Tres hechos llevaron a que el comisario inspector Sergio Argarañaz sea acusado de encubrir el crimen del joven Lautaro Morello y la desaparición de su amigo Lucas Escalante. El jefe de la seccional N°4 de la Policía Bonaerense de Florencio Varela levantó sospechas de familiares y testigos desde fines del año pasado, cuando se perdió el rastro de los jóvenes del conurbano. A Morello, que tenía 18 años, lo encontraron calcinado, mientras que Escalante fue visto por última vez con él. Anoche, la División Homicidios de la Policía Federal detuvo a Argañaraz en su casa por las supuestas maniobras evasivas y las trabas que puso a la investigación, confirmaron fuentes del caso a Infobae.
Esta mañana, a las 10, el comisario inspector tenía pautada su primera declaración indagatoria ante la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°2 de Florencio Varela. La imputación es por “encubrimiento calificado por ser delito precedentemente grave y por su condición de funcionario público en concurso real con incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
Primer acto
Argarañaz, según la investigación en su contra, comenzó con presunto su ardid el sábado 10 de diciembre de 2022, el mismo día que Romina, la hermana de Lucas Escalante, se acercó a la seccional junto a su madre a reclamar por la desaparición. Al joven no lo encontraban desde el viernes y lo buscaron en hospitales, hasta que apareció el auto quemado.
Sin embargo, el jefe policial rechazó la recepción de la denuncia por Escalante, dictando una “orden contraria a la Constitución Nacional y la ley procesal de la Provincia de Buenos Aires”, dice la resolución de detención.
La familia Escalante, una y otra vez, se topó con evasivas de parte del comisario inspector. Tampoco le suministraba información sobre la denuncia que alcanzaba a Morello.
Ese sábado, el padre de Lucas habló con el comisario y se quedó toda la tarde con él. El policía elucubró varias hipótesis curiosas. Le dijo que Lucas había atropellado a una chica, que se escondió y quemó el auto “para borrar evidencia y cobrar el seguro”, según pudo saber Infobae de actuaciones judiciales. Incluso, insinuó que la madre lo estaba ocultando de las autoridades o que “Lautaro vendía pastillas”.
Pero la familia fue atando cabos. Averiguó entre las redes sociales y con los amigos de Lucas. Los testimonios apuntaban a que Lucas había ido a “buscar vales de nafta” gratuitos a la casa de Cristian Centurión, con quien tenía un vínculo y es hijo de Francisco Centurión, comisario mayor de la Policía Bonaerense.
Cristian y Maximiliano Centurión -éste último sobrino de Francisco- son los principales sospechosos de incinerar el auto de Lucas y el cadáver de Lautaro. Están detenidos con prisión preventiva como coautores del delito de homicidio calificado por ensañamiento y alevosía. En una filmación de una cámara de una estación de servicio de Florencio Varela, se ve a Cristian Centurión cerca de las 0.30 del 10 de diciembre, cargando nafta en un bidón blanco que se sospecha pudo haber sido empleado el incendio.
Escalante fue visto por última vez el viernes 9 de diciembre en la localidad de Bosques, partido de Florencio Varela, cuando pasó a buscar a Morello en su auto BMW para salir a festejar el triunfo de la Selección Argentina ante Países Bajos por las semifinales del Mundial de Qatar. Dos días después, el coche apareció incendiado en la ruta provincial 53, a siete kilómetros de la vivienda en la que vive el hijo del comisario mayor Centurión. El cuerpo de Morello fue hallado a la semana siguiente de que su madre denunciara su desaparición sobre la vera de la autopista en construcción Buen Ayre en la localidad de Guernica, municipio de Presidente Perón.
Segundo acto
Argarañaz está señalado también por ayudar a Cristian y Maximiliano Centurión para eludir la investigación del homicidio de Morello. Ya se sabía, desde el sábado 10, que Cristian había estado con uno de los dos jóvenes el día anterior a su desaparición.
Sin embargo, el comisario inspector “no tomó ninguna medida con esa información” aportada hasta el 12 de diciembre, cuando le recibió la declaración testimonial a Centurión.
Fueron varios días en las que supuestamente evitó avanzar con la pista de los vales de nafta que conectaban con el hijo del comisario. “Ah ya se quién es, ‘Coco’. Pero no lo voy a molestar por esto. Nadie te hace desaparecer por unos vales de nafta”, dijo el comisario a Romina Escalante, a pesar de aportarle los testimonios y pruebas. “¿Quién es tu hermano? Yo que soy comisario no me regalan nafta a mí. ¿Quién es este pibe?”, continuó, intentando desviar la conversación.
A otro testigo, que también cargaba nafta con los vales, tampoco le quisieron tomar declaración a la comisaría, a pesar de que asistió en dos oportunidades. Argañaraz no lo llamó en ningún momento y siempre se resistió a la familia y le hablaba de manera “prepotente”. “Nos decía que estaba sin dormir desde hacía dos días por este tema, que valoremos su tiempo”, indicó la hermana.
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Tercer acto
La tercera maniobra incriminatoria, según la UFI N°2 de Florencio Varela, se produjo durante el allanamiento realizado entre el 14 y 15 de diciembre en la casa del comisario mayor Francisco Centurión. El comisario, en esas circunstancias, “no cumplió con el procedimiento” y las instrucciones emanadas Mariana Dongiovanni, a cargo en ese momento de la oficina fiscal.
En concreto, lo que pasó fue que la fiscalía ordenó que se continuara el mismo día 14 con el procedimiento en la casa de Francisco Centurión. Pero los agentes interrumpieron la tarea y la prosiguieron a las 8.53 del 15 de diciembre, lo que dio una ventana de oportunidad a los sospechosos.
Según la investigación, este accionar implicó que los funcionarios públicos “encargados de preservar el lugar y continuar con las diligencias ordenadas, ayudando de este modo a los autores y partícipes a ocultar, alterar y hacer desaparecer rastros, pruebas e instrumentos del delito ejecutado”.
No fue la única maniobra que opacó el material probatorio. El domingo posterior a la desaparición, tres uniformados de la seccional N°4 realizaron un rastrillaje en la casa de Lucas Escalante y los departamentos en los que viven sus hermanos. “Tocaron todo, sacaron fotos y videos, lo que nos perjudicó después para agarrar ropa para el rastrillaje porque la habían tocado ellos”, denunció la familia.
“En uno de los rastrillajes nos piden prendas de Lucas, no nos explican cómo agarrarlas y cómo llevarlas. Cuando llegamos y les dimos las prendas, el comisario Argañaraz me dice que no servía porque habíamos tocado las prendas y que solo iban a hacer con las prendas de Lautaro”, completó el testimonio.
Por estas omisiones, la familia le reclamó explicaciones al comisario inspector. Según consta en la instrucción de detención, el jefe policial reaccionó a los gritos: “Argarañaz le dijo a mi hermana que cuando terminara todo esto, me iba a enseñar lo que era el respeto”.
Esta combinación de hechos exponen, a criterio de la fiscalía, que existía “una relación de conocimiento previo entre Argañaráz y Francisco Centurión”, a quien intentó beneficiar.
Lucas Escalante, el hijo de 26 años de un empresario de la construcción de Florencio Varela, sigue desaparecido. El Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de $5 millones para quien aporte datos que permitan esclarecer su paradero. Hace cuatro meses que su familia lo busca.
La investigación del caso está a cargo del fiscal Daniel Ichazo.
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