La Justicia liberó en las últimas horas a uno de los policías de la Bonaerense investigados en el marco de la causa por el crimen de Lautaro Morello (18) y la desaparición de Lucas Escalante (26), ocurridos luego de que ambos salieran juntos el 9 de diciembre pasado en Florencio Varela.
Se trata de Ramiro Yair Forchinito (33), quien fue acusado de falso testimonio porque le entregó a la Justicia un celular que no le pertenecía en vez del suyo. El juez de Garantías Diego Agüero resolvió liberarlo bajo caución juratoria, confirmaron fuentes del caso a Infobae.
Forchinito trabajaba en el área de la fuerza bonaerense integrada con Interpol. Fue señalado por los investigadores por su vínculo con el comisario mayor Francisco Centurión, el padre y tío de los dos sospechosos presos por el crimen de Morello y la desaparición de Escalante. Había sido detenido el viernes pasado.
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Diferente es la situación del comisario inspector Sergio Enrique Argarañaz, el jefe de la seccional N°4 de Florencio Varela, quien permanece bajo arresto. En su caso, fue imputado por encubrimiento.
Según la investigación en su contra, no les tomó la denuncia por averiguación de paradero a la familia Escalante un día después de que los jóvenes desaparecieran, es decir, el 10 de diciembre de 2022. Posteriormente, con la causa iniciada, el policía les dijo a los familiares que Lucas había atropellado a una chica, que se escondió y quemó el auto “para borrar evidencia y cobrar el seguro”, según pudo saber este medio de actuaciones judiciales. Incluso, insinuó que la madre lo estaba ocultando de las autoridades o que “Lautaro vendía pastillas”.
Pero, tal vez, lo más significativo en relación a Argarañaz se centró en su desempeño en el allanamiento a la casa del comisario mayor Francisco Centurión: de acuerdo a las fuentes, en el procedimiento no habría seguido las instrucciones emanadas de la fiscal Mariana Dongiovanni, a cargo en ese momento de la causa. De ese modo, Daniel Ichazo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°2 de Florencio Varela y que actualmente tiene el expediente, pidió su detención la semana pasada.
Argarañaz, a través de su defensa, solicitó la excarcelación. El pedido fue denegado por el Juzgado de Garantías N°5 del departamento judicial de Quilmes, a cargo del juez Agüero. En las últimas horas, el jefe policial corrido de la Bonaerense apeló la resolución.
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Tanto el teléfono de Argarañaz como el de Forchinito serán peritados el lunes que viene.
Esta semana, se realizó un nuevo allanamiento a la quinta de Florencio Varela del comisario mayor Centurión. Peritos de la Policía Federal inspeccionaron la propiedad de dos hectáreas ubicada en la zona conocida como La Capilla y encontraron vicios y evidencias que antes no se habían tomado en cuenta. Entre los elementos hallados figuran tres gotas de sangre aptas para extraer ADN, parte de una parrilla destrozada, una porción de hormigón, y una construcción que no se había revisado antes y donde había una losa reciente que rompieron los especialistas.
“La hipótesis principal es que ahí lo mataron a Lautaro. Lo que no se sabe es si en ese mismo lugar quemaron su cuerpo, pero sí que ya había fallecido cuando decidieron incinerar el cadáver”, señalaron fuentes del caso a Infobae y especularon con que “algo pudo haber pasado en esa quinta en relación con Lucas” mientras que Morello “estaba en el lugar equivocado”.
Esta semana, además, el comisario general y máxima autoridad de la Policía Bonaerense, Daniel García, se presentó a declarar ante el fiscal Ichazo y planteó sus sospechas sobre el entorno de Escalante, de quien nada se sabe hasta hoy.
El caso
La noche del 9 de diciembre pasado, Lautaro y Lucas salieron a dar una vuelta para festejar el triunfo de la selección argentina ante Países Bajos por los cuartos de final del Mundial de Qatar. Escalante lo pasó a buscar a bordo de un BMW que apareció incendiado al día siguiente.
El cuerpo semicalcinado de Morello fue hallado seis días más tarde a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica, partido de Presidente Perón. 48 horas después fueron detenidos los primos Cristian y Maximiliano Centurión, hoy imputados como coautores del delito de homicidio calificado por ensañamiento y alevosía.
Los primos quedaron vinculados al caso tras el análisis de cámaras de seguridad y de antenas de telefonía celular. En una filmación de una estación de servicio de Florencio Varela se ve a Cristian cerca de las 0.30 del 10 de diciembre cargando nafta en un bidón blanco que, se sospecha, pudo haber sido empleado para incinerar el auto de Lucas y el cadáver de Lautaro.
Mientras la causa avanza, Escalante sigue desaparecido. El Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de $5 millones para quien aporte datos que permitan esclarecer su paradero.
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