La Justicia de Mendoza condenó al Estado provincial a indemnizar a dos hermanas, vecinas de la localidad de Villa Nueva, municipio de Guaymallén, con 600.000 pesos luego de cometer un insólito error: luego de velar y cremar los restos de su padre, el Cuerpo Médico Forense y la Fiscalía de Homicidios les comunicó que se habían equivocado de cadáver y que habían despedido los restos de un muerto que no era propio.
El origen de la absurda historia comenzó el 30 de septiembre de 2019, cuando un hombre -identificado con las iniciales de R.P (64)- salió de su casa a buscar trabajo pero nunca regresó, por lo que sus familiares denunciaron su desaparición en una comisaría. No pasó mucho tiempo para que se confirmara la peor noticia. Fue su propio hermano quien el 2 de octubre, en un descampado, lo encontró muerto.
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Según publicó el diario Los Andes, ante el caso intervino la Policía Científica y se abrió una investigación por la misteriosa muerte. El procedimiento lo llevó adelante la fiscal Claudia Ríos con el fin de establecer cuáles habían sido las causas del fallecimiento.
Las conclusiones de la autopsia, luego de que el cadáver fuera trasladado al Cuerpo Médico Forense, fueron que R.P. había muerto por un paro cardiorrespiratorio. Como la familia no contaba con fondos suficientes para afrontar los gastos de sepelio, iniciaron los trámites necesarios ante el Municipio de Guaymallén para obtener los beneficios de gratuidad.
Un día después del hallazgo del cuerpo, les entregaron el cuerpo en la cochería para comenzar a velarlo. En ese momento, sin embargo, comenzaron los problemas.
Allí -de acuerdo con la denuncia hecha posteriormente- no les permitieron a las hijas “ver a su padre para despedirse ni vestirlo” porque “se encontraba en estado de descomposición y desfiguración, por lo que además les informaron que no podría ser velado a cajón abierto”. La familia aceptó y, tras el velorio, llevaron el cuerpo para cremarlo.
Al día siguiente, finalmente, las llamaron por teléfono para informarles que el cuerpo que habían despedido “no era el de su papá y admitieron que hubo una equivocación”. Según la demanda, el director del Cuerpo Médico Forense y la fiscal les explicaron que “se había tratado de una confusión, ofreciéndoles que si querían velar al verdadero cuerpo del hombre se harían cargo de los gastos”. No fue lo único. Además, debieron concurrir a la morgue para reconocer el cuerpo.
Las hijas optaron por no agregarle más dolor a la situación y sólo pudieron acompañar al cuerpo de su padre mientras era trasladado desde la morgue hasta el crematorio.
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Fue entonces que denunciaron por daños y perjuicios al Cuerpo Médico Forense y Criminalístico, al Ministerio Público Fiscal y a la provincia de Mendoza. Reclamaron cuatro millones de pesos como indemnización. Si bien la jueza del Cuarto Tribunal de Gestión Asociada admitió el daño moral por el error aunque no el monto de indemnización que pedían. En cambio, les otorgó una cifra con la que las afectadas puedan disfrutar de una semana en las cataratas de Iguazú, all inclusive: 300.000 pesos para cada una.
La magistrada sostuvo, en su fallo, que el error cometido por el Estado debió agravar el dolor de las hermanas “pero no con la magnitud que las mismas indican pues, entiendo que el verdadero dolor lo generó la muerte de su padre y el estado de zozobra que vivieron mientras se encontró desaparecido”. Y agregó: “Tendré en cuenta los valores que se publican en internet para realizar un viaje por seis o siete días, con pasaje y estadía completa, a las cataras del Iguazú y en tal sentido otorgaré la suma de 300 mil pesos a cada una”.
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Las hermanas sostuvieron en la presentación que “a causa de una confusión que hubo con el cadáver del progenitor se han visto gravemente lesionadas en su integridad moral ya que, en razón del error, debieron velar y cremar inicialmente el cuerpo de una persona que no era el de su padre y luego volver a revivir esos momentos dolorosos con el verdadero cadáver del padre”.
Según sostuvieron, al diario mendocino, los abogados de las mujeres “a causa del error del Cuerpo Médico Forense tuvieron que pasar dos veces por el doloroso momento de velar a un ser querido, no pudieron darle cristiana sepultura ya que al demorar la entrega del verdadero cuerpo -a causa de la confusión-, este se descompuso y debió ser cremado”.
Además, los letrados indicaron como “una afrenta a la dignidad del difunto, el hecho de que el ataúd haya sido trasladado en un vehículo no previsto para ello, lo que según refiere habría agravado el dolor sufrido por las accionantes, como así también por haber quedado expuestas en los medios ya que la noticia de la confusión del cadáver se filtró a la prensa”.
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