Agentes de la Policía Federal Argentina detuvieron el miércoles por la noche a una falsa médica que ejercía ilegalmente en dos consultorios ubicados en la ciudad bonaerense de Guernica, en el partido de Presidente Perón. Justamente la arrestaron cuando atendía a una paciente haciéndose pasar por obstetra, una de las varias especialidades que ofrecía.
La detención fue concretada tras una investigación de la División Delitos Contra la Salud Pública de la Superintendencia de Investigaciones Federales, a raíz de una denuncia de usurpación de título.
La mujer fue identificada como María Teresa Tordoya Rojas, vecina de la localidad San Justo, de 61 años y nacionalidad boliviana. Fue acusada de atender bajo nombre, matrícula y título de una profesional a la cual le habría robado los datos personales. Sus víctimas, según fuentes del caso, eran pacientes de la zona de bajos recursos.
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Así, los detectives la localizaron e investigaron sus prácticas. De acuerdo a las fuentes, Tordoya Rojas atendía en dos centros de salud de Guernica. Uno está situado en la calle 7, entre la avenida Eva Duarte de Perón y calle 30. Allí ocupaba el consultorio 4, solo un día a la semana, según contó la propietaria del lugar. Las autoridades lo requisaron y encontraron 41 fichas de atención médica en las que consta de puño y letra el nombre “Dra. Tordoya” en distintas especialidades médicas: además de obstetricia, en los documentos también se presentaba como especialista en ginecología, pediatría y clínica general.
El otro centro médico está localizado muy cerca, a dos cuadras y media, en la esquina de las calles 6 y 30. Allí se produjo el arresto de Tordoya Rojas. Los efectivos de la PFA esperaron el momento exacto en que la supuesta médica atendía en el consultorio 1. Cuando los policías ingresaron, la sorprendieron junto a una joven de 21 años que dijo que estaba haciendo una consulta bajo la especialidad obstetricia. En este lugar, los agentes secuestraron dos sellos a nombre de la acusada, el teléfono celular de ella y tres resultados de estudios solicitados por ella.
Pero eso no fue todo: con las pruebas que la división de la fuerza federal había reunido, el Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional N°1 de Lomas de Zamora, a cargo de Federico Villena, también ordenó un tercer allanamiento, en este caso al domicilio particular de la mujer.
De esa manera, los policías se dirigieron a una vivienda de San Justo, sobre la calle Presidente Perón al 3200, donde secuestraron sellos, constancias, historias clínicas de pacientes, recetas de medicamentos, fichas médicas, todos elementos que serían producto de la actividad ilícita llevada a cabo por la falsa médica. También una suma de dinero en efectivo: $571.100.
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La imputada luego fue trasladada a la Superintendencia de Investigaciones Federales -al igual que los elementos secuestrados- y alojada en un calabozo a la espera del avance de la causa.
En febrero de este año salió a la luz otro caso por usurpación de título de una profesional de salud. En esa causa, una doctora que trabaja en el Hospital Vicente López de General Rodríguez se presentó en una fiscalía de Lomas de Zamora para denunciar una mujer que atendía en el Hospital Gandulfo.
La denunciante contó que se había enterado de casualidad por una colega y amiga que trabajaba en ese hospital y notó la irregularidad. Ante esta situación, el fiscal Javier Martínez, de la UFI N° 8, ordenó que comiencen a realizarse distintos trabajos de inteligencia para analizar la situación. Los resultados de esa investigación fueron más severos de lo que se pensaba.
Efectivamente, se comprobó que había una mujer haciéndose pasar por la médica clínica y que lo hacía hace tiempo. También se corroboró que la mujer se dedicaba a atender urgencias, pacientes graves, y que solía recetar psicofármacos.
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Con esta información, el fiscal Martínez ordenó que un equipo de agentes de la Policía Bonaerense asista al Gandulfo, junto a la médica original, para detener a la trucha. Cuando llegaron, las autoridades del hospital les dieron un dato que sumó más horror a toda la secuencia: la falsa doctora estaba atendiendo pacientes en el shock room, es decir, donde llegan los que corren riesgo de vida.
Cuando estuvieron frente a la usurpadora del título, la detuvieron. Allí se descubrió, quizás, lo peor de todo. La mujer, llamada Sol Mazzullo Zeravica, de 27 años, no sólo no era médica, sino que ni siquiera había estudiado medicina, tal cual señaló un informe oficial de la fiscalía.
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