La mamá de Gonzalo Domínguez, que tenía 14 años cuando lo asesinaron, fue la primera en ser llamada a declarar en la segunda jornada del juicio por la “Masacre de Monte”, ocurrida en mayo de 2019 en San Miguel del Monte y donde, además del hijo de la testigo, murieron otros dos adolescentes de 13 y 14 años y un joven de 22 tras una persecución policial a tiros. Lo curioso de la jornada es que antes de que la mujer comenzara a hablar, uno de los policías de la Bonaerense imputados por los crímenes solicitó retirarse de la sala.
La declaración de Susana Ríos, mamá de Gonzalo, comenzó pasadas las 10.30 y abrió la segunda de las diez audiencias previstas para el debate oral que tiene como imputados al ex capitán de la policía bonaerense Rubén Alberto García y a los oficiales Leandro Ecilape, Mariano Ibáñez y Manuel Monreal.
Justamente, Monreal fue quien se retiró de la sala después de pedir no quedarse a escuchar el testimonio de Susana y de los familiares de las víctimas. No es un dato menor que haya sido ese policía quien no quiso escuchar a la mamá de Gonzalo. Es que, en base a la investigación que detalló el fiscal Mariano Sibuet en su alegato de apertura, ese 20 de mayo de 2019 Monreal efectuó “al menos 4 disparos y uno de ellos impactó en la pierna izquierda de Gonzalo Domínguez”.
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Según la reconstrucción del fiscal, ese primer ataque de Monreal fue el principio de la secuencia fatal: “Al verse rodeados, los chicos, con uno de ellos gritando de dolor por el impacto que había tenido, el terror, la angustia y el miedo se apoderó de ellos. Por eso quisieron salir de ahí por la ruta 3. Ambos móviles los persiguieron a alta velocidad. Durante el último tramo, García se asomó por la ventanilla y disparo 4 veces más contra el auto. La cantidad de disparos de arma de fuego, la velocidad hizo que el auto perdiera el control. Como consecuencia directa, murieron 4 de ellos”.
Lo cierto es que, tras el pedido de Monreal de no escuchar a la mamá de Gonzalo, a quién él había herido antes de que muriera en el choque, Susana se sentó ante los doce jurados y la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de La Plata, Carolina Crispiani, quien modera el debate.
“Cuando lo asesinaron a Gonzalo, me asesinaron a mí. Por eso le pido al jurado que reconozca que esto fue violencia institucional. A mi hijo lo asesinaron con alevosía. Necesito justicia por Gonzalo y sus amigos”, les pidió Susana Ríos.
Presenciando la declaración de Susana se encontraban en la sala de audiencias la única sobreviviente de la Masacre de Monte, Rocío Quagliarello (17) —de 13 años al momento de la tragedia—, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, y el subsecretario de DD.HH. bonaerense, Matías Moreno. Frente a ellos, la mamá de Gonzalo contó que interpretó como “algo normal” que su hijo saliera con Danilo Sansone rumbo a la plaza de San Miguel del Monte el día de los hechos, aunque, con el pasar de las horas, le pareció que era “rarísimo” que no le contestara el teléfono, ya que “era un hijo excelente”.
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“Le dije que no venga tarde porque teníamos a su padre internado en La Plata por un ACV isquémico y teníamos que madrugar. A la madrugada me enteré que había pasado un accidente en la ruta, de un Fiat 147. A las 4.30 se me despertó un sexto sentido como madre. Me fui al hospital, pero lo vi lleno de gente, no me animé a entrar. Di la vuelta y cuando llegué a mi casa, vi que paró una moto con dos personas que me dijeron que Gonzalo estaba en el auto”, reveló Susana entre lágrimas.
La mujer siguió con su relato y contó que volvió al hospital. Allí se encontró con Sandra Mayor, quien era intendenta de San Miguel del Monte en aquel entonces, y a los funcionarios municipales Hugo Medus y Claudio Martínez, quienes le negaron que hubieran existido disparos contra el Fiat 147 en el que viajaba Gonzalo.
“Después, salió una médica que me dijo que había un cuerpo sin reconocer. Le dije que quería entrar a verlo. Cuando entré a la sala había cuatro cuerpos tapados. Me llevan al cuerpo y con solo verle las medias iba a saber si era mi hijo o no. Le destaparon los pies y alcancé a ver sus pies y su ropa interior. Pedí que si su carita no estaba destrozada, quería verlo. Le descubrieron la cara y le vi un golpe muy fuerte en la sien. Salí de ahí destruida: había perdido a mi Gonzalo”, recordó.
“Gonzalo era un chico normal, tenía una vida muy tranquila en Monte, tenía todo muy cerca. Practicaba todos los deportes. Él era mi compañero, me sacaron todo. Su muerte dejó a toda una familia destrozada”, describió la mujer. Tras el testimonio de Ríos, está previsto que sigan declarando los padres del resto de las víctimas.
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El juicio
El juicio se inició este lunes con la elección del jurado popular que, dentro de 10 días, deberá definir si los policías imputados son culpables o no culpables de los delitos de “homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público”.
En los lineamientos de la acusación, el fiscal de juicio Mariano Sibuet dijo que los policías imputados cometieron un “acto atroz”, que actuaron de manera “inmotivada” y afirmó que las víctimas, “al verse rodeadas”, vivieron momentos de “terror, angustia y miedo”, por lo que le solicitó al jurado popular que “emitan un dictamen justo para hacer honor a la justicia”.
Por parte de la querella, en tanto, expusieron en esa línea Bárbara Juárez, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que se presentó como querellante institucional en el juicio; Ricardo Minoli, tío y representante legal de la única sobreviviente Rocío Quagliarello; la abogada particular de las familias Domínguez y Suárez, Dora Bernardez; y Margarita Jarque, de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) y patrocinante de los familiares de Danilo y Camila.
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En sentido contrario, expuso la defensa de los policías Monreal, Ibañez y García, encabezada por el abogado Guillermo Baqué, quien le endilgó la responsabilidad de los hechos a Aníbal Suárez, a quien acusó de manejar en estado de ebriedad, de huir de la Policía tras conducir en zigzag, a la vez que manifestó que ese joven “también emborrachó a los adolescentes”.
Finalmente, cerró la jornada el abogado de Leonardo Ecilape, Marcelo Di Siervi que, al igual que Baqué, justificó el accionar policial.
El caso
La denominada “Masacre de Monte” ocurrió la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando agentes de la comisaría local persiguieron a lo largo de la colectora de la ruta 3 a un Fiat 147 en el que viajaban cuatro adolescentes, tres de 13 años y uno de 14, junto a un joven de 22.
Los cinco chicos escuchaban música cuando los oficiales comenzaron a perseguirlos sin motivos y, de acuerdo a los registros de las cámaras de seguridad del municipio, a dispararles, ya que se observó a un policía en el lugar del acompañante de la patrulla, con medio cuerpo afuera y en actitud de disparo.
A raíz de ello, el auto en el que iban los jóvenes chocó contra un acoplado que estaba detenido en la ruta. Fallecieron tres adolescentes y el joven que lo conducía. Sólo hubo una sobreviviente.
*Con información de Télam
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