El 5 de marzo pasado no era una fecha más para “Carlos”, un hombre de 46 años cuyo verdadero nombre se mantendrá en reserva. Para ese día, pactó un encuentro con una joven a la que había conocido algún tiempo atrás en la app de citas Badoo. La invitó a cenar a su casa del barrio porteño de Mataderos con la idea, quizás, de comenzar una nueva relación. Lo que nunca sospechó es que la mujer tenía otro plan que iba a concretar sin mayores obstáculos: adormecerlo con drogas en medio de la charla, desvalijar su vivienda casi por completo y huir con rumbo desconocido.
Horas después, cuando pudo despertar, el hombre se encontró con la casa dada vuelta totalmente y sin varios objetos de valor. Ahí, todavía bajo los efectos de la sustancia que tomó en la bebida, se dio cuenta que había sido engañado por joven una viuda negra y de inmediato hizo la denuncia en la Comisaría Vecinal 9-A. Según precisaron fuentes policiales a Infobae, el botín que se llevó la joven fue importante. La ladrona, mientras “Carlos” dormía, tuvo el tiempo suficiente para robar electrodomésticos, dinero en pesos y dólares y celulares. Luego, huyó con total tranquilidad.
A partir de los datos aportados por la víctima, los agentes de la División de Investigaciones Comunales Nº9 de la Policía de la Ciudad comenzaron a investigar el caso para dar con la sospechosa, un expediente a cargo de la Fiscalía N°14 de Andrés Madrea, en turno con el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº35, a cargo del juez Osvaldo Daniel Rappa y la secretaría Nº 120 de Guillermo Carlos Martínez Farré.
Fue así que tras un análisis minucioso de más de 30 cámaras de seguridad públicas y privadas, los investigadores pudieron reconstruir el recorrido de la fuga de la viuda negra. No sólo lograron identificarla en las filmaciones por su físico y los tatuajes que luce, sino que además observaron que luego de adormecer a la víctima, se llevó todos los objetos de valor en un vehículo de apoyo en el que se movilizaba.
En ese sentido, los agentes destacaron en particular un detalle que observaron en medio del operativo y que les llamó la atención: se trata de uno de los tatuajes que tiene la acusada grabado en el pecho que a todas luces, con la historia detrás ya descubierta, es casi absurdo. “El que vas tras la justicia y el amor halla vida prosperidad y honra”, reza el mensaje. Una ironía que se explica sola.
A partir de ahí y tras poco más de dos meses de una vigilancia discreta y en coordinación con el juez Rappa, la Policía llegó hasta el domicilio de la sospechosa, ubicado en las inmediaciones de la avenida Brigadier Juan Manuel de Rosas (Ruta 3) y la calle Lezica, en la localidad bonaerense de San Justo, partido de La Matanza. Por ese motivo, el magistrado solicitó un exhorto al Juzgado de Garantías Nº3 de ese Departamento Judicial para obtener la orden de allanamiento y finalmente, este jueves -a las 15 horas- fue detenida.
En el procedimiento, los agentes porteños identificaron a la presunta viuda negra como Tiziana P., una joven de 21 años, a la que le incautaron una importante cantidad de objetos electrónicos de un valor elevado. De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, en la casa de la sospechosa hallaron 14 teléfonos celulares de diferentes marcas y modelos, una heladera marca Whirlpool, una cocina marca Escorial, dos televisores de 42 pulgadas marca Samsung, y 30.000 pesos en efectivo.
Además, los policías encontraron un elemento clave para la investigación y que explica en gran parte cómo atacaba la mujer. Además de los electrodomésticos, en la casa de San Justo, hallaron pastillas y frascos con gotas de Clonazepam, que según indicaron a este medio, eran utilizadas como somníferos para reducir a sus víctimas. Es que la sospecha es que “Carlos” no sería el primer hombre atacado bajo esa ya conocida modalidad y que podrían ser varios los que perdieron miles de pesos tras caer en sus manos.
Los investigadores estiman que la viuda negra Tiziana gastaba el dinero robado con varios objetivos. Primero, adquirir electrodomésticos nuevos y posiblemente materiales para terminar de construir su casa, aunque es lo único. La Policía sospecha que los aparatos robados también los vendía para quitarse de encima las prueba y hacerse de más dinero.
Un negocio redondo que llegó a su fin esta semana. Tras el allanamiento, el juez Rappa dispuso, además de la detención de la mujer bajo los delitos de robo y privación ilegítima de la libertad, el secuestro de todos los elementos encontrados.
Los ataques de viudas negras sorprenden por su frecuencia y por la ingenuidad de las víctimas. El caso del hombre de Mataderos no es un hecho aislado y ahora será la investigación la que permita establecer cuántos golpes concretó para que responda ante el juez.
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