El miércoles pasado, dos delincuentes ingresaron a robar a las oficinas de una agencia de turismo ubicada en Corrientes al 922. El robo fue rápido y violento, con un botín de cientos de miles de pesos. Cuando los ladrones se fueron, las víctimas, como es lógico, llamaron al 911. Aunque parezca insólito, ese llamado fue un error. En pocos minutos se hicieron presentes tres efectivos de la Comisaria 1D de la Ciudad que rápidamente realizaron las diligencias de rigor en las oficinas y luego se fueron a perseguir a los delincuentes.
Cuando los agentes se retiraron, los empleados de la agencia de turismo notaron que les faltaba una bolsa de color negra que en el interior tenía 4 millones de pesos en fajos termosellados. Uno de los empleados juró una y mil veces que los delincuentes no se la habían llevado y que, al momento de llegar la Policía, la bolsa estaba en el lugar. No mentía.
Cuando revisaron las cámaras de seguridad del hall del edificio, ubicado a metros del Obelisco, observaron como uno de los efectivos se retiraba con la bolsa con los millones debajo del brazo izquierdo. Inmediatamente el dueño de la agencia llamó a la comisaría para contar lo que había sucedido, creyendo que se trataba de un error. Sin embargo, le confirmaron que en el acta de procedimiento no mencionaba ningún secuestro de ese monto.
Los policías, al parecer, se habrían robado el dinero.
Esta situación derivó en una causa judicial a cargo del fiscal Eduardo Rosende, que revisó las cámaras de seguridad y le pidió al juez Pablo Bebebino allanar y detener a los tres efectivos que participaron del procedimiento.
El juez autorizó todo lo que le pidió el fiscal y, además, realizó una descripción detallada del hecho:
“Se investiga lo ocurrido el 12 de abril 2023, aproximadamente a las 15:00, oportunidad que en la cual se llevó adelante un operativo en el edificio ubicado en avenida Corrientes 922 de esta ciudad en el cual intervinieron tres agentes: oficial mayor J.A.C.S, la oficial primero Y.S.M y el inspector P.A.D, que fueron desplazados a dicha vivienda para cooperar, y en tal contexto sustrajeron una bolsa de nylon negra perteneciente al damnificado, que contenía $ 4.000.000 en efectivo, dinero que no fue contabilizado como parte del que se secuestró en el marco de aquel procedimiento”.
El juez hizo hincapié en las imágenes de cámaras de seguridad para aceptar las detenciones. En las filmaciones se observan distintos movimientos de los efectivos, pero el más importante es el que sucede en el hall de entrada del edificio. En esa cámara se observa la recepción, los ascensores y la escalera. Curiosamente, los efectivos descienden por la escalera, a pesar de que las oficinas robadas estaban en el séptimo piso y el ascensor estaba disponible. “Ellos vieron que en el ascensor había cámaras y por eso prefirieron evitarlas, pero no tuvieron en cuenta las de los pasillos”, dice una fuente de la investigación.
En los videos se ve claramente que primero baja por las escaleras un efectivo con un celular en la mano y se retira. Luego, descienden la agente mujer y detrás el policía que abraza el paquete negro en cuestión.
Luego de la firma del juez, se llevaron a cabo los allanamientos y las detenciones. En el procedimiento en la casa del efectivo que se lleva la plata, P.A.D, en Entre Ríos al 1900 en Parque Patricios, se encontró la bolsa con el dinero.
Los otros dos policías, los que salen sin el dinero, decidieron declarar por escrito. En el documento al que accedió Infobae, se deslindaron de toda posible responsabilidad y le echaron toda la culpa P.A.D.: “Soy un policía honesto, tengo 48 años, y 23 años de servicio, nunca tuve este tipo de problemas. Soy un policía pobre, vivo de mi sueldo y no quiero meterme en ningún problema. Si P.A.D. aprovechó el procedimiento para llevarse algo, yo no lo vi. No me di cuenta que se hubiera llevado dinero. Quiero destacar que a P.A.D. sólo lo conozco como compañero de trabajo, hace como un año. No tengo trato personal. No puedo dar fe de su conducta. Es más: no me cae bien, es muy soberbio”
Por su parte, la agente Y.S.M envió otro escrito en igual sintonía: “Allanaron mi casa, me detuvieron. Fue todo muy terrible ver las caras de mis hijos sin entender lo que pasaba. A P.A.D lo conozco poco y nada. Creo que se reintegraba hace dos días de un tema de una ART. Jamás fui compañera de móvil ni nada, nunca trabajé con él. No puedo dar fe de su comportamiento. Jamás tuve un problema de este tipo. Lo único que siempre busqué con este trabajo fue un sueldo digno para criar a mis nenes, soy separada. Estoy muy angustiada y asustada. Esto es un cuento de terror para mí.
Por el lado de P.A.D, no hubo declaración. El oficial se negó a hablar, asesorado por el prestigioso estudio Payarola
Infobae consultó a fuentes de la Policía de la Ciudad que aseguraron que, ante la denuncia, “los policías fueron identificados rápidamente y eso permitió la detención de los involucrados”. Además, dijeron que por el hecho “se inició un sumario administrativo y se dispuso el pase a situación pasiva”.
Mientras tanto, los tres efectivos policías permanecen detenidos en distintas dependencias de la Policía Federal.
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