Con 40 kilómetros de ripio y parajes, la Ruta 46, en el límite entre Salta y Santiago del Estero, se convirtió en un pasadizo ideal para evadir controles. ¿Quiénes la utilizan? Narcos que trafican cocaína desde Bolivia hacia los centros de distribución en diferentes puntos del país y con destino a Europa.
“La Ruta 46 nace en la Ruta Nacional 16, en el Paraje Macapillo. Pasa por los parajes Porvenir, Sata Rosa, El vencido, Alto Alegre, Sauce Bajada, San Miguel y termina en Cruz Bajada y ahí sigue como Ruta Provincial 2″, explica un eximio investigador a Infobae.
“En enero del año pasado, se inauguró la Ruta 2, que sale a Villa Nueva Esperanza, en la Ruta 34, en Santiago del Estero. Como no hay un solo control de Gendarmería en ese tramo, lo tomaron como itinerario para evadir los controles ubicados en la Ruta Nacional 34 en el paraje Naranjo (Salta); Siete de Abril (Tucumán) y Trancas (Tucumán). El próximo control es en Fernández (Santiago del Estero), donde pasan por caminos secundarios”, agregó. “Ahí tienen vía libre, nadie los para. Llegan con facilidad a Rosario y a Córdoba”, indicó.
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Dos pesos pesados que aprovecharon ese punto del mapa en la Argentina son René “Manudo” Guzmán y Raúl “Loro” Ferreyra.
Ambos narcos fueron detenidos en las últimas semanas por millonarios cargamentos de droga incautados por Gendarmería, en el caso del primero; y por la División Toxicología de Concepción del Uruguay de Entre Ríos, en el caso del segundo. “Loro” es considerado el segundo de Delfín Castedo y es conocido como “El Señor de Los Cielos” argentino.
Precisamente, fue “Manudo” -jefe del cartel del Valle de Acambuco- quien cayó en la nueva ruta caliente del narcotráfico, precisamente en la zona de Cruz Bajada, provincia de Santiago del Estero, luego de un enfrentamiento armado con gendarmes que lo interceptaron. El narco, que estaba prófugo desde 2018, terminó herido de bala en un hombro.
Fuentes del caso indicaron a Infobae que la organización -que ingresa cocaína desde Bolivia vía terrestre y aérea, con “mochileros”, vehículos y avionetas- se tomó el trabajo de señalar en un mapa las zonas de la ruta en las que cuentan con señal de teléfono.
Incluso, detectives detrás de sus pasos saben que los narcos, diciendo ser compradores de hacienda, pidieron claves de wifi a los pocos habitantes de los parajes (conformados por cuatro o cinco casas), que crían ganado y cultivan choclo, sandía y zapallo.
“Antes era un territorio de paz, ahora los vecinos viven aterrorizados”, graficó uno de los detectives sobre el clima que se vive en la zona.
Para el resto del camino, utilizan teléfonos satelitales y handys. Precisamente, esos aparatos fueron secuestrados a dos cómplices de “Manudo” que fueron detenidos por Gendarmería antes del enfrentamiento armado.
Al mismo tiempo, la banda de “Manudo” realizó inteligencia sobre las zonas de escape, en caso de ser descubiertos en medio de una operación. Estiman que el jefe de la banda se tiroteó para evitar que los uniformados intercepten un vehículo cargado con cocaína en el que escaparon dos de sus guardaespaldas.
Ahora, el jefe del cartel de Acambuco -una reserva protegida de Salta-, tras una breve estadía en un hospital donde lo asistieron tras una gran pérdida de sangre, permanece encerrado bajo un total hermetismo. Temen que pueda escapar, tal como amenazó a los guardias, o que sus secuaces logren rescatarlo.
Quienes lo custodian saben de sus dos fugas, una ocurrió en 2018 en Aguaray, frente a las narices de gendarmes. El narco apretó el acelerador del Ford Focus blanco en el que se movía y enfiló hacia Bolivia. El auto volcó en un canal, justo en la frontera. “Manudo” salió como pudo del vehículo y corrió herido hasta la vereda del país vecinos. En el camino se tiroteó con los gendarmes. El video del momento, acompaña este artículo.
“En las escuchas siempre dijo que lo iban a agarrar muerto. Que no se iba a entregar ni se iba a dejar detener”, reveló un investigador.
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Al mismo tiempo, “Manudo” fue requerido por la Justicia de Salta y la PROCUNAR por el secuestro de casi 300 kilos de cocaína, que le costó el pedido de captura que tenía en 2018 cuando volcó con su auto.
En tanto, “El Señor de Los Cielos”, que usó las inmediaciones de la 46 para sus bombardeos de cocaína, cambió la comodidad de su casa de Salta, donde cumplía prisión domiciliaria, por una celda en la Unidad Penal N°4 de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos.
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