A tres años del asesinato del jefe de los sicarios del clan narco de Esteban Alvarado, comenzó el juicio contra los principales acusados: dos miembros de la banda de “Los Monos”, quienes balearon al hombre como aparte de un ajuste de cuentas por un ataque anterior. La fiscalía exigió penas de más de 20 años por la planificación y ejecución.
El crimen ocurrió el 19 de marzo de 2020, en la zona oeste de Rosario, cuando la víctima, Rodrigo Sánchez, conducía su camioneta Toyota Hilux por la calle Wilde cerca de las 13 horas, pero, a la altura de la calle San Lorenzo, fue interceptado por un Renault Logan, del que dos sujetos, que, en cuestión de segundos, lo acribillaron.
Los principales acusados de la causa son Jonathan Brezik y Rodrigo Benítez. Mientras al primero se lo acusa de ser quien planificó desde la cárcel el crimen, se cree que el segundo es quien lo habría ejecutado.
Las armas utilizadas fueron una pistola 9 milímetros y otra 45, mientras que el vehículo utilizado para el crimen era un remis robado unos días antes por Héctor Brezik, hermano de Jonathan y, hasta el momento, el único condenado por el hecho, puesto que el 30 de marzo recibió una pena de 5 años y 4 meses de prisión por los delitos de robo calificado y participación secundaria en el homicidio de Sánchez.
Te puede interesar: La Justicia confirmó la condena a perpetua a Alvarado, el narco que intentó fugarse de la cárcel en helicóptero
Durante el juicio, Héctor apuntó contra Benítez y lo tildó de ser uno de los coautores materiales del homicidio, al tiempo que reconoció que su hermano fue quien le ordenó robar el vehículo.
Si bien Sánchez no tenía un prontuario delictivo, era una persona de confianza de Esteban Alvarado, a quien le proveía los elementos que la banda necesitaba, así como también reclutaba personas para cometer ilícitos, según la información de La Capital. De hecho, era común que lo visitara en la cárcel donde cumplía prisión preventiva por la causa que luego lo condenó a perpetua.
Por esto mismo, el fiscal Matías Edery, parte del equipo que lleva adelante el caso, enmarcó el homicidio del jefe de los sicarios de la banda narco en las históricas disputas por el territorio, los ajustes de cuentas o las venganzas entre los principales líderes de las organizaciones criminales que asolan a Rosario, de acuerdo con la información a la que pudo acceder Télam.
En ese sentido, la principal teoría que maneja la Fiscalía es que el crimen se trató de un ajuste de cuentas por el intento de homicidio de una mujer llamada Mariana Ortigala, quien fue baleada a la salida de su casa en la localidad de Roldán unos días antes. Esta persona había sido parte de la banda Alvarado, pero se alejó y se vinculó luego a “Los Monos”, en un intento de buscar protección de su antiguo jefe. Incluso, Ortigala delcaró como arrepentida en el juicio contra Alvarado.
La Fiscalía solicitó condenas de 22 y 25 años de prisión contra los dos acusados del homicidio de Sánchez. Sin embargo, la defensa de Benítez alegó que no existen pruebas suficientes para condenarlo, más allá de la acusación de Héctor Brezik, por lo que solicitó al tribunal su absolución.
El abogado de Jonatan Brezik, por otro lado, reconoció que su representado fue quien ordenó a su hermano el robo del auto, pero que no sabía con qué fin sería utilizado. De igual forma, Jonatan no es una persona ajena a los manejos de Los Monos, puesto que es “hermano de crianza” del jefe de la banda, Ariel “Guille” Cantero. Para la defensa, la razón por la cual lo vinculan con el crimen es el vínculo que lo une con Cantero, por lo que planteó que su participación en el homicidio “no va a poder probarse”.
Seguir leyendo: