Un hombre de 82 años recibió tres disparos en la espalda en la noche de este martes en Patricias Argentinas al 4200, en la zona sur de Rosario, y murió en el hospital Roque Sáenz Peña. Aparentemente, los gatilleros se desplazaban en una moto. En paralelo, sicarios arrojaron una bomba molotov contra la subcomisaría 24ª de barrio Empalme Graneros, pero el trapo usado como mecha quedó colgado de la rama de un árbol, por lo que la botella solo impactó contra un auto de una agente que cumple tareas en el edificio policial, pero no inició llamas en la seccional.
El ataque a tiros de barrio Tablada, uno de los territorios más calientes de Rosario, tuvo lugar pasadas las 20, cuando Celestino Benítez quedó en medio de los tiros efectuados por dos sospechosos, hasta ahora no identificados.
En la escena del crimen trabajó la División de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal por orden del fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini, que se encuentra de turno en el Ministerio Público de la Acusación.
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Una de las hipótesis es que Celestino Benítez quedó en medio de la balacera que estaba dirigida a un quiosco de venta de droga lindero a su casa.
En ese presunto búnker, el Comando Radioeléctrico secuestró después una escopeta calibre 12/70 marca Maverick con seis cartuchos calibre 12. No había personas en el interior, y según investigadores policiales, no se detectaron indicios de que allí vive gente.
El departamento Rosario acumula 98 crímenes en lo que va del año, según el Observatorio de Seguridad Pública, organismo provincial integrado por el Ministerio de Seguridad y el Ministerio Público de la Acusación. De ese número, 26 ocurrieron en enero, 32 en febrero, 22 en marzo y 19 en lo que va de abril.
También en la noche de este martes, sicarios arrojaron desde un vehículo –aún no estaba claro si desde un auto o una moto– una bomba de fabricación casera contra la subcomisaría 24ª ubicada en Juan José Paso y Sabín, en barrio Empalme Graneros, otro de los puntos “calientes” de Rosario en cuando a disputa de territorio entre bandas narco.
Pero a los atacantes les falló la puntería. La botella de vino, que estaba cargada con nafta, impactó primero en un árbol, donde quedó colgado el trapo prendido fuego que fue utilizado como mecha. En tanto, el envase de vidrio siguió su recorrido y dio contra la puerta trasera izquierda de un Ford Ka rojo perteneciente a una empleada policial, donde quedó un abollón.
El fiscal de Flagrancia en turno Pablo Lanza ordenó el secuestro del trapo quemado y de la botella de vidrio cargada de combustible. Además, pidió que sean relevadas todas las cámaras de la zona para avanzar en la identificación de los agresores.
Por el momento se desconoce el posible móvil del atentado. El único procedimiento reciente en esa jurisdicción tuvo lugar por la mañana, cuando la Agencia de Investigación Criminal detuvo a cuatro sospechosos en once allanamientos contra la presunta célula de Los Monos que opera en el distrito noroeste.
La subcomisaría atacada fue noticia a principio de mes, ya que fue uno de los edificios policiales que el Ministerio de Seguridad de Santa Fe decidió vallar ante posibles atentados narco.
La determinación de la cartera de Seguridad, tomada en la previa a la Semana Santa, tuvo como foco principal las seccionales cuyos frentes estaban vidriados.
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