Más de cuatro meses pasaron para tener noticias de Fernando Reyes, un jujeño de 39 años que había desaparecido misteriosamente de su casa ubicada en el paraje La Ciénaga, provincia de Catamarca. Sin embargo, la novedades fueron macabras: la División Canes de la Policía local encontró sus restos calcinados y enterrados a orillas de un río dentro de una bolsa plástica negra y por el crimen fue detenida Danna Estrella Belén Martínez (30), su mujer, quien luego del hallazgo del cadáver confesó ser la autora del crimen.
La trágica historia comenzó a principios de diciembre pasado después de la desaparición de Reyes. Una ausencia que con el correr de los días comenzó a levantar sospechas en el pequeño paraje catamarqueño que no supera los 50 habitantes y está ubicado a más de 320 kilómetros de la capital. Allí, de acuerdo con medios locales, la pareja y sus dos hijos menores se instalaron en una casa que les alquiló un hombre, de apellido Cruz, cerca de la ruta 40. Fue justamente esta persona la que ayudó a descubrir el horror.
De acuerdo con los primeros datos de la investigación, en diciembre Fernando quedó en encontrarse con el hombre que le arrendó la propiedad para tomarse unos tragos. Pero Reyes jamás llegó a cumplir su cita. Cuando Cruz se acercó para saber qué había pasado, Danna le comentó que su marido había conseguido un trabajo en La Rioja y que tuvo que marcharse del lugar.
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Pasó el tiempo y el hombre de 39 años no regresaba. Las respuestas de la mujer eran ambiguas. Dijo que su marido había vuelto a Jujuy y hasta que se habían separado. Nada cerraba. De hecho, el dueño de la propiedad no creyó en la versión y comprobó él mismo que Fernando jamás regresó a su provincia natal. Incluso, llegó a escribirle a la familia del desaparecido para alertarlos de que algo había ocurrido.
Finalmente, Cruz se animó y el pasado viernes 5 de mayo denunció la desaparición de Reyes ante la comisaría del departamento de Belén, cuya investigación quedó en manos de la fiscal de la Tercera Circunscripción Judicial, Marina Villagra. La funcionaria rápidamente montó un operativo de búsqueda en la zona, hasta que finalmente encontraron los restos. Fue clave también que uno de los hijos del matrimonio comentó a los agentes que su mamá había asesinado al papá. A partir de ahí las alarmas se encendieron y finalmente descubrieron la verdad.
Un día después de la denuncia encontraron restos óseos en inmediaciones del río Belén y la fiscal ordenó la inmediata detención de Martínez. Menos de 24 horas después, la División Canes marcó un punto a unos 400 metros de la vivienda que la pareja compartía y encontraron la bolsa con el cuerpo de Reyes. Con el descubrimiento de los huesos quemados, la sospechosa se quebró y confesó la autoría del homicidio.
Pero no no fue lo único que dijo. Danna, en su declaración, intentó justificar el hecho y le dijo a la fiscal que lo había asesinado porque supuestamente era víctima de violencia de género. En ese sentido, la mujer dijo que que golpeó a Reyes durante una fuerte discusión y que por las lesiones, el hombre falleció. Para ocultar lo que hizo, incineró el cadáver en una fogata a cielo abierto. Un testigo después le indicó a la Justicia que por esa fecha observó llamas en el lugar.
Los investigadores además pudieron establecer que, aparentemente, la sospechosa no actuó sola y tuvo la complicidad de dos personas: María del Valle Villagra, una amiga, y un presunto amante identificado como Simón Alcides Toranzo. Los investigadores sospechan que el hombre pudo haber participado del asesinato y de las maniobras posteriores para ocultar las pruebas. Toranzo se negó a declarar.
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La fiscal Villagra imputó a la esposa de la víctima del delito de homicidio triplemente agravado por el vínculo, por alevosía y por el número de personas.
“Estamos destrozados con la familia”, dijo Diego Reyes, hermano de Fernando, a Radio Norte, de Belén Esta mujer es de sangre muy fría. No tuvo corazón, estaba tranquila, como si no pasara nada”, advirtió.
Diego, en un reportaje con el diario El Ancasti, manifestó que hace cinco años Fernando y Danna habían viajado hacia La Rioja para conseguir trabajo y que luego terminaron en Catamarca. “No sé qué pasó con mi hermano”, se preguntó. En ese sentido, contó que en diciembre, Cruz, quien era amigo de su hermano, le escribió en su muro de Facebook que él iba a pedir justicia por la desaparición. “No le creí. Pasados los días se contactó con mi hermana”, agregó pero aclaró que no le creían.
“Estoy tratando de ser lo más fuerte que puedo. Tampoco se lo deseo a nadie porque pasan tantas cosas en el país y ahora nos tocó a nosotros”, dijo. Fernando era el más chico de cinco hermanos.
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