La segunda jornada por el juicio por jurados de la Masacre de Monte fue tristemente movilizante. Al tremendo relato de la mamá de Gonzalo Domínguez (14), ante el cual el acusado de balearlo pidió salir de la sala; se sumó el del hermano de Aníbal Suárez (22), quien conducía el Fiat 147 en el que viajaban las víctimas, y en el que reveló que los habían extorsionado los policías locales. Pero fue el testimonio del papá de Danilo Sansone (13), duro y brutal, el que hizo llorar a uno de los jurados. Incluso, el hombre tuvo que ser asistido por un especialista en salud mental.
La Masacre de Monte ocurrió la madrugada del 19 de mayo de 2019 en San Miguel del Monte. Esa noche, agentes de la comisaría local persiguieron a los tiros al Fiat 147 que manejaba Aníbal y en el que viajaban Gonzalo, Danilo, Camila López (13) y Rocío Quagliarello, de por entonces de 13 años y hoy de 17, única sobreviviente y quien presencia el juicio contra al ex capitán de la Bonaerense Rubén Alberto García y a los oficiales Leandro Ecilape, Mariano Ibáñez y Manuel Monreal. Todos llegan detenidos como coautores de cinco cargos del delito de homicidio, uno en grado de tentativa.
“Fue una cacería. Nunca más vamos a estar felices en mi casa, lo único que quiero por él y sus amiguitos. Es muy feo lo que estoy viviendo. Miren dónde estoy: pidiendo justicia por él”, exclamó, entre lágrimas, Juan Carlos Sansone.
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El papá de Danilo fue uno de los seis familiares de las víctimas que declararon durante la segunda jornada del juicio por jurados que se realiza en los tribunales platenses, ubicados sobre la calle 8 entre 56 y 57. El testimonio de Juan Carlos conmovió a todos los presentes en la Sala A de las oficinas judiciales e, incluso, hizo llorar a uno de los doce jurados, que atentamente escucharon su relato.
“Me quise matar más de dos veces por mi hijo. Ahora sigo adelante por ellos. No sé qué pasó esa noche, yo lo despedí de mi casa bien y me lo devolvieron un cajón todo tapadito, se le veía la carita nomás. Era lo único que no tenía lastimado. Era un ángel”, continuó Juan Carlos, quien, al finalizar su relato, tuvo que ser asistido por un especialista en salud mental, ya que manifestó sentirse “muy descompuesto”.
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Luego del papá de Danilo fue el turno de su esposa, Gladys Ruizdía, que afirmó que mataron a su hijo “sin piedad y a sangre fría”. “Para que esto no vuelva a pasar, exijo perpetua. Arruinan vidas, arruinaron familias. Me mataron en vida”, completó la mujer con la voz entrecortada e indicó que desde hace cuatro años continúa con custodia de la Gendarmería Nacional, ya que denunció haber recibido varias amenazas de muerte.
En la misma línea, Yanina Zarzoso, la mamá de Camila, contó que le tiene “miedo” a la policía y relató cómo se enteró del fallecimiento de su hija: “La mamá de Rocío Quagliarello me llamó a las tres de la mañana y me dijo que las chicas habían tenido un accidente. Yo pensé que se había caído de la bicicleta. Entonces, fui pensando en eso. Estaba enojada y estaba pensando en que la tenía que retar. Pero en el hospital me enteré de la peor noticia que me podrían haber dicho en mi vida”.
Durante la audiencia también declaró Susana Ríos, la madre de Gonzalo, y antes de su testimonio el acusado Monreal pidió dejar la sala para no escucharla. Justamente, este policía, en base a la investigación que detalló el fiscal Mariano Sibuet en su alegato de apertura, fue quien efectuó “al menos 4 disparos y uno de ellos impactó en la pierna izquierda de Gonzalo Domínguez”.
Antes, el testimonio de Susana fue muy duro. Relató que no bien le avisaron que su hijo iba en el coche accidentado, fue hasta el hospital. “Sale una médica, que me dice que había un cuerpo sin reconocer. Le dije que quería entrar a verlo. Cuando entro a la sala había cuatro cuerpos tapados. Me llevan al cuerpo y con solo verle las medias iba a saber si era mi hijo o no. Le destaparon los pies y alcancé a ver sus pies y su ropa interior. Pedí que si su carita no estuviera destrozada, quería verlo, le descubrieron la cara y le veo con un golpe muy fuerte en la sien. Salí de ahí destrozada: había perdido a mi Gonzalo”, recordó.
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Emanuel, hermano menor de Aníbal, se sentó ante los jurados y la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Plata, Carolina Crispiani, con una expresión seria en su rostro y los brazos entrecruzadas. Contó que la policía local había extorsionado a su hermano un mes antes de la tragedia tras haberlo detenido porque no poseía los papeles en regla de su automóvil, y le había exigido el pago de “una coima de 35 mil pesos” para liberarlos. “Les dimos 5 mil pesos que, para nosotros, era mucha plata”, recordó.
El caso
La madrugada trágica, los cinco chicos iban en el Fiat 147 escuchando música cuando los oficiales comenzaron a perseguirlos sin motivos y, de acuerdo a los registros de las cámaras de seguridad del municipio, a dispararles, ya que se observó a un policía en el lugar del acompañante de la patrulla, con medio cuerpo afuera y en actitud de disparo.
A raíz de ello, el auto en el que iban los jóvenes chocó contra un acoplado que estaba detenido en la ruta. Fallecieron tres adolescentes y el joven que lo conducía. Sólo hubo una sobreviviente: Rocío.
*Con información de Télam
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