Cuatro días después de haber agredido de forma salvaje a un repartidor de pizzas porque las dos pizzas que había pedido previamente llegaron frías y más tarde de lo esperado, el empresario Santiago Pissani se presentó voluntariamente en el Juzgado de Instrucción N° 2 de Posadas, Misiones, a cargo del doctor Juan Manuel Monte, quien ordenó su detención preventiva hasta que preste declaración indagatoria por el violento episodio que protagonizó en la puerta de su domicilio.
Pissani, de 55 años, se presentó ayer a las 18 en las oficinas de la mencionada sede judicial después de enterarse que el juez Monte había pedido su captura y que personal policial, por orden del magistrado, llevó a cabo dos allanamientos en sus domicilios: uno en Barrufaldi 2272, donde atacó al delivery, y otro en su lujosa casa ubicada en el barrio Costa Mango, en el oeste de la capital misionera. En ambos operativos no lograron dar con su paradero.
Posteriormente, el empresario textil fue trasladado a la Unidad Regional I, donde se realizaron las actuaciones de rigor, y de allí fue trasladado a una celda de la Comisaría Tercera de la capital provincial.
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El violento ataque, registrado a las 23:50 del pasado lunes, fue filmado por un vecino y allí se ve la secuencia en donde el joven repartidor pide ayuda a los gritos mientras el ex luchador lo presiona contra el pavimento y lo golpea varias veces en el rostro. “Si me llegás a escrachar, te voy a buscar y te voy a reventar todo”, lo amenazó Pissani.
Tras la agresión al repartidor, trascendió que Pissani poseía antecedentes policiales por los cuales estuvo privado de su libertad. De acuerdo a la información proporcionada por MisionesOnline, en marzo de 2019 una pareja fue víctima de la violencia del empresario. Tras comprar uniformes para el colegio de sus hijos en el local comercial de Pissani, al momento de realizar el pago con tarjeta el posnet denegó la transacción dos veces. Sin embargo, la mujer constató en su cuenta bancaria que el dinero le había sido descontado, por lo que tanto ella como su marido le exigieron al empresario que les devolviera el dinero. Según consta en la denuncia, el comerciante los agredió y lanzó una perforadora que impactó en el hombre.
En 2020, Pissani volvió a ser noticia cuando, junto a un vecino, redujo a golpes a un presunto ladrón que pretendía ingresar a una casa suya, ubicada detrás del aeropuerto de Posadas.
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Por la agresión, según fuentes oficiales, Sebastián L. terminó con lesiones en el ojo, en el cuello -producto de la correa de su casco- y en el pómulo izquierdo.
Al momento de hacer la denuncia, el repartidor expresó que, al ser golpeado por el empresario, intentó escapar y vio caer un cuchillo tipo serrucho que llevaba consigo el agresor. El arma fue secuestrada por la Policía de Misiones. “Pensé de todo, pensé que no salía vivo de ahí. Tenía miedo de que rompa la mandíbula, que me deje tirado, noqueado, no sé si muerto”, declaró a La Voz de Misiones.
El último miércoles, en medio de la repercusión que provocaron las imágenes de su ataque al repartidor, Pissani rompió el silencio con un medio local y minimizó la agresión. “Yo estoy bárbaro, esto se agrandó pero fue una pavada. No tenía que haber pasado, para mí es un bajón. Ahora se filtró un audio que más o menos explica como fue el tema, yo con el pibe no tengo nada personal, no estaba enojado con el muchacho”, aseguró Pissani en diálogo con Red Ciudadana.
No obstante, aclaró: “Yo estaba enojado con la pizzería, tardó más de una hora, llamo por teléfono y me dicen que no me pueden mandar porque se quemó el horno. Le llamé 20 veces más y siempre me decían que estaba yendo”.
Durante su relato de los hechos, Pissani admitió que estalló de furia cuando notó que las pizzas que había pedido una hora y media antes habían llegado frías. “Cuando vino el muchacho le dije `flaco, está todo bien, pero esta pizza está fría´. Yo estuve mal porque las tiré al piso, pero las levanté y le dije que se las lleve, porque no me pueden hacer esperar dos horas y traerme la pizza fría”, reclamó.
Pero la situación se desmadró cuando el repartidor quiso cobrar el pedido a Pissani, a lo cual el empresario se negó rotundamente. “Le digo vos llevale y si te descuentan, yo mañana te doy la plata a vos, pero llevales -el pedido-. Mi bronca era con la pizzería, porque el pibe no tenía nada que ver y encima le iban a descontar la plata a él”, señaló.
Indignado por la situación que estaba viviendo, el delivery decidió sacar su teléfono celular para filmar las dos pizzas que había tirado al piso Pissani, lo cual lo hizo enojar aún más. “Le pegué un empujón y le dije andate, y me contestó que me iba a cagar a trompadas y me metió una patada. En defensa, lo tiró al piso, me subo encima y como no se calmaba, le pegué un poco, pero apenas le palmeo. Le digo `te voy a soltar, te vas a subir a tu moto y te vas a ir´”, recordó.
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