acciones de los demás miembros de la banda, quienes, al notar resistencia, ejercieron una violencia excesiva a los fines de llevar a cabo su cometido”, dice el fallo.
El análisis médico legista encargado de la autopsia dictaminó que la víctima falleció por lesiones por traumatismo encéfalo craneano y que las mismas fueron provocadas por la brutal golpiza que recibió por parte de sus agresores que nunca fueron identificados.
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El crimen
El asesinato de Almaraz, retirado del Servicio Penitenciario Federal (SPF), ocurrió el 5 de junio de 2019 alrededor de las 16.30 horas cuando salió con un morral de la financiera ubicada en la calle Reconquista al 500, y fue llevado por un compañero en un Fiat Uno a la estación Catedral de la Línea D del subte.
En ese marco, Fernández lo seguía de cerca mientras iba a bordo de una moto KTM. En su análisis presumió que Almaraz podía llevar consigo alguna suma de dinero de importancia, pues lo venía siguiendo y marcando incluso a pie desde el momento en que salió de la referida financiera. Sin embargo, el dueño de la financiera declaró que la víctima cargaba en la mochila alimento para perros que había comprado momentos antes.
“El encausado señaló a sus compañeros la persona que debía ser asaltada. Por ello, cuando Almaraz descendió del automóvil y tomó las escaleras que lo llevaban hacia la mencionada estación de subte resultó rodeado por tres miembros de la banda que forcejearon con él y le propinaron golpes de puño con el objeto de sustraerle el bolso que llevaba consigo. De este modo, los asaltantes provocaron que la víctima cayera al suelo y le quitaron el bolso con el que se dieron a la fuga”, determinó el TOC 22.
Luego de la golpiza la víctima fue trasladada en una ambulancia al hospital Argerich con el diagnóstico de “traumatismo encéfalo craneano con pérdida de conocimiento”, de donde se retiró por sus propios medios para dirigirse al Sanatorio Colegiales, donde quedó internado hasta que falleció el 13 de junio, ocho días después del hecho.
En tanto, Fernández fue identificado por la División Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA) a través de las cámaras de seguridad de la zona debido a la campera que tenía puesta en ese momento, que tenía detalles colorados muy marcados, aunque los autores materiales del crimen nunca fueron individualizados.
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