La Justicia dispuso en las últimas horas la liberación de Aldo Di Paolo, el hombre acusado de haber matado a su madre de 90 años clavándole un cuchillo en el lado izquierdo del cuello en su casa de San Isidro. El juez de Garantías Ricardo Costa entendió que no había méritos para que el sospechoso continuara bajo arresto, aunque a su vez le negó el sobreseimiento y continuará siendo investigado, según la resolución a la que accedió Infobae.
“No se ha logrado aún construir un sólido indicio de responsabilidad -argumentó Costa en su resolución-. Ello así, por cuanto con el avance de la investigación se ha visto desvirtuada la primigenia hipótesis fiscal y ocurrido ello, no se han recabado aún elementos de cargo de suficiente entidad para poder establecer, siquiera con el precario grado de probabilidad necesario para esta etapa y este pronunciamiento, que el imputado Di Paolo, en efecto, sea el autor materialmente responsable del suceso”, reza la fundamentación del juez.
Todo comenzó cuando Di Paolo (65) tomó su celular el miércoles 8 de marzo a las 20.30 y marcó el 911. Le contó a la operadora que tenía una emergencia. Dijo que había ingresado a la casa de su madre, María Cristina De Vincentiis, y que la había encontrado muerta con un cuchillo clavado. Señaló también que había sido un robo, porque faltaban joyas y dinero. Luego dio la dirección: Avellaneda 1313, a pocas cuadras del Hipódromo de San Isidro, una de las zonas más acomodadas de la zona Norte del conurbano.
Te puede interesar: Contundente declaración del forense que hizo la autopsia a la joven que cayó de un balcón en Recoleta
En pocos minutos la vivienda se llenó de policías. Luego de 24 horas de investigación por parte de la fiscal Carolina Asprella, la Justicia decidió allanar y detener a Di Paolo, a pesar de que el hombre, en todo momento, intentó hacerle creer a los investigadores que se trataba de un robo.
La situación de Di Paolo se complicó aún más por algunas inconsistencias en sus declaraciones en orden al horario registrado por las cámaras de seguridad de sus movimientos.
Una prueba fundamental donde se basó gran parte de la acusación fue una cámara de un vecino que enfoca directamente a la puerta de la casa de María Cristina. Esas filmaciones permitieron conocer que el acusado había ingresado a lo de su madre dos días antes de que se descubriera el crimen, es decir, el lunes 6 de marzo. Fue por la tarde y se retiró alrededor de las 18, tras pasar casi 40 minutos adentro.
Inicialmente, la investigación estableció que el crimen de la mujer había ocurrido ese lunes. Ese video fue clave para convertir la aprehensión del imputado en detención. Sin embargo, con el correr de las semanas fueron surgiendo nuevas pruebas que ubicaron el momento del hecho entre los dos días siguientes, o sea, el martes 7 y miércoles 8 de marzo.
El cambio en el expediente se debió a que otra cámara de seguridad advirtió movimientos en la casa la víctima durante la mañana del martes 7 de marzo. En ese lapso, además, el teléfono de María Cristina estuvo encendido y generó tráfico de datos (hasta las 11.19 de ese día). Por otra parte, empleados de recolección de basura fueron registrados esa misma mañana retirando bolsas del lugar y recordaron haber atendido a “una señora en silla de ruedas” -descripción que coincide con la condición de la víctima- que les dio “un cajón con botellas y bolsas” para tirar.
Te puede interesar: Los chats de WhatsApp entre una testigo clave y el empresario detenido por la muerte de la joven en Recoleta
Cabe destacar también que la autopsia determinó la hora de muerte entre las 48 y 72 anteriores a la realización de la misma. El análisis forense se llevó a cabo el 9 de marzo.
En este contexto, y más allá de las inconsistencias en su versión, el juez Costa consideró que no había elementos suficientes para dictar la prisión preventiva de Di Paolo y dispuso su liberación. Al mismo tiempo, ordenó profundizar la investigación y rechazó el sobreseimiento del acusado hasta tanto finalice la instancia investigativa.
Seguir leyendo: