“Pará que está la nena, pará que está la nena. Dejame bajar a la nena, dejala bajar”. Ése fue el desesperado pedido de Silvana a los dos delincuentes que estaban por robarle el auto para que no se llevaran el vehículo con su sobrina de apenas siete años adentro. La secuencia del dramático episodio quedó registrada por una cámara de seguridad donde llega a escucharse la súplica de la mujer.
El hecho ocurrió el sábado a la noche en la localidad de Glew, partido bonaerense de Almirante Brown. Una familia de San Luis había viajado para visitar a sus parientes sin imaginarse el momento de terror que iba a vivir. Eran las 21:38, de acuerdo con lo que se ve en la filmación, cuando Silvana, su hermana y la nena fueron abordadas por tres delincuentes -movilizados en un vehículo- segundos después llegar en una camioneta a la casa.
En las imágenes se ve cómo dos de los tres ladrones descendieron de un auto, encañonaron a las víctimas para sacarles el vehículo sin percatarse que en el asiento trasero estaba la menor de 7 años. Silvana, que manejaba el auto, no llegó a bajarse para abrir la reja, cuando fue sorprendida por los agresores. Uno lucía un buzo negro y otro uno azul. Ambos corrieron hacia la puerta de la conductora y la bajaron del auto.
Casi de inmediato se subieron a la camioneta sin darse cuenta de que estaban por irse con la pequeña a bordo. Sin embargo, la que sí se los hizo saber con gritos desesperados fue Silvina -la conductora-, quien desde un primer momento les suplicó que dejaran bajar a su sobrina. La madre de la nena, que estaba sentada de acompañante, rápidamente abrió la puerta trasera y la abrazó.
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Apenas lograron sacar a la nena, uno de los delincuentes se encargó de cerrar las otras puertas del auto. El otro ya estaba preparado para emprender la fugar y así lo hicieron, aunque tuvieron una pequeña demora: el auto en el que estaba el tercero de los agresores tenía ambas puertas, la del conductor y la del acompañante, abiertas. Fue por eso que avanzó unos metros y luego frenó para que pudieran ser cerradas. Finalmente escaparon.
Lo peor ya había pasado, aunque la pérdida material fue importante y les generó un gasto extra que no estaba en sus planes.
Según contó Silvina, el domingo por la tarde el auto todavía no había aparecido y por ese motivo tuvieron que sacar pasajes de avión para volver a su casa en San Luis. También perdieron la mayoría de las cosas que habían traído y aún se encontraban dentro del vehículo en el momento del robo.
“No llegamos a bajar los bolsos, se llevaron toda la ropa. También la medicación de mi tía, que está en tratamiento. Se llevaron todo. Tuvimos que comprarle ropa a la nena porque ni siquiera tenía una muda de ropa para bañarse. Ellas se quedaron literalmente con lo puesto”, dijo la víctima en diálogo con Telefe.
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