El forense que practicó la autopsia al cuerpo de Lucas González, el adolescente asesinado por policías de la Ciudad en noviembre de 2021 en el barrio de Barracas, afirmó que la víctima recibió dos disparos, y precisó que el tiro que mató al futbolista fue realizado de “adelante hacia atrás”. O sea, el homicida estaba de frente.
Al mismo tiempo, el médico detalló que el joven de 17 años presentaba una lesión en la mano derecha provocada “en vida” por un elemento “compatible” con la quemadura de un cigarrillo. Se trata de Alejandro Rullan Corna, forense de la morgue del Poder Judicial de la Nación, quien declaró este martes como testigo en el juicio contra 14 efectivos porteños que son juzgados por el crimen y el posterior encubrimiento del hecho.
“El cuerpo presentaba tres lesiones: dos producto de proyectiles de arma de fuego y una lesión compatible con una quemadura en una de sus manos”, precisó el médico
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Rullan Corna, forense desde 1988, explicó a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 las tres lesiones que observó en el cuerpo de González. “La denominada ´Lesión 1´, el proyectil ingresa tres centímetros encima del pabellón auricular y siete centímetros por delante, eso corresponde a la región frontal del lado derecho”, describió mientras señalaba con su dedo índice en su cabeza la ubicación del impacto.
Según explicó, la trayectoria que realizó el proyectil fue de “adelante hacia atrás, de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo”.
“La segunda lesión está descrita como un surco que produjo una quemadura. No ha penetrado el proyectil y no provoca la muerte, sino que afecta piel y tejidos subcutáneos. No pude determinar la trayectoria”, agregó el forense, que señaló que esa lesión fue producida por una segunda bala y que afectó la mejilla del lado derecho. En cuanto a la “Lesión 3″, Rullan Corna la describió como “una lesión circular muy compatible con una quemadura”.
“La lesión es compatible con un objeto circular de 0,5 a 1 centímetro de diámetro. Fue en la mano derecha, en el primer espacio entre el dedo pulgar y el índice”, rescribió. Si bien aclaró que no pudo determinar con qué elemento fue causada la herida, indicó que es compatible con el diámetro de un cigarrillo.
Ante las consultas realizadas por el fiscal de juicio, Guillermo De la Fuente, y el abogado querellante, Gregorio Dalbón, Rullan Corna agregó: “Es una lesión cercana a la (data) muerte. Es una lesión vital, con el paciente vivo”.
Tras la declaración, dieron su testimonio, a través de la plataforma virtual Zoom el biólogo y especialista en huellas digitales Daniel Corach y el médico genetista Enzo Canónaco, quienes ratificaron que analizaron las pruebas de ADN extraídas a los 14 policías de la Ciudad imputados en la causa, tres por el crimen de Lucas y 11 por el encubrimiento del hecho y las torturas contra los tres amigos que lo acompañaban.
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En tanto, Claudia Moreira, subinspectora de la PFA, que participó de los primeros peritajes en la esquina de Perdriel y Alvarado, de Barracas, el lugar donde ocurrió el homicidio de Lucas, declaró que “había aproximadamente alrededor de 150 personas de la Policía de la Ciudad”, que se encontraban “uniformados, de civil y con chalecos de la Brigada”.
“Constantemente querían subir al móvil donde estábamos (con su equipo de trabajo), pero se les pidió que no lo hagan. Nunca había visto tanto personal policial y de civil. Querían saber qué había dicho la doctora (funcionaria judicial), qué había decidido”, indicó la agente, quien brindó su testimonio mediante la plataforma virtual Zoom. Y dijo que notó “desesperación” por parte de los policías porteños, aunque aclaró que nunca le sugirieron qué debía hacer.
El caso
El crimen del jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central ocurrió el 17 de noviembre de 2021 cuando regresaba junto a tres amigos a bordo de un Volkswagen Suran y fue interceptado por un automóvil Nissan Tiida, abordado por tres policías de la Brigada 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad.
Por ese motivo, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar. En ese momento, los policías dispararon y un balazo impactó en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.
De acuerdo con la investigación, luego de disparar contra los jóvenes, los policías intentaron simular que se había tratado de un enfrentamiento con delincuentes, maniobra a la que se habrían sumado otros efectivos, que “plantaron” un arma en el auto de las víctimas.
Issasi, López y Nieva están siendo juzgados por el homicidio del adolescente, mientras que otros 11 policías de la Ciudad, entre ellos comisarios y subcomisarios, están acusados del encubrimiento del crimen de Lucas y las torturas las que fueron sometidos los amigos de la víctima
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