El fiscal de Distrito Núñez-Saavedra, José María Campagnoli que investiga el femicidio de Laura Sanoner, quien en septiembre del año pasado fue encontrada asfixiada en la bañadera de su departamento del barrio porteño de Belgrano, pidió que vaya a juicio oral la ex pareja de la víctima, quien, en su momento, quedó detenido a partir de cinco huellas dactilares que dejó en un perfume y en un vaso de la escena del crimen.
El pedido del fiscal recayó sobre Diego Martín Arener, quien ya contaba con antecedentes penales y ahora será juzgado por “homicidio agravado por haberse cometido con ensañamiento y alevosía, mediante violencia de género y para consumar otro delito y procurar su impunidad” y también por “robo agravado par el uso de armas” en perjuicio de Sanoner.
Según la requisitoria de 16 páginas, Arener está imputado “de haber causado la muerte de Laura Raquel Sanoner -con quien había mantenido previamente una relación de pareja-, tras provocarle asfixia mecánica por sofocación, en un contexto de violencia de género, con ensañamiento, aprovechándose de su estado de indefensión y con el fin de apropiarse impunemente del dinero y demás pertenencias que la víctima guardaba aquel día en su casa”.
De acuerdo a la acusación, además de golpearla, apuñalarla y maniatarla, el asesino “le cubrió completamente la cabeza con una sábana blanca y, sobre ella, le colocó una media de lana blanca con líneas delgadas negras a modo de mordaza”, tras lo cual, “la arrojó dentro de la bañadera”, y cerró el baño con una “llave que se llevó consigo”.
“La manera escogida por el imputado tuvo como propósito ocasionar un dolor inconmensurable y es fundamento objetivo de la saña y crueldad con la que el agresor dio muerte a Sanoner”, sostuvo el fiscal.
Es que, según los investigadores, para dejarla en estado de indefensión le suministró “morfina, codeína, fluconazol, paracetamol, topiramato y bisoprolol”.
A su vez, Campagnoli pidió juzgar también a la novia de Arener al momento del crimen, Pamela Susana Gómez, por el delito de “encubrimiento doblemente agravado por haber actuado con ánimo de lucro y por tratarse el hecho precedente de un delito especialmente grave”, por haber comprado, de contado, un Volkswagen Vento con dinero robado a la víctima.
Y entre las pruebas valoradas según informó Télam, la fiscalía destacó que “las huellas de Arener fueron halladas en una lata metálica con la inscripción `Jean Paul Gaultier`, en un perfume con forma de busto femenino que se encontraba dentro de la lata metálica que estaba sobre una cajonera de la habitación con baño en suite y en un vaso ubicado sobre una mesa ratona en el living”.
En octubre pasado, Arener fue procesado con prisión preventiva por el juez de Instrucción Gustavo Miguel Pierreti.
Por su parte, Sanoner había sido su pareja hasta que en octubre de 2016 lo denunció por el robo de 40.000 dólares, 50.000 pesos, alhajas y otros elementos de valor de su domicilio y es por ello que desde la investigación creen que septiembre pasado, el ahora acusado volvió a robarle y la mató.
A su vez, Arener ya contaba con antecedentes por homicidio y robo calificado en Santa Fe, donde estuvo detenido entre 2016 y 2021, período en el que violó varias veces salidas transitorias que le fueron otorgadas.
De hecho, al ser detenido el 29 de septiembre en la localidad bonaerense de Ciudadela estaba en calidad de “evadido”, ya que debía estar purgando una pena de 20 años y seis meses de prisión en esa provincia, agregaron los voceros.
El femicidio de Sanoner fue descubierto diez días antes de la captura, cuando a raíz de un llamado del padre de la víctima la Policía de la Ciudad ingresó al departamento 4 del 8vo. piso de la torre “C”, situada sobe la calle 11 de Septiembre de 1888 al 2628, en el barrio de Belgrano.
Los investigadores creen que por el estado de descomposición del cadáver, el femicidio fue cometido entre quince días y un mes antes del hallazgo.
En el baño de la habitación en suite del domicilio, los efectivos encontraron el cuerpo de Sanoner, que presentaba golpes, fracturas en a la altura del tórax, lesiones cortantes y punzantes en la base del cuello, estaba atado de pies y manos con cordones rosa y tenía la cabeza cubierta con una sábana y arriba una mordaza hecha con una media de lana.
Y de acuerdo a los resultados de la autopsia, la mujer murió asfixiada, mientras que los golpes y las lesiones cortantes podrían haberse hecho en un contexto de “amedrentamiento o intimidación” para que entregara dinero o abriera la caja fuerte que tenía en su placard.
Debido a la ausencia de heridas de defensa en el cuerpo de la víctima, los forenses estiman que el asesino pudo haberle suministrado alguna sustancia para adormecerla, lo que podrá surgir de los estudios toxicológicos aún no concluidos.
Al momento de dar con el cuerpo, la Policía encontró la puerta del baño cerrada con llave y una toalla enrollada en el piso que tapaba una rendija, lo que junto al hallazgo de un envase de desodorante de ambiente sobre la víctima hace presumir que el asesino quiso evitar que se sintiera al poco tiempo el olor del cadáver.
En tanto, por dichos de testigos se determinó que la mujer asesinada solía guardar importantes sumas de dinero en moneda nacional y extranjera en el interior de su vivienda y que para la época del crimen poseía al menos entre 300.000 y 500.000 pesos, varias joyas de oro, una computadora portátil y al menos 8.600 dólares que le había dado su padre para pagar un tratamiento médico.
Con información de Télam
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