Imputaron al sexto acusado por el homicidio de Máximo Jérez de 11 años en Rosario

Máximo Jeréz de11 años vivía en el barrio “Los Pumitas” de Rosario y el pasado 5 de marzo fue asesinado mientras iba hacia un quiosco junto a sus dos primos. Los menores quedaron en medio de un tiroteo narco y en la causa hay seis personas detenidas. Este jueves, el fiscal Adrián Spelta imputó a Nicolás Torres de 25 años, como autor del asesinato y tentativa de homicidio.

Fuentes judiciales informaron que el sexto acusado por el crimen de Jeréz fue imputado con prisión preventiva. De igual manera fueron imputados con prisión preventiva por dos años los hermanos Maximiliano y Nicolás Castillo, también considerados por el fiscal como autores materiales de la balacera.

Más allá de quienes cometieron los disparos, una mujer y sus dos hijos también fueron detenidos con prisión preventiva tras ser considerados encubridores del crimen. Al respecto, se detalló que el rol de los detenidos consistió en ayudar a ocultar en su domicilio el vehículo usado por los atacantes la noche del tiroteo donde murió el menor.

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Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) se confirmó que el juez de la audiencia, Hernán Postma fue quién aceptó la acusación y dictó la prisión preventiva de Torres. Para el fiscal de la causa, Torres acudió al barrio en un “automóvil marca Honda, modelo Civic, el que era conducido por Maximiliano Castillo” una vez allí, atentaron “mediante disparos de armas de fuego, en forma directa contra la humanidad de las personas que se encontraban en los frentes de los domicilios”.

Si bien el tiroteo ocurrió entre una banda narco, la familia del menor no estaba vinculada a la venta de estupefacientes y el crimen del menor causó un fuerte impacto en la comunidad. De hecho, a poco del crimen los vecinos se autoconvocaron frente al domicilio de “Los Salteños”, una banda liderada por la familia Villazón, y derribaron el búnker de venta de drogas.

A raíz de los crecientes hechos de violencia y el pedido de justicia por el aumento de muertes, el Gobierno nacional reforzó la seguridad con el envío de fuerzas federales, en particular, integrantes de Gendarmería.

La noche de su homicidio, Máximo había salido de su casa junto a sus primos de 13 años y otro de 2. Mientras caminaban hacia un kiosco cercano, un automóvil pasó por el lugar y dispararon contra una vivienda donde existía un punto de venta de drogas. La misma estaba a cargo de una banda conocida como “Los Salteños”, la cual estaba enfrentada contra otro grupo liderado por un preso identificado como Alex Ibáñez.

El pequeño era muy querido en la comunidad qom que se asentó en el noroeste de Rosario y asistía a la Escuela Taigoyé (N°1344), donde concurren alumnos de pueblos originarios. A partir del homicidio, la Asociación de Magisterio de Santa Fe propuso que las escuelas mantuvieran a media asta la bandera debido a que “la violencia protagonizada por las bandas narco-policiales se ha adueñado de la región”.

Tanto las instituciones educativas, como vecinos de la ciudad y distintas organizaciones se movilizaron en pedido de justicia, seguridad y mayor intervención estatal. Por tal motivo, se implementó una serie de medidas como el refuerzo del personal de seguridad. Sin embargo, dicha situación también generó malestar y un miembro de la banda narco “Los Salteños” envió un video intimidatorio a la familia de Máximo Jerez.

Diez días después, el fiscal de Balaceras Federico Rébola, identificó al autor del video y junto con las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), lograron detener a Uriel Leandro E. de 19 años. Con una máscara y arma en mano, el acusado había enviado un grabación donde amenazó a los vecinos que derribaron el búnker de “Los Salteños”. De hecho, se lo escucha decir: “Van a tener que devolver las cosas, o sino todos los días les vamos a dejar un muerto. Todas estas balitas son para ustedes. Más vale que devuelvan las cosas o les damos plomo, giles”.

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